—Me debes como veinte— exclamó In-Jae, luego de dejarme en la puerta de mi casa.
—Lo sé, lo sé. Discúlpame —dije saliendo del auto y respondiendo con la puerta abierta—. El lunes, cuando salgamos del trabajo, te invito un trago en el bar de siempre. ¿Qué te parece?
—Grandioso, es la primera vez que me invitas algo, debe ser un milagro —rodó sus ojos.
—Deja de quejarte. Gracias por traerme, nos vemos.
Nos despedimos y entré.
Me bañé y luego me tiré en la cama, soltando todo mi peso allí.
Volver a ver a SeokJin me había quitado toda la energía. Ese hombre aún tenía tanto poder sobre mí, que sólo una mirada suya, hacía que mis piernas temblaran.Debo controlarme. El lunes es probable que vuelva a verlo en la empresa, así que debo tener autocontrol.
Me mentalicé y me dormí.
El problema era que, cada vez que lo veía, perdía el control de mis pensamientos y acciones.
Y dicho y hecho, como si de una predicción se tratara, ese mismo lunes, mientras caminaba por el pasillo de la empresa, vi a todo el grupo caminando en dirección contraria a mí.
De los nervios, para esquivarlos, me escondí en una de las oficinas abiertas que estaban allí.Obviamente para mi mala suerte, era una de esas oficinas en las que sólo se abrían con una tarjeta que yo claramente no tenía.
Otra vez te metes en estas oficinas del demonio Suni.
Esta vez no le iba a pedir ayuda a la primer persona que viera, y mucho menos a SeokJin, para que me sacara de allí.
Prefería esperar tres horas a cualquier otra persona, antes que pedirle ayuda a él.Para mi "desgracia", ellos me habían visto entrar allí y se asomaron por la ventana.
—¿Necesitas ayuda? —me preguntó SeokJin irónicamente—. Creo que a esta escena ya la hemos vivido, ¿acaso la repites a propósito?
—N-no, para nada. Estoy esperando a alguien —cada vez que lo veía no podía evitar tartamudear.
—¿Ah, si? —abrió la oficina con su tarjeta y, sólo con una mirada, les ordenó al resto de los chicos que siguieran sin él. Ellos muy obedientes le hicieron caso.
—Sí, de verdad.
—¿Y a quién estás esperando entonces? —su mirada era intimidante. Era obvio que él ya sabía que era mentira, pero yo seguí.
—A... a un compañero —sonreí débilmente.
Cada vez que se acercaba más a mi, yo daba un paso hacia atrás. Cuando ya no pude retroceder, quedé pegada a la pared con él mirándome a centímetros de mí boca.
Volver a tenerlo tan cerca me ponía mucho más nerviosa que antes.
Ya sabía muy bien a qué sabían sus besos, y quería volver a probarlos casi con desesperación, pero quería conservar la poca dignidad que me quedaba aún.
—¿Q-qué haces? —le pregunté cuando apoyó su mano en la pared, acorralándome.
—Nada, solo estoy apoyado en la pared, es que me duele la espalda —se quejó—. Creo que sé cómo se me puede quitar.
Me reí sarcásticamente y él me miró un poco sorprendido. Estaba por decirme algo, pero antes yo lo interrumpí.
—Qué mala excusa, antes eras mejor.
—¿Qué?
Antes de que pudiera hacer algo, me escabullí por debajo de su brazo y salí de la oficina. Me di vuelta caminando de espaldas para saludarlo.

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Awake
FanfictionComenzar a trabajar como pasante en una empresa de entretenimiento llamada Big Hit, fue la mejor decisión que Suni tomó en su vida... o quizás fue la peor. Un famoso Idol está dispuesto a conquistarla, sin medir las repercusiones y consecuencias que...