CAPÍTULO XVI

2.2K 224 28
                                    

Las personas se acercaban y no paraban de felicitarnos. Claramente también habían personas que no estaban contentas, como ese hombre desagradable y su hermana. Pero de alguna forma me gustó verles la cara de desilusión, aunque esa sensación pronto se esfumó.

Mi mente sólo pensaba en que SeokJin había hecho pública nuestra relación, frente a idols y gente del Staff.

¿Qué iba a pasar con nuestro trabajo? Tenía muy en claro que ese tipo de relaciones entre compañeros de trabajo estaba prohibida. Rogué con todas mis fuerzas que nadie del Staff dijera algo.

Cuando la fiesta terminó, me llevó a mi casa. Me había dicho que una vez que me dejara, tenía que irse rápidamente al aeropuerto.

—Jin, no sé si fue una buena idea lo que hiciste hace un rato —hizo una pausa pensando en lo que me iba a responder, pero yo seguí hablando—. Ahora que te vas por dos meses, me quedaré aquí sola. No quiero que Bighit se entere, imagina lo que pasará.

—Todo estará bien Suni, no te preocupes.

Estacionó el auto, se desabrochó el cinturón y me abrazó.

—Quizás fui impulsivo, pero no aguanté. Me gusta que ahora muchas personas lo sepan.

—Lo sé, a mi también me gusta —también lo abracé—. Espero que tengas razón.

La despedida fue muy corta ya que él debía irse rápido. Nos dimos un largo y tierno beso y se fue.

Año nuevo lo pasé sola en mi casa. En esos momentos me hubiese gustado hablar con un amigo, pero el único que tenía en Seúl, era In-Jae.

Me dolía no poder contarle la buena noticia o simplemente decirle que lo extrañaba; que lo necesitaba para tomar algo y charlar.

Pero no lo hice, no le hablé por respeto a sus sentimientos. Quizás si le hablaba y lo invitaba justo para fin de año, iba a malinterpretar las cosas.

Enero fue largo y raro. Con SeokJin tratábamos de hablar todos los días, pero habían momentos en los que simplemente no podíamos.

A veces pasaban tres días y yo no sabía nada de él, y cuando aparecía, me contaba lo increíble que la estaba pasando.

Habían ganado como cuatro premios y sus presentaciones habían sido muy exitosas.
Siempre veía las transmisiones en vivo de sus premiaciones y podía observarlos felices y orgullosos. Al menos lo podía tener cerca de esa forma.

Faltaba una semana para que volvieran a Corea y yo estaba muy emocionada. Los dos meses se me habían hecho eternos y no podía esperar para llenar de besos y abrazos a Seokjin.

Había decidido sorprenderlo con una cena romántica en mi casa y, como llegaban el martes a las ocho de la noche, el lunes en la mañana fui a comprar los ingredientes para la comida, algo de bebida, ¡Y hasta velas!

No me reconocía, nunca había hecho estas cosas por un hombre.
Pero es que SeokJin no era cualquier hombre, él era especial y siempre resaltaba entre la multitud. Sonreía sólo con saber que él era mi novio.

Mientras esperaba en la cola para pagar lo que iba a cocinar para la cena, sonó mi teléfono más de cincuenta veces de una sola vez. Por un momento me asusté porque creí que estaba roto.

Abrí las notificaciones y pude leer sólo algunos de los mensajes que me habían llegado.

Número privado
Eres una zorra, quién te crees que eres.

Número privado
Muere, eres una perra. No mereces a SeokJin.
No estás a su altura. Muere.

Número privado
Desaparece, es nuestro.

AwakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora