Una Historia Diferente De Cazadores De Sombras

El Duelo

Me di la vuelta para ver de nuevo al portal, pero ya no estaba. Probablemente se había desvanecido cuando terminé de cruzarlo. Me quedé mirando al lugar en el que había estado, cuando de repente sentí una mano sobre mi hombro. Me di la vuelta rápidamente lista para lanzar un puñetazo a aquella persona. Cuando lo tuve de frente paré en secó, era Jace.

-No asustes así a la gente. Solo vas a lograr quedar con un ojo morado- Le dije secamente. Lo observé atentamente. Estaba sin remera dejando ver su perfecto six pack. Como todos los cazadores de sombras tenía todo el torso lleno de runas y cicatrices. Él me dedicó una sonrisa.

-Lo siento. No era mi intención- Me contestó- ¿Qué estabas haciendo ahí? - Dijo señalando el lugar en el que había estado el portal.

-Nada- Mentí, no era normal lo que acababa de pasar. Decidí guardármelo para mí hasta que estuviera segura de con lo que estaba lidiando- Solo estaba recorriendo el jardín. Asumo que tú estabas entrenando... -Le dije, señalando su torso desnudo. El me sonrió de nuevo.

-¿Te unes? Podríamos por fin hacer ese duelo...

No le dejé terminar, yo ya estaba en dónde él había dejado sus armas. Por suerte había llevado dos espadas largas. Ya sabemos que es mi especialidad. Jace escogió usar una espada sola de doble filo y a la cuenta de tres comenzamos a luchar.

Yo lancé el primer ataque. Lo paró con facilidad. Jace hizo algunas maniobras de ataque, yo en posición defensiva los paré todos. Estuvimos así más o menos una hora y media. Cuando ya hacía mucho tiempo que mis músculos comenzaron a arder, me di cuenta que Jace se estaba apoyando mucho en la pierna derecha. Entonces tuve la oportunidad, lance una patada hacia su tobillo, perdió el equilibrio y cayó de espalda. Me paré rápidamente y me puse frente suyo con una de las espadas apuntando a su cuello. Le dediqué una sonrisa, había ganado. Él solo gruñó. Le tendí la mano para ayudar a pararse. En ese momento caí en la cuenta de mi aspecto. Había terminado sin remera, por suerte cuando me vestí en la mañana me había puesto un top deportivo debajo. Estaba despeinada y probablemente toda roja por el ejercicio.

Una vez que terminamos de luchar se hizo un silencio incomodo.

-¿Qué recuerdas de anoche?- Me preguntó sacando el tema de la nada.

-Bueno, fuimos al Pandemonium y vinieron los demonios. Quedé cubierta en icor y mordí a uno de ellos. Luego vinimos aquí, tome uno o dos baldes de agua bendita y ya no recuerdo más. - Le mentí, si que recordaba el beso, pero no podía darme el lujo de tener algo con él, y sobre todo él no podía enamorarse. No, terminaría todo muy mal. -¿No hice nada de lo que pueda arrepentirme, no? Como hablar sola, morderte o confundirte con un demonio. - Le dije haciéndome la tonta. Él solo soltó una pequeña risita y dijo.

-Bueno, en un momento pensaste que era un vampiro y me tiraste un poco de agua bendita para matarme. Ah y también mencionaste a un tal Johnatan.- Quedé en blanco cuando lo escuché decir eso. Johnatan era mi hermano. Es cierto que había estado pensando en algún plan para sacar a John de casa de padre los días anteriores, pero no recordaba haber dicho nada a nadie acerca de eso. Decidí hacerle una broma para que se olvidara de la situación.

-Señor vampiro, por favor excuse mi actitud. No conozco a ningún Johnatan. Si me disculpa, me voy a ir a bañar. No puedo con el hedor a vampiro en mi cuerpo- Le contesté con un tono burlón. Él largó una risotada mientras me alejaba, reí para mis adentros de mi ocurrencia y me fui a bañar. Dejándolo solo en el patio.

Wow, esa chica me va a volver loco. Pensó Jace para sus adentros. Me besa, me gana en el duelo y además sale de una situación incómoda con total gracia y estilo. Lo cierto es que ella no recuerda el beso pero, lograré que me de otro.

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Bueno, capítulo largo esta vez. Espero les haya gustado. Cuéntenme en los comentarios.