Estuvimos jugando, dándonos mimos. Alba cocino en la espera del regreso de la morena. No fueron más de un par de horas hasta la caída del sol y la llegada de Natalia.
- Hola de nuevo, mi amor - dijo Alba al abrir la puerta.
- Amor - repitió previamente de un suspiro y una sonrisa.
Cenaron con la atenta mirada en una película. Me encontraba sobre las piernas de la más alta y con unos mimos por parte de ambas súper relajantes que causaron mi profundo sueño que no fue tan profundo ya que unos minutos después sentí unos movimientos y la voz de Natalia.
- Albi, que vas a despertar a la baby - dijo entre unos suspiros que se le escapaban por consecuencia de los besos de su novia.
- Ella ya tuvo suficiente de ti - respondió - me toca a mi.
- Hay suficiente Natalia no te preocupes, cariño - vacilo. - Aunque para ti hay más - le coqueteó seguido de un guiño coqueto.
Sentí un par de movimientos más, en el intento de no despertarme de la pelinegra me apoyo a un lado. Volteo al segundo en que Alba la atrajo hacia su cuerpo y unos sonidos húmedos de sus besos por su parte me terminaron de despertar. La mano de Alba que bajaba por la espalda de Natalia hasta llegar abajo se topó conmigo e hizo un mínimo movimiento suave para apartarme y poder seguir el camino. La más alta colocó a Alba encima de ella y la alzó consigo en brazos camino a donde suelen ir para quererse bien. Solo me quedo seguir tomando la siesta interrumpida.
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Luego de un sueño que renovó mis instintos y habilidades gatunas fui por mi plato que por suerte tenía algo de comida. Noches que Natalia pasa acá, mañanas complicadas de despertar para pedir comida, será por lo poco que duermen que a veces no espabilan ni con mis ronroneos ni besos.
Luego de ese desayuno incompleto fui a ver qué tal con mis humanas. Ah mira tu, que maravilla, están despiertas pero no con una cara agradable que digamos ¿que sucede?
- Pero no entiendo porqué - tembló un poco la voz de la rubia.
- Cariño, sólo serán tres meses - dijo acariciando su rostro.
Me acerqué cautelosamente y asomé por ahí arriba, en la cama.
- Nat, te voy a extrañar mucho - sonó angustiada.
- Mi vida, no será nada ya verás que pasa el tiempo fugaz y nos volveremos a ver y a estar juntitas.
- Vale, pero tenemos que hablar todos los días, para sentirte más cerquita - se acercó y refugio en su cuello.
- Te lo aseguro - respondió. Me acerqué a ellas. No Alba, no llores.- Mira ya está Queen acá preocupada por ti, no quiere ver a su mami triste.
- Si me ve llorar todos los días, está acostumbrada a mis paranoias y cambios de humor radicales.
No estaba entendiendo muy bien que sucedía ni porque Alba lloraba. Espero que Natalia no haya hecho nada mal porque sino me encargo yo con mis propias garras y la mando lejos.
- Queen también te va a extrañar - dijo la rubia. Puede que si.
- Si, yo también soy su mami, ¿verdad? - dijo con una sonrisa vacilona y mismos en la espalda de Alba.
- Claro, ya somos una familia, sólo falta que le traigas en hermano o hermana - le recordó la rubia.
- Hala, pues será cuando vuelva que no quiero tener a ningún animalillo en todo este ajetreo.
- Cuando me vine a Madrid yo le pague un asiento a Queen porque no quería que se estresase - contó nuestros orígenes en Madrid.
- Ay, todo por la reina, di que sí.
Por supuesto.
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Queen
FanfictionHistoria Albalia vivida a través de la mascota de una de nuestras protagonistas, Queen, aunque es más su hija que mascota. Siestas, comidas, momentos y un par de pensamientos gatunos definen esta historia. - Cancelada, creo. -