CAPÍTULO XIV

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In-Jae se había tomado unos días libres, así que no lo había vuelto a ver desde su declaración.

Me parecía irreal, siempre pensé que él me veía como su hermana, no como una mujer. Él era el único amigo que tenía en Seúl y bueno, nos habíamos hecho muy cercanos por haber estado trabajando tantas horas juntos.

Y también SeokJin era mi amigo, pero yo no lo quería ver justamente como eso.

Rápidamente me olvidé de todo el drama con In-Jae porque era Nochebuena, y mi corazón latía fuerte sólo con pensar que iba a poder estar al fin a solas con SeokJin.

Todo el mundo hablaba de la primera nevada, que casi siempre era en noviembre, pero como este año se había atrasado, era el tema de conversación del momento.

Yo por mi parte, deseaba con todas mis fuerzas que llegara justo ese día.
¿Por qué? Les explico:

En Corea del Sur, tienen la creencia de que si disfrutas la primera nevada del año junto a tú pareja, el amor perdurará para siempre.

Por este motivo, durante esta fecha, se puede ver en las calles a cientos de parejas caminando, tomadas de la mano a pesar del terrible frío compartiendo este instante único en el año.

Las calles no sólo se llenan de luces, decoraciones y nieve, sino de parejas buscando su deseo navideño, el cual consiste en compartir juntos este momento.

Por esta razón se pueden ver muchas parejas en las calles de Corea durante la primera nevada, con la esperanza de que su amor no termine nunca.

Así que mi deseo más grande en ese momento era ver la primera nevada con Kim Seokjin. No éramos nada, pero quería serlo todo con él.

Me arreglé y salí de mi casa para el encuentro.

Caminé lentamente hacia el árbol de navidad, que estaba adornado con luces que iluminaban perfectamente el lugar.

Estaba muy nerviosa, era como una primera cita oficial con Kim Seokjin en donde yo misma lo había invitado.
Ensayaba lo que le iba a decir cuando lo viera, pero como eso me ponía aún más nerviosa, opté por observar a mi alrededor mientras caminaba.

Ya saldrá espontáneo.

Cuando llegué al árbol, pude distinguir fácilmente que él ya estaba allí esperándome.

Traía puesta una gorra y un barbijo para no llamar la atención, pero, como era SeokJin, claramente hacía el efecto inverso.
Él era un hombre hermoso que nunca pasaba desapercibido, ni aunque se tapara la cara.

Todas las chicas que estaban ahí lo miraban y murmuraban entre ellas sobre lo apuesto que era.

Involuntariamente yo las miraba mal, porque él era mío.

Espera, ¿Qué?

—Hola —le dije tímidamente a sus espaldas.

—Hey —se dio vuelta y me recibió con una sonrisa. Pude ver que claramente lo era porque sus ojos se habían emtrecerrado.

En cuanto las chicas que murmuraban me vieron acercarme a él, se dieron vuelta y nos ignoraron.
Lo admito, en ese momento había sentido mucha satisfacción.

—Vaya, casi no te reconozco. Estás totalmente camuflado. ¿Eres tú Kim SeokJin? —le dije irónicamente mientras le tocaba la gorra.

—Tú también tienes que estar acorde a la situación —me puso en la cabeza una gorra rosada—. Feliz casi Navidad, Choi Suni.

—Wow, te luciste con el regalo.

—Mi color favorito, para mi persona favorita.

Era tierno hasta regalándome una simple gorra. Me daban ganas de agarrarle las mejillas y apretárselas, pero debía contenerme.

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