CAPÍTULO IX

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Seokjin
¿Cómo estás? Lamento haberme ido de repente de la cafetería. Te escribo para quedar para el concierto.

Entonces si quiere ir conmigo al concierto. De verdad a veces pienso que mi mente es mi propia enemiga. Creí cualquier cosa y todo lo que imaginé no era.

Suni
Estoy muy bien, gracias. ¿Tú cómo estás?
Supongo que estabas ocupado y debías irte. ¿Cómo hacemos?

Seokjin
Jeje si, estaba ocupado. También estoy bien. Pensaba en irte a buscar a tu casa e ir juntos. Eso sería lo más fácil y cómodo para ambos. ¿Te parece bien?

Mentiroso, no estabas ocupado. Estoy casi segura de que me evitabas porque te da vergüenza.

Suni
Sí, me parece perfecto. Te esperaré en mi casa entonces. ¿A qué hora pasarás?

Seokjin
Como el concierto es a las 20hs, pasaré por ti a las 19hs. Por favor, envíame tu dirección.

Se la envié.

Seokjin
De acuerdo, gracias por aceptar ir conmigo, nos vemos. 😊

AAAHH puso un emoji. ¿Por qué me emociono con tan poco? Doy lástima.

Suni
Gracias por invitarme 💜

Ya lo envié. ¿No será mucho andarle ese corazón? Espero que no se asuste. Bueno, después de todo el corazón violeta simboliza lo que ellos siempre le dicen a sus fans: "I Purple You", y se podría decir que yo soy army así que no hay problema. No creo que me responda.

Seokjin
Jajaja 💜

Bueno, puedo morir en paz. Es muy tierno. Si mi corazón se acelera solamente porque recibí un emoji de él, qué va a ser de mi en el concierto cuando lo tenga al lado mío.

Llegó el día del concierto y no sabía qué ponerme. ¿Cómo iba a ir vestido él? Ah, que importaba.

Tenía que ir cómoda para poder cantar, saltar y gritar las canciones de Ariana Grande, así que me decidí por unos jeans rotos y una blusa roja.

Se hicieron las 18.53hs y alguien golpeó la puerta de mi casa.
Era un señor alto y todo musculoso.

—Buenas tardes señorita, Kim Seokjin la espera en el auto.

—Buenas tardes. Oh, gracias —cerré la puerta de mi casa y seguí al hombre. Éste me abrió la puerta del auto y entré.

—Hola Suni —me saludó un Jin sonriente.

—Hola Seokjin, ¿cómo estás? —mis manos temblaban. Estaba muy nerviosa de estar tan cerca de él.

Él iba vestido casi igual que yo: pantalones rotos, remera azul, campera de cuero y una gorra negra.

Vaya, me había olvidado por completo que iba a salir con un famoso. El guardaespaldas y la gorra me lo habían recordado.

—Ponte esto —me dijo dándome una gorra igual a la suya—. Es sólo por precaución. No queremos que nos molesten.

—Tienes razón.

"Que nos molesten" me gustó esa frase. Me sonrojé, sonreí y me puse la gorra.

En el camino casi no hablamos. Sólo decíamos frases cortas y desviábamos la mirada. Parecíamos dos niños idiotas.

—Y Seokjin... ¿Hace cuánto conoces a las chicos? —rompí el silencio.

Sabía la respuesta, pero ya no soportaba ese silencio incómodo.
Cuando le pregunté eso, sus ojos se iluminaron. Comenzó a contarme todo acerca de sus épocas como Trainee y su debut con los chicos. Estaba realmente emocionado. Me alegró que compartiera eso conmigo, de alguna forma me sentí especial.

Llegamos al Estadio y el guardaespaldas nos abrió paso por otra entrada. Al ser VIP, entramos rápido y directamente fuimos a una sala de estar para esperar.

Nos sentamos enfrentados en los sofás, en la mesa que nos separaba habían snacks, y yo comencé a comer pretzels.

Sentía la mirada de Jin clavada en mi frente.

—¿Qué? —pregunté mirándolo fijamente.

—Ah. No, nada —tosió y acomodó su cuerpo para estar de costado.

Al cabo de dos minutos volví a sentir su mirada, me reí y lo miré nuevamente.

—Basta —le dije y le tiré un pretzel en la cara. Su cara de sorpresa me dio tanta risa que largué una carcajada y automáticamente él también se rió.

—¿Quieres guerra? —me contestó retándome.

—A que no te atreves.

Tomó los pretzels, se paró y comenzó a tirarme pretzels en la cara, la cabeza y el cuerpo.

Me levanté para detenerlo. Quería arrebatarle el paquete, pero él era mucho más alto que yo y levantaba sus brazos para que no lo alcanzara.

Comencé a hacerle cosquillas en las costillas y en el cuello, y él se retorcía mientras reía.
Soltó los pretzels y me siguió el juego.
Me agarró los dos brazos con una mano y con la otra me hacía cosquillas en el cuello. Ambos estábamos rojos de la risa y de la adrenalina por la mini guerra que habíamos empezado.

Nos habíamos puesto las gorras para no llamar la atención, y lo que conseguimos fue todo lo contrario. Todas las personas que estaban en la sala VIP nos miraban riéndose.

—Qué pareja tan encantadora —murmuró una de las personas.

Escuchamos eso y nos detuvimos casi en el acto. Nos volvimos a sentar pero esta vez uno al lado del otro.
Nos reíamos en voz baja y de vez en cuando nos hacíamos miradas cómplices.

Imprevistamente, se acercó a mi oído.

—Eres una cobarde, terminaste el juego antes de que yo ganara —se alejó un poco y me sonrió.

—Tú lo terminaste porque escuchaste eso —le dije en tono desafiante.

—¿De verdad crees eso? —se acercó a mi boca a tal punto que sólo cabía un alfiler entre nosotros.

—Sí.

Yo lo estaba provocando, quería que me besara y él, casi como leyendo mis pensamientos, me besó. Y esta vez, yo no lo aparté.

Se inclinó hacia mí y me besó con suavidad. Cerré los ojos y me dejé llevar. Sentía que algo estallaba en mi pecho y que un extraño hormigueo recorría todo mi cuerpo. Los labios de Seokjin acariciaron los mios con ternura.  Sus besos eran cálidos y suaves.
El tiempo se detuvo y todas las personas que estaban allí desaparecieron. Sólo estabamos nosotros dos.

Escuchamos a alguien aclarándose la garganta e instantáneamente nos separamos como 3 metros.

—Ya pueden ingresar al Estadio —dijo un guardaespaldas claramente incómodo.

Suspiramos con pesadez, morados de vergüenza e ingresamos al Estadio.

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