CAPÍTULO XIII

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Estaba tan emocionada por Nochebuena, que no pude dormir en todo el día. Realmente quería pasar el día con él.
Encendí mi teléfono y abrí la galeria para ver la selfie. Me hacía feliz verla, sentía que lo tenía un poco más cerca de esa forma.

¿Él hará lo mismo? Quién sabe.

Tres días después debíamos ir a un set de grabación, que estaba en las afueras de Seúl, para grabar un comercial de una famosa marca de bebidas. BTS era la cara de muchas marcas famosas.

A veces, realmente me olvidaba que SeokJin era famoso. Su personalidad tan transparente y llena de vida, hacia que, en realidad, me olvidara de todo lo demás.

Era muy temprano en la mañana, y hacía tanto frío que podíamos ver el vaho saliendo de nuestras bocas al hablar o simplemente respirar.

Froté mis manos para calentarlas e In-Jae se me acercó.

—Sunita, ¿Cómo estás? Veo que estás usando la bufanda que te di —me saludó.

—Hey In-Jae, si. Es la única que tengo, gracias.

—Me alegra verte usándola —me observó un segundo—. Sabes, olvidé mi teléfono en casa. Cuando terminemos aquí, ¿Podrías prestarme tu teléfono para llamar un taxi?

—Si, claro.

Seokjin nos vio y se aproximó a nosotros.

—¿Cómo están chicos? Tomen —nos acercó un calentador de manos para cada uno.

—Qué servicial— respondió sarcásticamente In-Jae y se fue.

Su respuesta me había sorprendido mucho, él siempre era muy amable con todos y hasta hace unos días atrás, parecía llevarse muy bien con SeokJin.

—¿Qué le pasó? —era una pregunta al aire, en realidad no esperaba respuesta.

—Eres muy inocente Bom —Jin me acarició ligeramente la mejilla—. Esto también es para ti —sacó de su mochila una bufanda circular.

—¡Es hermosa! Me encanta.
Se acercó a mí, me quitó la bufanda que traía puesta y me puso la que me regaló. Yo sólo lo miraba hacerlo.

—Gracias RJ —amaba ver su sonrisa como respuesta—. Oye, estuve pensando en Nochebuena.

—No es nada. ¿Qué pensabas?

—Podríamos juntarnos a las seis en el árbol de Navidad gigante que está a unas cuadras de la cafetería. ¿Te gustaría? —la invitación no era muy sutil, pero realmente quería volver a verlo a solas.

—Si, me muero porque ya sea Nochebuena. Nos veremos ahí —se alejó mirándome y después se dio vuelta.

Dios, hasta de espaldas es hermoso. Detente Suni, si sigues mirándolo así le harás un hueco en su hermosa espalda.

El comercial finalizó y todos estábamos almorzando juntos. Mis ojos siempre se desviaban hacia donde estaba Jin y parecía que los suyos también hacían lo mismo, ya que varias veces nuestras miradas se habían cruzado.

—Suni, ¿Me prestas ahora tu teléfono? Para llamar al taxi —volví a la realidad ante la petición de In-Jae.

—Ah, me había olvidado. Toma —desbloqueé el teléfono y se lo di.

In-Jae lo recibió y no tenía idea de cómo usarlo. Le dio tanta vergüenza preguntarme, que comenzó a tocar cualquier ícono de la pantalla. En un momento, le hizo click sin querer a la galería y vio la foto donde salíamos SeokJin y yo.

—Suni, ¿Qué es esto? —me preguntó enojado.

—¿Qué cosa?

Me llevó afuera para alejarnos del resto del Staff.

—Esta foto— puso frente a mi el teléfono.

—Oh, no es nada, simpl-

—Sabes que eso está prohibido, la compañía no lo permite —me interrumpió.

—Sólo es una foto —reí incrédula ante su reacción.

—No, no sólo es una foto. Estoy seguro que hay más cosas detrás de esto. Seguro tuvieron citas y eso conllevó a la foto. Con razón ahora están más cerca —me dijo de una forma directa señalándome con los ojos la bufanda. Nunca lo había visto así de enojado.

—¿Qué? —me reí nerviosa—. Estás algo paranoico.

—No, deberías alejarte de él. Es tu trabajo Suni, cómo puedes involucrarte con él de esa manera. Además, yo primero te regalé una bufanda, ¿Por qué la rechazas así?

—¿De qué estás hablando? ¿Acaso estás celoso? —pregunté medio en broma temiendo su respuesta.

—Sabes muy bien que tu vida no tiene nada que ver con la de él. Tú eres nada más que una simple pasante y él es un idol millonario. ¿En qué estabas pensando? ¿Sabes los problemas que tendrán ahora? Estoy seguro que está usándote. ¡Abre los ojos!

—¡Ya basta! —le quité el teléfono de la mano—. No sé qué demonios te pasa, pero no permito que te metas en mi vida de esta manera.

Le di la espalda para irme, pero me tomó el brazo impidiendo que pudiera hacerlo.

—Discúlpame Suni no te enojes. Tienes razón, no debí tratarte así —dijo muy nervioso e irritado.

—Entonces deberías medir tus palabras.

—Lo sé, lo siento. Es sólo que... esto no me gusta nada —me soltó y tocó su barbilla nervioso.

—¿Qué cosa, una simple foto?

—Él... tú... Ustedes, no me gustan. No, no y no. No puedo verlos juntos —negaba con la cabeza mirando hacia todos lados.

—¿A qué te refieres? No estamos juntos—verlo así me exasperaba, era otro In-Jae.

—Me duele Suni, me duele verte con él, y sabes a lo que me refiero. Me duele ver esa foto en tu galería. ¿Qué demonios hace él en tu teléfono? ¿Por qué cada vez que lo ves llegar te saca una sonrisa enorme? ¿ Y por qué no puedo ser yo el motivo de esa sonrisa? Estoy cansado, ¿De verdad nunca me viste de esa forma?

Me miraba como esperando una respuesta que claramente yo no tenía.
Me quedé perpleja, no tenía idea de lo que me estaba diciendo.

—In-Jae, no sé qué-

—No, no hables. Sé cual será tu respuesta y en este momento no quiero oírla. Nunca pensé que iba a declararme de esta forma —se rió de costado y se rascó la cabeza—. Qué mierda de situación. Discúlpame por todo Suni, debo irme.

—Espera... —antes de poder escucharme, se fue.

Nunca había pensado en él como alguien que me gustara. Era la primera vez que lo había visto como un hombre. Yeye siempre habia sido mi amiguito, casi como mi hermano mayor y verlo en esa faceta de hombre enamorado me había desconcertado por completo. Por eso SeokJin me dijo que era inocente.
¿Y desde cuándo lo sabía él?

Sentí escalofríos, era mucha información para procesar. Suspiré y también me fui.

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