Capitulo 2

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Luego de un par de horas, y nuevos sonidos un tanto inestables provenientes de la habitación, aparecieron Alba y su nueva humana, Natalia creo que se llamaba, dirección a la cocina.

- Nat, para - dijo Alba entre los besos que recibía de la más alta. - ¿no estás agotada ya?

- Albi, contigo imposible - murmuró acercándose cada vez más.

Todo esto delante de mi ensalada, ya entiendo por donde van los rollos.

- Pero yo sí que necesito un descanso y ademas que tengo hambre - dijo la rubia sosteniéndola de la mano y llegando al destino.

Las seguí a la cocina, como comprenderán la vida en casa no suele ser tan interesante con tu humana trabajando todo los días para que te traiga los mejores enlatados para gatos.

Ambas preparaban el desayuno, bueno ambas por decir que Alba lo preparaba mientras Natalia la abrazaba por la espalda. Si es que desde que las había visto llegar no se separaban de nada.

Luego del desayuno, decidieron salir, dejando en silencio la casa después de mucho tiempo, di un par de vueltas por el piso pero el cansancio me pudo, anoche estás humanas hacían mucho ruido y eso que tengo el sueño pesado, y tomé la siesta que merecía.

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Otro estruendoso ruido ya conocido, era el mismo golpe de la puerta. Coño que pesadas. Acaso no saben caminar. De nuevo la misma escena, ambas se pegaban más que la miel. Se adentraron pero esta vez no fueron rumbo a la habitación, apenas pude saltar del sofá o me caían ellas encima. ¿Alba que es esto?

- Pero que ansiosa estás - susurró Alba - ¿no llegas a la habitación? - dijo vacilona.

- Contigo llego hasta la luna, tu me llevas a la luna - dijo la Natalia mientras se acomodaba encima de su novia.

Alba soltó unas pequeñas carcajadas y a continuación empezaron una guerra más de pieles, a saber cuántas llevaban ya. Huí la vista de aquellos actos y a trote más que pasos acudí a la habitación. Como quitan el sueño.

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Este despertar fue más agradable con unas caricias en el lomo, caricias distintas a decir verdad. ¿Natalia?

- Ay reina, que suavecita eres - a mi me viene diciendo suavecita cuando se lo decía a otra anoche - Alba fue a por palomitas para ver una peli, vamos a ver los Aristogatos, ¿a ti te gustan? imagino que si, de seguro ya te la has visto mil veces con ella - se contestó ella sola.

- Listo - Alba entraba con dos recipientes de palomitas - una con y otra sin mantequilla, toma baby - le entregó uno - aun no has puesto la peli - comentó al darse cuenta que no había prendido la pantalla.

- Perdón, es que me distraje hablando con Queen - se excusó.

- ¿Y de que hablaban? - inquirió curiosa.

- Me contó que tiene unas vecinas que hacen mucho escándalo al amarse - dijo por mi Natalia mientras movía de manera sugerente una ceja, bueno muy lejos de la realidad no estaba - y no la dejan dormir.

- Pero Natalia - chilló la artista entre carcajadas - qué dices loca.

- Enserio que me lo ha dicho Queen - trato de convencerla.

- Bueno si quizá sea yo la culpable - sentenció - pero es que tengo una novia que lo hace todo tan bien - dijo mordiéndose el labio y apoyándose con una mano hacia atrás.

- Albi que está nuestra hija presente - dijo de manera sobre actuada e indignada.

- ¿Desde cuando es tu hija, ehhh? hasta que no le des tu apellido o compartas gastos no va.

- Que si mujer que es mi hija, si es pelinegra como yo, los genes lo dicen - dijo acercando su melena a la mía para que notará la similitud.

Entre carcajadas por parte de ellas y la película se pasó la tarde, quedando rendidas las tres en cama.

Queen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora