CAPÍTULO XVIII

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Ese día había despertado al lado de mi novio, y estaba realmente muy feliz por eso, pero no sabía porqué no podía quitarme de encima una presión en el pecho, como si fuera angustia o algo así.

Quizás es porque lo extrañé mucho.

Me moví de la cama para levantarme, y él se dio media vuelta dándome la espalda para acomodarse.
Lo abracé por la cintura, le di un beso en la mejilla y me levanté despacio para no despertarlo. Pero cuando volteé a verlo, él ya estaba con los ojos entreabiertos observándome.

—Buen día hermosa.

—Buen día lindura.

Me reí al ver su cara marcada por la almohada y su pelo alborotado. Se veía aún más lindo de lo que ya era.

—¿Qué? —me preguntó estirando sus brazos en la cama.

—Nada, me gusta mirarte.

Se levantó y, en un rápido movimiento, me alzó, me tiró a la cama y se puso encima de mí.

—¿Q-qué haces...?

Sujetó mis brazos para que no pudiera escapar y comenzó a llenarme de cortos besos en el rostro, para terminar en mis labios.

Esos besos llenos de Seokjin, llenos de amor y de su esencia única.
Nunca antes me había vuelto adicta a los besos de alguien, pero como siempre lo dije, él no era sólo alguien, era Kim SeokJin, único en su especie.

Su teléfono sonó, pero lo ignoró por completo y siguió jugando con mis labios.

—Debes... contestar —apenas pude decirle.

Gruñó, pero al ver que la llamada era de su mánager, atendió enseguida.

Pude escuchar que del otro lado del teléfono le decían que debía irse rápidamente, ya que era temprano y nadie lo iba a ver.

—¿Tu mánager también sabe? —pregunté mientras me levantaba de la cama.

—Obviamente. Él me cubre y ayuda.

—Oh —le dije pensativa—. Sabes, hoy es... —pero me callé inmediatamente.

Lo vi tan concentrado leyendo el tema de la reunión en el teléfono, que no quise molestarlo.

—Debo irme Bom, tengo que aprovechar que es temprano.

—De acuerdo.

Nos despedimos rápidamente y se fue en silencio para que mis padres no lo escucharan.

En otra oportunidad... quizás más tarde después de las filmaciones, se lo diga.

Ya iba a haber otra oportunidad para decirle que ese día era mi cumpleaños. No iba a festejarlo ni nada, pero quería pasar el día entero con él.

Ya habrá otra oportunidad.

Llegué al set y me dispuse a hacer mi trabajo.
Justo mis jefes estaban muy demandantes, así que tuve que llevarles café, papeles y recados toda la mañana.

En el descanso, In-jae se acercó a mí con una gran sonrisa.

—Feliz cumpleaños, Sunita —me abrazó y me dio un regalo. Eran mis chocolates favoritos.

—Siempre te acuerdas, gracias Yeye —le sonreí—. Por cierto, ¿Qué excusa inventaste para que mi jefe se olvidara del... tema?

—Simple, le dije que era photoshop. La verdad es que las fotos no eran de buena calidad. Por suerte, la empresa habló con la revista, y los "obligó" por así decir, a que borraran ese artículo, porque difamaban el nombre de un artista. La revista lo borró porque no quería comerse una demanda, y se retractó con otro artículo. ¿Quieres leerlo?

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