CAPÍTULO III

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No podía creer lo que mis ojos veían: el chico súper lindo de la oficina era nada más ni nada menos que un integrante del grupo al que yo iba a asistir.

No lo había reconocido en ese momento porque aún no los registraba a todos.

¿POR QUÉEEEE?

Vino a mi mente lo que le dije: "es confidencial."

¿ES CONFIDENCIAL? ¿Por qué no se me ocurrió decirle la verdad?
Pero es que ¿quién en su sano juicio se va a imaginar que JUSTO vamos a trabajar juntos EN UNA EMPRESA GIGANTE con miles de empleados? Basta, basta. Haz como si nada pasara.

Cuando cruzamos miradas, yo sólo le sonreí y él me devolvió el saludo asintiendo.
Pero lo peor no había pasado aún.

—Suni, ven rápido.

—¿Me llamó Director?

—Sí. Song Hyun se enfermó y acaba de llamar diciendo que no vendrá, así que tú tendrás que estar en la cámara tres. ¿De acuerdo?

—P-pero señor —tragué saliva nerviosa—, sólo soy aprendiz y asistente. Estoy haciendo mis pasantías y no creo que esté capacitada aún para hacer ese tipo de trabajo.

—Tómalo como un examen sorpresa. Anda, empezamos en cinco minutos.

Miré con desesperación a In-Jae, pero este sólo levantó sus hombros y señaló mi posición con la mano.
Suspiré y me preparé.

—¡Acción!

El comercial se trataba de publicitar un protector solar. Los chicos simulaban estar en una playa bajo el sol y uno de ellos debía sacarse la camisa para... espera... SACARSE LA CAMISA.

—Cámara tres, quiero acercamiento y luego primer plano de la espalda de Seokjin... ¿Cámara tres?

Entré en shock. Me quedé paralizada viendo la espalda del chico lindo de la oficina.

Parece que "el chico lindo de la oficina" se llamaba Seokjin.

Me miró serio y con un poco de enojo. Por mí culpa debía repetir la escena de sacarse la camisa.

—¡Corte! ¡Suni! ¿Qué pasó?

—D-disculpe Director, no estoy acostumbrada a esto, es nuevo para mí.

—Mmmm, está bien —contestó de mala gana—. Vamos otra vez.

—Director, ¿es necesario que hagamos esto? Es un poco... vergonzoso —preguntó el que parecía ser el líder.

—Lo siento chicos, es parte de la publicidad. Estaba escrito en el contrato. ¿Listos? ¡Acción!

El comercial continuaba. Después de que Seokjin se sacara la camisa y se colocara el protector solar, los otros seis integrantes lo imitaban simulando felicidad y naturalidad.

Ellos se veían un poco nerviosos. Es decir, debían quitarse la camisa frente a toda esta gente desconocida, quién no lo estaría.
Pero en cuanto el Director dijo acción, todos cambiaron su cara y parecían ser otros muchachos.
Me sorprendió su profesionalismo.

Esta vez lo hice bien. Me concentré en mi trabajo y traté de mirar lo menos posible. Eran siete chicos hermosos sin camisa frente a mí. Dios mío. Sentía mucho calor.

En la última escena, todos debían mirar a la cámara uno y decir el nombre del producto.

Cuando tocó esa parte, Seokjin señaló hacia la cámara tres, es decir la mía, y miró fijamente. No a la cámara, sino a mí.

—Y ¡Corte! Muy buen trabajo chicos. Me encantó tu pequeña improvisación Jin —felicitó contento.

—Gracias Director —sonrió e hizo una reverencia.

—Bien hecho Suni —me dijo el director de lejos.

Yo literalmente escondí mi cara roja en la cámara y apoyé mi frente. Sentí que eso había sido para mí. Me había señalado a mí por alguna razón.

Eso no había sido una improvisación, lo había hecho a propósito para ponerme nerviosa.

—Así que... es confidencial ¿eh? —la voz del chico lindo se escuchó justo detrás de mí.

Me di vuelta en seco y para mi sorpresa lo encontré bastante cerca.

—Ah... sí —me reí nerviosa—. Perdón, pero es que no me dejan hablar sobre mi puesto...

—¿Quién no te deja qué? Hey Jin, ¿cómo estás? —me interrumpió In-Jae dándole la mano a Jin —. Veo que ya conociste a la pasante.

—¿Pasante? ¿Está aquí por una pasantía?

—Sí, por un año. Y justo a partir de hoy será asistente de tu equipo de producción.

—¿Ah, si? Entonces nos veremos seguido —una extraña sonrisa se asomó por su cara—. Mucho gusto, mi nombre es Kim Seokjin.

—Mucho gusto, soy Choi Suni.

—Tengo curiosidad, ¿Qué hacías en la ofi...? —como acto reflejo le tapé la boca con mi mano y tan rápido como se la puse, la quité.

—Ay, lo siento mucho. Es que tenías un insecto justo en tus labios. ¿Qué me preguntabas? —lo miré con ojos grandes.

La cara de Jin era entre asombrada y divertida.

—No... nada, creo que me confundí.

—Bien, me voy. ¿Quieres ir a tomar algo Suni? —me invitó In-Jae.

—Uff, si jefe. Me haría bien salir.

—Nos vemos Jin, cuídate.

—Adiós In-Jae, adiós Suni.

—Adiós —dije rápido mientras bajaba la mirada.

¿Quién diría que a partir de ese día mi vida cambiaría para siempre?

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