capítulo 2

14.4K 867 1K
                                    

Sabía que mi madre no me quería pero ¿Venderme? Esto llegó muy lejos, ni siquiera merece que la llame “mamá” ¿Cómo pudo haber hecho eso? Venderme, como si fuera… una cosa. Me vendió con un desconocido y ni siquiera siente algún remordimiento.

-¿Qué? –Pregunto confundida- ¿Cómo…cómo pudiste?

-Bueno, fácil, él me pago una buena cantidad por ti, además eres un estorbo.

-Eres una cínica, estás completamente enferma.

-Sí, claro, lo que digas, ______. Ahora, tienes que irte.

No puedo evitarlo y comienzo a llorar, tan solo desearía no haber nacido. El hombre se acerca a mí y me toma del hombro, lo hago a un lado y lo miro con mala cara.

-¡No! –le grito- ¡No quiero ir contigo!

-No tienes otro lugar dónde ir. Tranquila.

-No, no me toques.

-Llévatela ya. –dice mi madre- hasta luego, ______. Diviértete.

-¡Te odio! –le grito.

-Ódiame todo lo que quieras, no me interesa.

-Ya basta, Elena. –Interrumpe el hombre- Vamos, _______

Ya no me impongo a que me lleve, tiene razón, ¿A dónde más podría ir? Además, no quiero seguir viendo a mi madre, la detesto, no entiendo por qué la sigo llamando así, no se lo merece. 

Subo al auto de ese hombre, no sé si debería temerle. Quién sabe qué es lo que me pueda hacer, preferiría que me matara de una vez. 

-Tranquila, _______, no te haré daño. –Me quedo seria, sin responder. - Vamos, ______, dime algo.

Giro mi cabeza y frunció el ceño.

-¿Qué quieres qué te diga? Eres un extraño que me compró seguro para prostituirme. 

-Vaya, vaya, sacas cuentas de mi muy rápido. Jamás te haría eso, me llamo Matthew Reeves, pero puedes llamarme Matt, ahora no soy un extraño.

Me cruzo de brazos.

-No me interesa.

-No te haré daño, ______, te cuidará como si fueras mi hija o algo así.

-No gracias, prefiero que me mates.

-No te mataría…escucha, sé que nos llevaremos bien.

-No lo creo

-Yo sé cómo te trataba tu madre. Yo nunca lo haría, confía en mí.

-No te haré daño, ______, te cuidará como si fueras mi hija o algo así.

-Por muchas razones.

Arqueo una ceja.

-¿A sí? ¿Cuáles?

-Algún día sabrás. Verás que poco a poco me vas a querer. 

Prefiero no responder, no quiero perder mí tiempo hablando de esto, no quiero hablar con nadie. 

Mi vida es un completo asco, preferiría estar muerta, porque al final de todo estoy sola, nadie puede ayudarme. Oh, ¡cómo odio esto!

Matt ya no intenta hacer plática conmigo, creo que entiende que no quiero hablar y eso me alegra. Después de un rato, para el auto y me mira.

-De acuerdo, llegamos.

Volteo hacia la ventanilla y veo una enorme casa, es elegante y se ve lujosa, tiene un gran jardín…es perfecta. Parece una mansión en un lugar privado. Oh, cielos, ¿viviré aquí?

-¿Esa…es tu casa? –pregunto.

-Ahora también es tuya.

Me quedo boquiabierta. 

-¡Qué linda es!.

-Me alegra que te guste.

Bajo del auto y Matt saca mis maletas. Me dirige hasta la puerta de su casa y entramos. Como lo suponía está casa es lujosa, por dentro y por fuera. Es tan extraño como pasé de vivir en la miseria con mi madre a vivir en esta maravillosa casa. Aunque todavía no confió en Matt. 

-De acuerdo, ______, tu habitación está arriba, ¿quieres que te acompañe?

-No, puedo hacerlo sola.

Matt asiente.

Tomo mis maletas y subo a dónde será mi nueva habitación. Hay aproximadamente 4 cuartos en el pasillo ¿Cómo podré saber cual es el mío? Me pregunto si habrá más.

De pronto veo a un chico en una habitación. Llama mi atención y me dirijo hasta él. 

Es Alto Es delgado y su cabello es castaño. Lo observo un momento y carraspeo. Quizá me pueda ayudar.

-Hola –digo y él me voltea ver; tiene unos hermosos ojos color cafes.

Me observa casi de pies a cabeza. Me pregunto qué estará pensando. Me pregunto quién será él.

-Ah, tu debes ser _______. - Dice, sin mucha emoción en su voz.

Creo que soy famosa. Asiento.

-Sí, soy yo, ¿y tú eres?

-Noah, me llamo Noah Schnapp.

-Un gusto, Noah. ¿Me podrías ayudar a encontrar mi habitación?

-Es ésa. –la señala.

Volteo a un lado y miro una puerta de madera color blanca. Estaba tan cerca de ella. Me alegra que mis mejillas no se ruboricen.

-Gracias…-me dirijo a la habitación y vuelvo a voltear para verlo otra vez- Noah…¿eres algo de Matt?

Vuelve a dirigir su mirada a mí. 

-Soy su ayudante

-¿Ayudante?

-Sí. El trabajo de Matt es algo…peligroso.

¿Peligroso? Me acomodo, dispuesta a escucharlo.

-¿Qué es lo que hace? -pregunto rápidamente.

-Eso no te lo puedo decir. –Se acerca a mí- pregúntale a él.

Pasa por un lado de mí, rozando su hombro con el mío. Siento una extraña conexión. Ni siquiera había notado que mis piernas son como dos gelatinas.

Su delicioso perfume queda todavía en el aire. Es adictivo, como una droga.

Gracias por leer, y créditos a la chica que escribió esta historia es muy buenaaa

negocios miserables (Noah Schnapp Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora