capítulo 97

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Noah..

Mi nuevo audi R8 es bastante cómodo. Podría atreverme a manejar horas aquí para llegar a otro país. Creo que después de todo este enredo podría irme a visitar New York junto con ________. Qué maravillosa idea. 

Tamborileo los dedos en el volante. Estoy bastante desesperado de esperar a Steven. Si tan sólo pudiera ir yo solo sin la compañía de alguien. Tendré que esperar a que me den el ascenso a jefe del Departamento de Policías, así podría hacer lo que me dé la gana. ¡Ja! Quisiera ver la cara de Steven si le llegara a quitar su lugar. Aunque creo que jamás le haría algo así. 

Miro por encima de mis Ray-Ban y me doy cuenta que Steven está a unos metros del auto. Pero no está solo, hay una chica con él. Una chica… Supongo que son amigos. 

Ella es alta, delgada y con unas curvas bastante buenas… además un culo increíble. Es hermosa, pero ni en miles de años podría superar a mi chica. 

Oprimo el claxon del auto varias veces. Steven y la chica desconocida voltean. Le hago una seña a Steven y me hace un ademán para que espere.

La chica sonríe, parece que está feliz de ver a Steven. Su rostro está bien definido, tiene una cabellera castaña y lacia que le llega hasta los hombros. 

De pronto, por alguna extraña razón, recuerdo a Marie. Tan sólo en pensar que estuve en la cama con ella me hace sentirme un estúpido de nuevo. Sabía que tendría que verla nuevamente. Odio ver a mis ex-amantes. Marie ha sido de las peores, no es nada… buena en el sexo. 

Steven al fin se despide de la chica, le da un beso en la mejilla y si mis ojos no me engañan ella se ruboriza. Da media vuelta y se marcha. 

Steven camina hasta donde está el auto con una sonrisa dibujada en su rostro. 

Abre la puerta del copiloto y se desplaza en el asiento. Cierra la puerta y recarga la cabeza en éste. 

-Creo que –empiezo- no debería preguntar nada. 

Steven me mira con una sonrisa. 

-Ella es Melissa. La encontré aquí. Íbamos juntos en la secundaria. Yo estaba…

-Vale. ¿Estabas enamorado de ella? 

Steven aparta sus ojos de los míos y mira hacia enfrente. 

-Lo estaba. Creció bastante. Recuerdo que ganó en un concurso de talentos bailando ballet. 

Chasqueo la lengua mientras quito el freno de mano. Me impresiona que me incomode más estar con mis ex-amantes que estar con mi mejor amigo que está enamorado de mí… ¿Todavía lo está? Creo que esa chica ha cambiado un poco las cosas. 

-Me huele a romance, jefe –Me río. 

-¡Ah, cállate, Schnapp! 

Suelto una carcajada. Steven se encoje en el asiento y saca su celular para distraerse. Piso el acelerador y el auto comienza a avanzar. 

-Entonces… ¿Tienes alguna teoría? –pregunta con la mirada fija en su celular. 

-Nada. Bueno, quizás una… Hay un idiota que está obsesionado con ________, quizás él me está metiendo en este enredo. Lo único extraño es cómo supo todo acerca de mi familia. No lo entiendo. 

Por el rabillo del ojo me doy cuenta que Steven deja a un lado su celular y me mira. 

-¿Quién?

-Creo que se llama Nicholas. Tal vez lo supo porque debe ser algo muy importante, parece un abogado. Aunque… No lo sé, es muy extraño. 

-Hay un sin fin de delincuentes llamados Nicholas. Nos tomará un largo tiempo saber que es él. 

Detengo el auto frente a una casa color blanco. Me recorre un escalofrío al verla. 

-Ahora lo averiguaremos. 

Pongo el freno de mano, me quito el cinturón y mis Ray-Ban. Miro a Steven y muevo mi cabeza a un lado para indicarle que hay que salir. Él asiente. 

Abro la puerta y piso la tierra rocosa provocando un sonido parecido al que se escucha cuando una papa frita se rompe. 

-Le prometí a _______ no tardar demasiado. Vamos a ver quién es el idiota que está jugando con esto. 

Juntos nos aproximamos a la entrada de la casa donde vivía con mis padres. Todavía sigue siendo mi propiedad, mis padres me la dejaron a mí. No quise vivir aquí ya que me traía bastantes recuerdos. Y tampoco quise venderla ya que no sería capaz de deshacerme de lo único que me dejaron mis padres. Bueno, mi padre también me dejó una cuenta bancaria bastante grande y un lugar en una empresa donde trabajaba de sub-gerente, sin embargo, decidí ser policía y dejarle mi lugar a una persona que lo necesitara más. Prefiero ayudar a las personas que robarles su dinero. 

Todo sigue completamente igual desde la última vez que vine, aunque el césped ha crecido bastante. Recuerdo que a mi madre le encantaba podarlo y hacer figuras con los árboles. A Connor y a mí nos encantaba ayudarle también. 

Inserto la llave en la cerradura y la giro intentando quitar el seguro. Steven pone la mano sobre la perilla para detenerme. 

-Espera. 

Saca un arma que tenía en su cinturón porta pistolas. La levanta levemente apuntando hacia enfrente. 

-Para prevenirnos. 

Asiento y sigo quitando el seguro de la puerta. Giro la perilla y la puerta se abre con mucha facilidad. 

No se siente que corra una sola brisa de aire aquí adentro. Huele ha guardado y a humedad. Lo que me resulta completamente extraño es ver que la luz del fondo está prendida. 

Miro a Steven y frunzo el ceño. 

Escucho el ruido de unas pisadas acercarse. Steven estaba a punto de abrir la boca para hablar, pero lo callé. 

Se acercan, cada vez más y más… 

Entonces escucho los ladridos de un perro. ¿Qué es esto?

Veo a un alto perro pitbull color gris. No es cualquier perro… ¡Es Driver!

¿Qué demonios? Creí que había escapado hace mucho tiempo. ¿Cómo ha regresado? ¿Cómo entró aquí? ¡Ha crecido tanto!

Me pongo en cuclillas y comienzo a acariciarlo. Él me reconoce de inmediato y empieza a lamerme la cara. Río y le hago pequeñas caricias detrás de las orejas. 

-¡Oh, Driver! ¡Hola, campeón! –Pareciera que vuelvo a ser el mismo niño que amaba jugar con su hermano y su querida mascota. 

Steven sonríe y baja su arma para luego decir: 

-Creo que no había ningún…

Entonces un fuerte estruendo lo interrumpe y hace que se derrumbe cayendo al suelo. Es el sonido de un balazo. 

Steven hace una mueca de dolor al caer. Driver parece aturdido y luego comienza a ladrar.

-¡Steven! 

Antes de intentar ayudarlo doy la vuelta para ver quien disparó. Mi corazón se detiene y me quedo boquiabierto. Un cabello castaño como el mío, aunque el de él es más corto. Unos ojos avellana como los míos, pero más oscuros… No puedo creer que sea él…

-Oh, hermanito –dice; su voz ha cambiado muchísimo- Te extrañé tanto.

negocios miserables (Noah Schnapp Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora