Otro Ataque

86 10 0
                                    

A la mañana siguiente me desperté en la misma posición en la que me había dormido. Había dormido pocas horas por lo que seguía cansada. Jace ya estaba despierto, pero seguía acostado en la cama. Tenía una sonrisa en la cara y me estaba mirando fijamente.

-¿Sabías que hablas dormida?

-No es cierto. Yo no hablo dormida.

Intentó aguantar la carcajada pero no lo logró. Creo que hasta los vecinos se deben de haber despertado de lo alto que se rió. Yo, como la persona madura que soy le saqué la lengua y le di un puñetazo en su hombro izquierdo.

Comencé a salir de la cama simulando estar ofendida. Pero él fue más rápido y colocó sus manos en mi cintura atrayéndome hacia él.  Logró acostarme de nuevo en la cama y colocarse sobre mi. Yo ya no podía seguir fingiendo y comencé a reírme también. Una vez en esa posición comenzó a besarme, yo correspondí al beso.

Luego de un rato de mantener esta situación mi estómago rugió sacándonos de ese trance en el que estábamos. Nos levantamos y fuimos a desayunar. Jace se vistió mientras que yo permanecí en pijama. Al salir del cuarto tomé su mano y  no nos separamos hasta que fue necesario. Al llegar a la cocina descubrimos a Alec y Magnus haciendo panqueques, parece que Alec también se quedó a pasar la noche. 

-Buen día- Nos dijo Magnus apenas cruzamos el umbral de la puerta. 

-Hola- Dijimos al unísono Jace y yo.

Los dos nos miramos, así de conectados estábamos. Me sonrojé, no pude evitarlo.

Él acerco su rostro a mi oído y de dijo -Te ves tierna cuando te sonrojas- Esto solo hizo que me sonrojara más. Por suerte no tuve que contestar dado que Alec nos pasó nuestros platos con panqueques.

Fuimos a sentarnos a la mesa y ellos no tardaron en venir también. Tomé un pequeño sorbo de mi café y no pude evitar disfrutarlo. El café es fantástico, y con la sonrisa de oreja a oreja que se me formó al disfrutar mi bebida favorita transcurrió el desayuno.



Al poco rato de terminar de desayunar fui hasta mi habitación, llevando conmigo un vaso de agua. Abrí el último cajón de mi mesita de luz y extraje la caja que los hermanos silenciosos me habían dado con el Yin Fen. Con la cucharita, coloqué la dosis dentro del vaso y aguardé a que se disolviera el polvo. 

Al cabo de cinco minutos ya había terminado de tomar el Yin Fen y estaba de vuelta en el living con el resto. 

Jace estaba preparándose para entrenar. Estaba calzándose las zapatillas sentado en el sillón. Me senté a horcajadas suyo colocando mis manos sobre sus hombros, él colocó las suyas en mi cintura. 

-¿Me esperás para entrenar?-Le pregunté mientras jugaba con su cabello, alborotándolo.

-Está bien, pero no demores mucho aprontándote, yo ya estoy listo. 

No hubo que decir más. Salté de su regazo y fui corriendo a vestirme y en menos de lo que tardas en decir Johnatan Cazador de Sombras ya estaba lista.

Entramos en calor y me vendé las manos para comenzar a lanzar los primeros golpes al saco. Jace se puso a correr en la caminadora, yo decidí no correr por el bebe.

Me coloqué frente al saco de boxeo más duro que había y comencé a lanzar golpes.

Entrenar era un escape para mí, podía casi que sentir como con cada golpe las preocupaciones se evaporaban. El saco era mi parte favorita del entrenamiento, si bien me desconectaba durante todo ese tiempo golpeando al saco entraba como si fuera en un trance, en él mi mente estaba tranquila y podía simplemente vivir el momento.



-¡Clary!- La voz de Jace me saco de mis pensamientos. 

Había terminado de correr y estaba al lado mio, uno de sus brazos se había colocado en mi brazo, evitando que pudiera seguir pegándole al saco.

