Capítulo 22

350 45 2
                                    

Alba había ido a recoger a su humana por lo que decidí tomarme una siesta, pero como lo imagináis. El usual golpe de la puerta hacia la pared por la brusquedad de ambas me despertó. Parece que volvíamos al inicio de todo esto.

Y entraron ellas, esta vez no me lleve un susto ya que sus típicos caminos al llegar a casa eran los de siempre. O iban a la habitación o al sillón, así que me adelante a ellas y fui al comedero lleno que Alba me había dejado en la cocina.

Subí a la encimera y las cosas no salieron como lo pensé.

- Amor, cierra la puerta - gimió en los labios de la otra.

- Albi - tomo el mando del momento y apresurándose la llevo a donde estaba justo yo. Parecía algo apresurada.

Natalia subió a Alba sobre la encimera, justo la que estaba frente a mi, vi a la morena deshacerse de los pantalones y demás para agacharse y a continuación tuve que huir.

——

Las noches estaban llegando a su máximo esplendor en el frío. Alba y Natalia tendrían la suerte de tenerse la una a la otra, para darse calor y amor mutuamente. Yo las tenía a ellas, a veces, pero no es lo mismo tener a una humana que a un gatito.

Por la mañana me acerqué a la habitación, por fin habíamos regresado a la normalidad.

Alba descansa sobre Natalia, quien tenía una mano sobre su espalda y la otra más abajo. Me acerqué a darles los buenos días.

Prr... prr...

- Mhmm... - se removió Alba girando su cabeza hacia el otro lado, la morena al sentirla comenzó el inicio de sus caricias por sobre su espalda.

- Buenos días, amor - dejó un beso sobre su cien. - ¿Que pasa, Queen? - susurró bajo mi atenta mirada.

Que ya es hora del desayuno.

- Yo también te extrañe, Queen - la morena pensó que eso respondía a mi dicha y retomó su sueño junto a la otra.

Hey no, no, no, no pienses que he olvidado lo del cuadro. Que Alba cuando pinta deja una parte de si, que yo he sido la que la he visto y estado con ella noches largas intentando terminar un cuadro y que esté satisfecha con el resultado para que vengas tú y se lo dones a una cualquiera.

———

- Joder que no llego - decía Alba terminando de arreglarse los pendientes frente al espejo de la entrada. - ¿Tu me ves guapa? - me preguntó dirigiendo su mirada a la mía.

Claro que si, Albi.

- Para guapas está Natalia, que me envía una foto saliendo de la ducha para que vuelen mis bragas antes de la cita - se repasó el pintalabios. - Será.

Tomo su bolso y tan elegante como lucía salió con su mejor sonrisa.

La noche estuvo tranquila, dormí calentita en el sofá con la luz de la luna colándose por un lado de la persiana. Que paz.

A la mañana siguiente desperté y me extrañó no hacerlo antes, al llegar de Alba, pero fui a su habitación y no había llegado. Se ha de haber quedado en el piso de Natalia.



Perdón por esta gran desaparición, es que tuve un par de crisis jeje, aunque ni segura estoy de si terminare este fic, en fin, pero al menos sirve para distraerme.

Fin del comunicado, gracias por su atención.

Queen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora