Me desperté y vi el reloj de mi teléfono:
05:20am, 4 de diciembre
Me levanté a tiempo.
En la puerta de la empresa me esperaba In-Jae.—Preciosa, ¿cómo estás? ¿cómo está yendo el nuevo trabajo?
—¡Yeye! Ya te extraño —apoyé mi cabeza en su hombro.
—Ja, yo también. Oye, esta noche tengo una fiesta de cumpleaños, ¿quieres acompañarme? La verdad es que no quiero ir solo.
—¡Claro! Me encantaría. Aunque espero que no sea una de esas fiestas aburridas, llena de gente importante que nunca ríe.
—No lo es, lo prometo. Cumple alguien joven.
—¡Genial! Entonces sí.
—A las ocho paso por tu casa, ¿si? —se despidió y me hizo una caricia en el pelo como a un cachorro.
—¡No soy un perrito! —medio le grité mientras desaparecía.
Fui a la sala número tres del piso quince. Allí estaban algunos de los chicos esperando para grabar un vivo jugando al Twister.
Me preparé mentalmente para encontrarme con Seokjin y saludarlo con total normalidad y con una sonrisa. Respiré profundo y entré a la sala. Namjoon se acercó automáticamente para hablar conmigo.
—¡Hola chica nueva! Soy Namjoon, ¿Recuerdas?
—Hey, hola. Sí, claro que me acuerdo.
Se abrió la puerta y entraron dos chicos más: Yoongi y Seokjin.
Los miré fijamente para hacer contacto visual.
—Ho...
Pasaron a mi lado como si yo no existiera y me atraganté con el saludo.
Vaya, ya veo. Fui la única loca que estuvo toda la bendita noche pensando en cómo iba a saludarlo o cómo él me iba a mirar. Loca pensando en cómo esto iba a afectar mi trabajo. Lo juzgué muy mal.
Este chico debe estar loquito. Pobre, tiene algún trastorno seguro.Bueno, qué alivio, iba a poder seguir con mi trabajo tranquila.
—Ya que vamos a pasar mucho tiempo juntos quería conocerte un poco más —interrumpió mis pensamientos Namjoon.
—Tienes razón. Bueno, ¿Qué quisieras saber?
—Tu edad, de dónde vienes, hace cuánto estudias, tu cuenta bancaria... —dijo riéndose y también lo hice.
Estuvimos hablando por unos minutos. Hablar con él era muy agradable y cálido, pero mis ojos involuntariamente se desviaban para otro lado, y justo "ese lado" era donde se estaba Seokjin.
Tenía una campera de cuero y unos jeans que hacían que resaltara su espalda y cintura. Inconscientemente quería seguir mirándolo. Parecía adictivo mirarlo.
Su pelo bien arreglado, sus mejillas, sus brazos y su boca...su boca. Anoche me había besado esa boca tan atractiva.
Anoche habíamos estado tan cerca que podía sentir sus latidos en mi pecho y ahora él estaba a cinco metros de mí ignorándome por completo. Vaya si está loco.
No pude evitar sonrojarme y Namjoon lo notó.—Creo que te estoy aburriendo.
—No no, para nada. Lo siento, es que mi cabeza está algo dispersa.
—Está bien. Vamos, comencemos.
Apenada, fui para acomodar todo.
Los chicos estuvieron como cuatro horas seguidas jugando al Twister. Era muy divertido verlos y sus risas eran muy contagiosas. En especial la de Hoseok, que parecía un niño feliz aplaudiendo y haciendo efectos de sonido para todo.No parecía un trabajo tan agotador, porque me divertía mucho, pero sí lo era.
Me dolía mucho la espalda por las horas parada grabando, así que fui al negocio de la empresa para caminar un poco y de paso comprar alguna golosina.
En el pasillo, cuando ya estaba de vuelta, caminaba Jin en dirección contraria.
Automáticamente bajé la mirada y saqué mi teléfono simulando que alguien me mandaba un mensaje. Me puse tan nerviosa que dibujaba mal el código de bloqueo y mi teléfono no se desbloqueaba.—Lo estás haciendo mal. Así no es el patrón —se paró frente a mí con las manos en los bolsillos de su pantalón.
Mi corazón empezó a latir tan rápido que pensé que él lo iba a escuchar. Yo seguía mirando hacia abajo.
—¿Cómo estás Offi?
—Ah, h-hola.
—¿Olvidaste el patrón de tu teléfono? —seguía con las manos en los bolsillos mirando mis manos.
—No, es que la pantalla está sucia y a veces no lee bien el código —en cuanto levanté la mirada, mis ojos fueron directamente hacia su boca, e inmediatamente volví a mirar el piso.
Mi corazón iba a explotar.—Tierna —susurró y soltó una pequeña risa, como si algo le hubiese parecido inocente—. Toma —dejó un paquete en mis manos por encima del teléfono.
—¿Qué es?
—Un parche para el dolor.
Miré el paquete confundida.
—¿Y cómo sabías que...?
—Le di uno a cada miembro del Staff. Sé que estar parado tanto tiempo es agotador.
—Oh, le diste uno a todos. Bueno, muchas gracias Seokjin.
—Qué gusto, recuerdas mi nombre.
—Si... Bueno adiós —lo esquivé y caminé lo más rápido que pude para llegar a la sala.
—Espera...
Antes de que pudiera seguir escuchando, entré a la sala. Si me quedaba allí un segundo más me iba a dar un paro cardíaco.
Llevé mis manos a mi pecho y traté de regular la respiración. Cielos, ¿Por qué carajos este chico desconocido causaba tantas cosas en mí?
El día de grabación había terminado. Me escabullí rápidamente para que nadie más me hablara y me fui a mi casa.
Seguía un poco nerviosa, pero cuando recordé que esa noche iba a salir a una buena fiesta, según In-Jae, me puse contenta.
Supuse que el cumpleaños iba a ser casual, así que me puse unos jeans, unas zapatillas converse, una blusa roja y una chaqueta liviana.Eran las ocho y diez e In-Jae ya estaba en mi casa.
—Wooooow. Es la primera vez que te veo peinada.
—Ja, ja —lo miré un poco ofendida.
—Estás linda, no hace falta que te lo diga. Vamos.
—Espera, busco el regalo y salimos.
—¿De verdad llevarás un regalo y ni siquiera sabes quién es la persona que cumple años?
—Obvio. Si hay algo que mi mamá me enseñó, es que nunca debes ir a un cumpleaños sin regalo —contesté orgullosa.
—Siempre me sorprendes Sunita. ¿Y se puede saber qué has comprado?
—Lo sabrás cuando lleguemos.
—Cuánto misterio. Ya, vamos —hizo una mueca burlona y nos fuimos.
Llegamos y el cumpleaños era en una casa que parecía todo menos una casa. Era inmensa con un jardín que parecía un parque y una piscina que se podía distinguir de lejos. Quién sabe qué más había dentro.
—Por cierto Yeye, ¿De quién es el cumple?
Entramos. En la entrada había un cartel que medía como diez metros que decía:
"¡Feliz cumpleaños querido Seokjinnie, te amamos!"
MIERDA.
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Awake
FanfictionComenzar a trabajar como pasante en una empresa de entretenimiento llamada Big Hit, fue la mejor decisión que Suni tomó en su vida... o quizás fue la peor. Un famoso Idol está dispuesto a conquistarla, sin medir las repercusiones y consecuencias que...