Amanecía un día más sin Alba, ni Natalia. Seguro volvía a ser lunes, no llevo bien la noción del tiempo. Cuando Natalia no amanecía conmigo no la solía ver hasta la noche. Yo estaría un día más pensando en mi humana y sin saber cuando la volvería a ver. No tenía ganas de nada más así que me eche una siesta más.
Sentí que sólo fue una pestañeada hasta que una mano suavecita y tibia acarició mi lomo. Prr...
- Oi, mira quien ha despertado - su sonrisa me hizo feliz y su presencia súbita hizo que saltase sobre ella.
¡Albi!
- ¿Ya estás mejor, Queen? - apareció la morena que estaba detrás de ella a acariciarme.
- Uf... como te extrañe, mi amor - dijo Alba mientras nos dábamos mimitos sobre nuestro rostros.
Alba, no te vuelvas a ir...
- Queen está loca por ti, Alba - dijo al vernos en nuestro encuentro amoroso.
- Y yo por ella - respondió sin detener sus caricias.
La cena esta vez si se veía apetitosa. Bueno siempre era la misma pero mi apetito esta ves si estaba, no como las veces anteriores que estaba ausente.
En lo que ellas cenaban en la extensa mesa pero cerca entre sí, vi un cuadro como los que pintaba Alba cerca de la entrada, tal vez lo trajo ella. Ah si, ahí está su característico garabato que según ella es su nombre, no sé leer pero vamos que un día de estos aprendo.
- ¿Pero como lo trajiste? O sea pudo haberse dañado - dijo la morena entre la cena.
- Ya, dije que era para un museo y que si sucedía algo se tendrían que responsabilizar porque era importante - respondió Alba.
- Normal que se lo crea, que tú solo pintas obras dignas de admirar en museos - la morena acaricio la mano de su novia que reposaba sobre su muslo.
- No es uno de los mejores pero si que tiene su estética característica.
Era un cuadro no más del triple de mi tamaño. Se notaban nubes... grises... azules... y con tonos rosas, había una especie de cabaña a un lado que era el único que parecía estar soleado y el mar con el cielo se veían tristes.
- Hice espacio en mi agenda para salir juntas y mostrarte la belleza de Inglaterra - le sonrió coquetamente y a pesar de haber hecho cosas más apasionantes, Alba se sonrojó.
- Nat, que la idea sólo era venir a por Queen - dijo luego - que yo no quiero que retraces cosas ni nada, han de ser muy importantes.
- Nada es más importante que aprovechar una oportunidad cómo esta de tenerte aquí, conmigo - ambas profundizaron sus miradas. - Los inversionistas tendrán paciencia.
- Es que aún no creo que mi novia haga estas cosas, que yo aún no entiendo nada pero de las veces que te he visto en traje, me calentabas hasta la mente.
- Y yo aún no creo que tenga una novia tan creativa y talentosa.
- Mucho talento tendré pero hasta ahora no me han aceptado para exponer ningún cuadro - bajo la mirada.
- Pero si ya te dije que son unos ciegos, además no lo has vuelto a intentar, cariño, - suavizó su tono de voz mientras acariciaba su mejilla - si no lo vuelves a intentar no vas a conseguir que nadie vea tus bellos cuadros.
- Es que siempre es la misma respuesta, muy buenos pero no es lo que buscamos - imitó alguna voz.
- Pero solo los has presentando dos veces, mi vida - dejo un beso sobre su frente. - Si te vuelves a derrumbar yo voy a estar aquí, ¿vale?
La rubia asintió y se encajaron en un profundo abrazo reconfortante.
ESTÁS LEYENDO
Queen
FanfictionHistoria Albalia vivida a través de la mascota de una de nuestras protagonistas, Queen, aunque es más su hija que mascota. Siestas, comidas, momentos y un par de pensamientos gatunos definen esta historia. - Cancelada, creo. -