negocios miserables (Noah Schnapp Y Tú)

capítulo 39

Recargo mi cabeza en su hombro y doy un suspiro. Acaricia mi cabello y luego me da un beso en la sien. Nos sentamos en la sala a esperar a que Matt regrese.

-Dios, terminamos hace rato y quiero hacerlo de nuevo –dice Noah.

Lo miro y río.

-Noah… por dios, es enserio que sólo piensas en eso. 

-Vamos, preciosa, a ti también te encanta.

Me acerco un poco a él y le doy un pequeño beso sobre los labios. 

-Sí. 

-¿Lo hacemos de nuevo?

-¡Noah! –él ríe.

-Lo siento. 

Me abraza y vuelvo a recargarme en su hombro. 

-¿Sabes? Me alegra saber que me amas de verdad y que jamás me engañaras ¿verdad?

Noto como Noah se pone tenso, traga saliva. Me levanto y lo miro a los ojos. 

-¿Verdad? –insisto.

-Sí -responde algo serio.

-¿Acaso… me ocultas algo?

-No –responde fugazmente- ¿por qué lo dices? 

-Te noté un poco… serio.

-No es nada.

Sonríe algo nervioso. Arqueo una ceja y me levanto. Me dirijo al refrigerador. Agarro una jarra con jugo de naranja y me sirvo en un vaso. Le doy un trago y después lo dejo sobre la mesa. 

Veo a Noah aproximarse, se pone frente a mí y sonríe. 

-_____ tengo que decirte algo muy importante.

-¿Qué es?

-Ven.

Toma mi mano y me lleva de nuevo con él al sofá. Me siento y él hace lo mismo. Arqueo una ceja. Me pregunto que puede ser tan importante. 

Doy un suspiro.

-¿Bien? 

-Escucha…-toma mi mano- quiero que sepas que en verdad te amo –sonríe- Jamás me había enamorado de esta forma, bueno, en realidad jamás me había enamorado –ríe- creía que eso era estúpido, pero ahora mírame, estoy completamente loco por ti, irónico ¿no? -río.

-Noah… ¿por qué me dices todo esto? 

-Espera, déjame terminar –asiento con la cabeza- Hay veces en que las personas… tienen que fingir ser alguien que no son, pero es por… no sé como decirte.

-¿A dónde quieres llegar con todo esto?

-Es difícil explicarlo.

-Me doy cuenta.

-Tan sólo quiero que tengas en cuenta que te amo, enserio.

-Lo sé, Noah.

De pronto escucho como la puerta se abre. Volteo rápidamente y veo a Matt entrar. Sonrío y me levanto para recibirlo. Se ve algo extraño, pálido y cansado. 

Arqueo una ceja, él se acerca a mí. 

-Hola, hija.

-Papá ¿estás bien?

-Sí –responde débilmente- Sólo estoy un poco cansado.

Noah se pone a un lado de mí y mira Matt.

-No, no estás bien, hace días que estás débil-dice.

-Estoy bien enserio. 

Matt se sienta en el sofá, me acerco a él y lo observo. Toco su frente, está muy caliente.

-Papá, tienes fiebre. 

-Tranquila, ______, estoy bien, no te preocupes.

Miro a Noah y él agita la cabeza negando. 

-Basta de que digas eso, mañana mismo vamos a ir a visitar al doctor-digo.

-¿Qué? –pregunta fastidiado- No, no.

-Es por tu bien. 

-Matt, es cierto -dice Noah- ¿Qué hay de esa vez que salía sangre cada vez que tosías? 

-No era nada, tan sólo me ardía un poco la garganta por eso sangraba –responde.

-Eres tan necio –digo- Mañana iremos al doctor quieras o no ¿entendido?

Matt bufa, se queda un momento serio y finalmente me mira. 

-Está bien, iré.