Era la tercera mañana con la familia completa. En las mañanas Natalia salía pero volvía antes del almuerzo humano mientras que Alba y yo pasábamos tiempo juntas. Almorzaban y salían toda la tarde, tiempo que me tomaba para dormir lo que no dormía en las noches.
Ese día por la tarde al llegar Natalia, está le propuso a mi humana salir las tres. La rubia acepto y me preparó para salir, en el parque me libero del transportin pero seguía con el arnés.
- Alba, Queen no se mueve - dijo con desánimo.
- Deja que vea el lugar, es nuevo para ella - se acercó y oso su brazo por detrás de su cintura.
Olí un poco la zona, Natalia seguía detrás de mi con el otro lado del arnés en mano, ella quería que fuese su canino pero las cosas no funcionan así. A mi me dejas ir y tomar mis tiempos, ¿vale?
- Ya se mueve - comentó.
- Si es que la llegamos a ver más tranquila y confiada le soltamos, caso contrario podría asustarse y huir en busca de una zona segura - dijo Alba.
Estos climas eran más fríos, pero soportables. Era más tranquilo, menos gente transcurría y menos perros. Paseamos un poco con las charlas humanas de fondo. Nos adentramos hasta no percibir a prácticamente ningún ser.
- Queen - se agacho la rubia - ¿todo bien?
Genial Albi.
- ¿Que te parece si soltamos esto? - presionó el gancho liberándome de la correa.
Estuvimos cerca de media hora tumbadas sobre césped, Natalia apoyaba su cabeza sobre el abdomen de la rubia al igual que yo. Alba con un mano me hacía ronronear mientras que con la otra hacía mimos sobre la cabeza de la peligra, ya veo porque te agrada, si es una gatita como yo.
Sentí unas ganas de ir por ahí a deshacerme de los elementos de mi interior, la naturaleza llamaba. Fui cerca a un arbusto y empecé a escarbar con media mirada de Alba para fijarse a donde iba, al darse cuanto de mis necesidades verifico que no fuese a otra parte devolviendo su mirada al cielo un tanto nublado.
- Amor, deja de hacer eso - exclamo la rubia vagamente.
Alce mi mirada hacia ellas, no acá, por favor.
Natalia había desabotonado el pantalón de alba, bajándolo un poco y dejaba besos en la poca piel libre. La rubia suspiró entrecortadamente.
- Cariño - se separo rápido la pelinegra- que se me olvida el regalo.
- ¿Lo has traído?
- No pero debí hacerlo, vamos a casa para enseñártelo - ayudo a pararse a la valenciana y volvió a poner el botón.
- Gracias - susurro. - ¡Queen! - exclamo en mi búsqueda.
Ya había terminado de cubrir lo hecho y me acerqué.
Me ayudo a entrar al transporting y volvimos a casa.
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Queen
FanfictionHistoria Albalia vivida a través de la mascota de una de nuestras protagonistas, Queen, aunque es más su hija que mascota. Siestas, comidas, momentos y un par de pensamientos gatunos definen esta historia. - Cancelada, creo. -