La preocupación en su rostro se podía leer desde lejos.

-Clary, rompiste el saco. -Me dijo. Mi mirada se volvió al saco. Jace tenía razón el saco estaba desgarrado y la arena comenzaba a caer. 

Solté un suspiro y miré mis manos. Sangre pasaba a través de las vendas y manchas rojas comenzaban a formarse. Fui hasta uno de los bancos y desarmé los vendajes. Abrí y cerré las manos haciendo funcionar mis nudillos sangrantes y me recosté contra la pared.

-Antes esto me pasaba muy seguido- Comencé a darle la explicación que claramente quería -Por alguna razón, alguno de las tantos experimentos de mi padre probablemente, mi nivel de tolerancia al dolor es bastante más alta que la de los Cazadores de Sombras promedio. Me lastimo y no me doy cuenta, puede ser bueno en las pequeñas cosas pero en batalla puede ser un peligro...  No me dijo nada, no fue necesario. Su mirada me lo dijo todo. Comprendía la situación. Yo por otra parte estaba bastante acostumbrada a esta situación, en otros momentos probablemente habría inventado una escusa, pero no era necesario con él. Podía ser sincera con Jace.

Seguimos entrenando esta vez juntos y al cabo de dos horas dimos por finalizada la sesión.



Aquella noche todo se repitió. La única diferencia era que esta vez no estaba sola. Jace se había quedado de nuevo a dormir. A las doce me desperté y según mi reloj que está en mi mesita de luz a las doce y cinco comenzó de nuevo el dolor. Esta vez estaba un poco más preparada, rápidamente lancé unos manotazos hacia Jace para despertarlo.

-Jace, Jace! Está pasando de nuevo.

Él se puso en guardia, saltando casi de la cama. Lo ultimo que recuerdo fue que salía del cuarto y luego me sumí en las penumbras.


*Punto de vista de Jace*

Cuando Clary me manoteó yo ya sabía exactamente que estaba sucediendo. 

-Jace, Jace! Está pasando de nuevo- Me dijo.

Magnus había previsto que esto pasaría y dejó cuchillos serafines prontos para realizar la configuración Malachi. Salí corriendo al pasillo en busca de los cuchillos y volví a la habitación. Clary a esta altura, semi consciente, estaba gimiendo. Llamé a gritos a Magnus y John, pronto aparecerían dentro del cuarto. Dejé caer los cuchillos y me acerqué a su lado de la cama, poniéndola de costado previendo la convulsión.

-Ya estoy aquí, tranquila. Ya casi termina.

Soltó unos pocos gemidos más antes de que comenzara la convulsión. Magnus y Johnatan ya estaban aprontando la configuración. Cuando la convulsión terminó la levanté en mis brazos y la dejé en el centro de la configuración. Tuve menos de un segundo para ponerme de pie y clavar el último cuchillo. Ella ya estaba bajo el dominio del demonio.

Magnus intentó comunicarse con el demonio, pero no logró reconocer el idioma que este hablaba. El demonio se mantenía en una posición amenazante pero no se movió, sabía que si daba un paso más estaba frito. Según Magnus esta vez estuvo más tiempo en control del cuerpo. Pasaron casi cinco minutos y Clary volvió a caer inconsiente. Desactive la configuración y le levanté en brazos llevándola a la cama. Su frente sudaba, posé una mano el su rostro tomando la temperatura, estaba hirviendo.

Al poco rato volvió en sí, de nuevo no recordaba nada. Y su cuerpo volaba de fiebre por lo que, luego de aplicarle unas runas curativas todos se fueron para dejarla descansar.

Me acosté al lado suyo y le hice caricias para calmarla.

-Ya pasó - Le susurré.

Y al ver que su respiración bajaba de ritmo y dormía, yo también cerré los ojos para intentar descansar.





Una Historia Diferente De Cazadores De SombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora