capítulo 105

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-Entonces, ¿eso era todo? ¡Vaya, literalmente salí corriendo! 

Río ante el comentario de Noah y le entrego una maleta llena con la ropa que dejó cuando se marchó. 

-Sí –asiento-. Eso era todo.

Noah esboza una sonrisa y me estrecha entre sus brazos. Recargo mi cabeza en su pecho y me dejo embriagar por su inigualable perfume. Puedo sentir sus manos acariciando mi cabello con mucha delicadeza. Rodeo su cintura con mis brazos y me apego fuerte a él. 

-No sabes cuán mal me siento de recordar eso –me toma por sorpresa lo que dice-. Jamás pude darte una explicación de por qué…

-Pero ahora lo sé –lo interrumpo y me alejo de su pecho para mirarlo a los ojos-. Ahora sólo disfrutemos del tiempo que tenemos juntos. 

Noah sonríe y acaricia mi mejilla tiernamente. 

-Contigo será infinito. 

Presiona sus labios contra los míos y me besa de la forma en que no me gustaría parar jamás. Enredo mis dedos en su suave cabello y lo acaricio lentamente. Tomo un poco de aire en un momento en el que nos separamos y, sin si quiera darme cuenta, ya estoy de nuevo besándolo. 

Lentamente me lleva hasta una pequeña mesa; arroja las pocas cosas que había en ésta y me toma de las piernas para que me siente en ella. Pongo mis brazos alrededor de su cuello, mientras disfruto de sus caricias. Él es tan excitante. 

-Supongo…-digo entre besos- que no tuviste suficiente…anoche, ¿eh?

Se detiene y me mira con una sonrisa pícara. 

-No creo tener suficiente contigo. 

Río y volvemos a besarnos. Siento sus dientes clavarse levemente en mi labio inferior. Doy un gemido de sorpresa y él ríe. 

Besa mi cuello y me susurra cosas al oído. Un poco más tarde siento sus manos acariciando mis caderas, mi cintura y luego se detienen en mis pechos. Me congelo un momento y lo miro con sorpresa. No es que antes no los haya tocado, pero… Cielos, no sé por qué me sorprendo. 

Cuando se dispone a quitarlas, lo vuelvo a tomar por el cuello y lo beso intensamente. De todas maneras deja de tocarme y me hace caricias de nuevo en las piernas.

-Oh, Dios –jadeo al sentirlo entre mis piernas-. Eres rápido. 

-No necesito que estemos de esta forma para ponerme así, nena. 

Entonces, el timbre hace que ambos nos sobresaltemos. Se aleja de mí rápidamente y yo bajo de la mesa de la misma forma. Bajo mi blusa y le doy una mirada a Noah por haberla subido tanto. 

-Iré a atender –digo, con la voz aun sonando jadeante-. Creo que… deberías averiguar qué harás con eso –señalo su entre pierna. 

-Será bastante difícil –dice con una risita. 

Lo hago a un lado y me dirijo al recibidor. Me observo un momento en el espejo y acomodo mi cabello. Mis mejillas están un poco más rozadas de lo normal, espero que quien esté afuera no lo note. 

Abro la puerta y descubro una cabellera pelirroja y un rostro más que preocupado. 

-¡_______! –chilla Cassandra al mirarme-. ¡Explícame dónde infiernos te metiste! ¡He llamado millones de veces a tu móvil, a la casa y absolutamente…!

-Es un gusto verte –la interrumpo y ella se pone colorada. 

En un cerrar de ojos ya estoy en sus brazos. 

-Estaba demasiado preocupada por ti, pequeña. ¿Podrías explicarme qué ha pasado? 

Cuando estoy a punto de abrir la boca, escucho otra voz venir detrás de mí. 

-Hola –dice Noah con voz tranquila-. Soy Noah. Supongo que me recuerdas. 

Se acerca a Cassandra y ambos se estrechan la mano. Ella lo mira detenidamente, observando cada detalle y gesto de Noah. Lo mira de la misma forma que lo hizo cuando se conocieron. 

-Por supuesto que te recuerdo…No podría olvidarte. 

Antes de que puedan sacar un mal tema a flote yo hablo: 

-¿No quieres pasar, Cass? Noah ya se iba, ¿verdad, Noah? 

Noah arquea una ceja. 

-De hecho yo… 

-Oh, no te preocupes, Noah–dice Cassadra, y parece que lo dice en serio-. Sólo quería saludar a ________ y saber qué había pasado con ella –me mira-. Grace ha estado preocupada también ¿sabes? 

Me encojo de hombros y trato de pensar en la excusa que le daré. He tenido que inventar tantas que ya se me han acabado las ideas. 

-Vamos adentro, Cass. 

-Yo me voy –dice Noah. 

-No, no, Noah–interviene Cassie-. Necesito hablar contigo. Con ustedes. 

Trago saliva y miro a Noah nerviosamente. Seguro Cassandra le hará algún tipo de interrogatorio a Noah. 

Ambos nos acercamos a la sala en silencio, salvo por los tacones de Cassandra que se escuchan cada vez que chocan con el suelo. 

-Bien –dice Cassandra cuando finalmente estamos los tres sentados en la sala-. ¿Entonces están juntos de nuevo? 

Noah y yo nos miramos. Como lo presentí, esto es un interrogatorio. 

-Cass… Ya te había hablado de esto, creo. 

Cassandra entrecierra los ojos. 

-¿Estuvieron perdidos juntos este tiempo también? 

Noah carraspea, está tan incomodo como lo estoy yo. 

-Realmente no, Cassandra. Tuve un pequeño problema, tenía que arreglar unas cuantas cosas –tomo la mano de Noah y miro a Cassie-. Y sí, Noah y yo estamos juntos, más que antes. Tuvimos problemas, pero…

-Fue mi culpa –me interrumpe Noah-. No quería que ________ sufriera cuando la dejé, pero tenía que hacerlo. Te juro que no era mi intención lastimarla. Ahora, lo único que quiero es arreglar las cosas porque -me mira; sus ojos color avellana brillan- la amo. –Dirige su mirada a Cassandra-. Como no amado a alguien. 

Cassie se queda boquiabierta, parece examinar las palabras que dijo Noah. Luego de un poco rato sonríe. 

-La forma en la que la miras…-dice ella-. ¡Vaya! Y la forma en la que dijiste eso… sin titubeos –se cruza de brazos-. Debo aceptar que no me agradas del todo, eh –ríe-. Pero… creo que en verdad la quieres. Eso…eso es lo único que importa. 

Le dedico una sonrisa a Cassandra y luego a Noah. Toma mi mejilla y me da un leve beso sobre los labios sin importarle la presencia de Cassie. 

negocios miserables (Noah Schnapp Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora