Una semana más pasó y visitas constantes de la morena con la intención de ayudar en el nuevo cuadro terminaban la noche en la misma cama, en las mismas condiciones.
Era un día más, viernes exactamente, solo diferencio este día de los otros porque siempre los viernes viene Nat para tomar la siesta de los viernes, diferente a la de los domingos en donde es especialmente mía con Alba.
- Nat, hoy no creo que descansemos ni ahora ni más tarde - le comentó a la morena quien movía con una cuchara algo dentro de la sartén.
- ¿Y eso? ¿Quieres una noche emocionante o casual? - pregunto con un movimiento de cejas verticalmente. La artista rio. - Sabia que tenía que traer el coso este.
- ¡Nat, no! - volvió a reír. - Me refiero al cuadro, es que no me convence.
- ¿No te convence? ¿La musa no fue suficiente? - volteó la mirada con un gesto decaído y fingido.
- Si tú estás espectacular, el problema no ere tú sino que le falta algo o...
Me había acercado y subido a la encimera de la cocina para unirme a su charla.
- ¿O...?
- ¿Queen, alguna vez te he dibujado?
Nou.
- Creo que no.
Alba ma cargo y llevo en sus brazos con el camino claro hacia el sofá rojizo que tenía en una habitación y en donde se tuvo que sentar Natalia esos días que la pinto.
- ¡Nat! - la llamó.
- Dime - apareció con en la puerta y con un poco de confusión reflejando en su rostro.
- Siéntate.
- Se me queman las lentejitas. ¿No ibas a pintar a Queen?
- Si, también. Quiero tomar una foto, para ver qué tal.
Natalia de acercó y tomó asiento en la misma pose en la que estaba a medio pintar en el cuadro del caballete.
- ¿Así?
- Casi - se acercó de nuevo a mi. - Ven, mi amor - y me llevo hacia la morena - tómala.
- Parezco una de esas viejas mafiosas con su gata.
Alba tomó más de un par de fotos. Me levante y salí de la habitación escapándome de las manos de la morena, esa luz del móvil me aturdía.
- ¡No, Queen! - chillo la rubia y salió detrás mía.
Pero no me siguió sino fue a la cocina y... ese característico sonido de empaque... ¡chuches! Voy, Albi, voy.
Tenía más de lo que me dolía dar en un día en la mano.
- Ven, cariño - me dijo y la seguí sin condición alguna.
En la habitación me volvió a poner sobre la morena y me dio un par de chuces.
- Que glotona - dijo la morena al verme.
- Ponla sobre tu hombro.
- ¿Eh? ¿Como un loro?
- Vamos a probar.
Termine la segunda chuche y cuando me subió a su hombro me dieron una tercera.
- Quieta - rugió mi humana - o mejor dicho quietas.
Volvió pasos atrás y sujetó el móvil de nuevo.
- Uff...
- Samur - completo la frase.
Volvió a modificar su postura para tomar otra foto desde otra perspectiva.
- ¿Te gusta? - pregunto la morena.
- Si, los ojazos de esta con tu mirada...
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Queen
FanfictionHistoria Albalia vivida a través de la mascota de una de nuestras protagonistas, Queen, aunque es más su hija que mascota. Siestas, comidas, momentos y un par de pensamientos gatunos definen esta historia. - Cancelada, creo. -