CAPÍTULO XXII

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Dos semanas después de haber dejado a Jin en la puerta de la empresa, mientras veía cómo me alejaba de él en el auto, desperté peor que los días anteriores.

Verme en el espejo con las ojeras por el piso, el pelo despeinado y los ojos hinchados de tanto llorar, hacía que recordase lo triste que estaba, y también me hacía dudar de la decisión que había tomado.

Apenas podía reconocer a esa chica llorona y triste que se reflejaba en el espejo.

Me refiero a que yo siempre había sido decidida en mi vida, y aún más cuando de amor se trataba. Nadie podía hacerme cambiar de opinión, porque además de decidida, también era muy terca.
Pero luego estaba SeokJin... que inexplicablemente, él hacía que pusiera en duda todo, hasta mi propia voluntad.

Hasta sentía compasión por mí.
Yo misma había tomado la decisión de no seguir la relación, pero estaba tan mal que parecía que a mí me habían dejado.

Incluso nunca había llorado tanto por alguien. Ni por mi madre cuando vine a Seúl para hacer la pasantía, y me dijo que si me iba, no me hablaría más.
Ni mucho menos me había deprimido tanto por mis novios anteriores, cuando me dejaron porque no les prestaba la suficiente atención.
Siempre había sido descuidada y desinteresada con ellos, porque para mí no era tan importante eso de demostrar afecto siempre y verse seguido.

Entonces, ¿qué tienes tú, SeokJin, que causas tantos efectos en mi? Si yo estoy así, ¿cómo estarás tú?

Esa pregunta se me cruzaba por la cabeza todo el tiempo, a toda hora.

Ojalá me odie así puede hacer su vida tranquilo.

Cuando me levanté para desayunar, me desilusioné al recordar que justo en ese momento, BTS estaba abordando un avión rumbo a Japón para comenzar el tour.

Cómo me hubiese gustado que golpearan la puerta de mi casa y que fuera él diciéndome que se quedaba. Pero, ¿acaso yo esperaba que él dejara todo por estar conmigo?

Para mi sorpresa sí, eso era justo lo que quería.

En el fondo de mi alma, quería que SeokJin sólo fuese mío y de nadie más. No quería compartirlo con nadie, y mucho menos que se fuera lejos de mí. Sus ojos, sus manos y su cuerpo entero quería que fueran solo míos.

Pero, por más que lo anhelara, debía entender que no podía ser así. Aunque me doliera, su vocación y trabajo eran ser músico y idol, y él era feliz haciéndolo.

No soy tan mala como para quitarle lo que más ama.

Repetía una y otra vez en mi mente.
Tampoco podía hacerle elegir entre la música y yo. ¿Quién haría algo así? Además de que jamás iba a ganar ante esa comparación.

Mientras me ponía una mascarilla para hidratar la piel de mi cara, que parecía una lija, recibí una llamada de In-Jae.

¿Cómo te encuentras Sunita? —preguntó con voz alegre.

¿Te respondo siendo hipócrita o con la verdad?

Vaya, eso me responde que mal. De todas formas, te llamo para darte una muy buena noticia.

BTS no se va de gira y se queda.
Deseé que dijera, pero ya sabía que eso no era posible.

—Dime.

Park Jung Hyung quiere hablar contigo. Parece que han revaluado la posibilidad de que vuelvas.

—¿D-de verdad? —contesté mientras me acomodaba la mascarilla.

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