Capítulo 19

516 65 3
                                    

Alba se acercó a sus labios continuando lo que dejaron a medias antes, la pamplona retrocedió un par de pasos tropezando con el sofá por lo lanzada que estaba Alba. En su mano derecha estaba el objeto y con la otra presionaba a Alba hacía si misma. Lo dejo sobre el sofá.

Alba se subió sobre Natalia quien se encontraba sentada sobre el sofá. Las caderas de la rubia empezaron un movimiento para mimarse con el abdomen bajo de la morena. Las cosas iban a un auge, con prisas empezaron a desnudarse mutuamente.

Alba dame comida al menos, que de aquí estarás ocupado toda la tarde seguro.

Solo se escuchaban suspiros de esos que les llenan los pulmones a más no poder a los humanos por el momento que viven. De la excitation. De la emoción. O de amor.

- ¿Aquí? - dudó la rubia luego de que la pamplona se deshiciese de su blusa quedando solo en sujetador.

- ¿Aquí no? Donde quieras, tenemos todo el piso libre.

Natalia a penas termino la frase acalló a la más baja juntando sus labios y ciñendo con sus manos la cintura y espalda de esta. Continuaron desnudándose hasta que Alba pidió que subieran a la habitación.

No, no. Que el sofá de al lado de la cama, es el mejor lugar para dormir, no me van a privar de eso.

Reaccione tarde pero intente adelantarme a sus pasos. La larguirucha fue más veloz que yo y entro a la habitación con Alba en brazos, al cerrarla casi me parte por la mitad.

- ¡Queen! - por suerte me notó. - Ten más cuidado por dios, a nada de desaparecer estuviste.

- Mi amor - la rubia se bajo de ella para acariciarme. - Te quiero - me dijo y alzo para llevarme a la cama y darme los mimos que merecía.

Pr... pr...

- Churri... - la morena se acercó y acostó a nuestro lado. - ¿No vamos a seguir? - otra vez los ojitos que me copio.

- Si, baby - le di besitos por lo que río. - Ya está - me llevó afuera de la habitación, y con los mimos que me dejó me distraje y cerró la puerta.

Serán.

Di un breve paseo por el piso antes de dormir. El cuadro de Alba seguía en el mismo lugar de donde lo dejó, no había comida para mi, y todo como siempre.

El siguiente lugar más cómodo para dormir era un taburete que se hallaba bajando las escaleras. A dormir se ha dicho.

Pero ni tanto que, horas después me tenia lo que iba a suceder, despertarme por nuevos gritos. Divise por la gran ventana de la sala y la luna estaba casi por desaparecer.

- Ahhh...

¿Albi, que sucede?

Subí por las escaleras dirección donde provenían los gritos, eran medio constantes, me acerqué a la puerta, intenté abrirla con mis patas empujándola pero no se abría.

- Que zorra eres. - Escuche a través de la puerta por parte de mi humana.

Alba... no me gustan los zorros, son como los perros pero más salvajes y me ganan en agilidad. No quiero ninguno cerca.

Rasgue la puerta un poco luego de apoyarme tanto en esta, ahora a los chirridos se habían sumado los de Natalia.

Queen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora