Capítulo 84

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Busco las llaves de mi casa en los bolsillos de mi chaqueta. Cuando por fin las encuentro quito el seguro y giro la perilla para entrar. 

Este día ha sido bastante agotador. Todavía no puedo olvidar lo que pasó ayer con Nicholas, no creo tener el valor para verlo de nuevo. 

Por fin mañana será viernes. Oh, cielos, olvidaba que tengo que ir a la biblioteca a trabajar. 

En fin, nada mejor que pasar un viernes leyendo libros.

Me tumbo en el primer sofá con que me topo y me acuesto boca abajo. Dejo caer mi brazo izquierdo junto con mi mochila. 

Me alegra que no me hayan dejado nada por estudiar. Estoy muy, muy cansada. Desearía dormirme y despertar en 20 años. 

Comienzo a cerrar los ojos, pero una voz me sobresalta. 

-_______. 

Oh, ¿qué demonios? Cuando estoy a punto de levantarme, me resbalo y caigo al suelo.

Con las mínimas fuerzas que tengo me levanto y observo a Grace con un mandil de cocina sobre su regazo y su melena negra callendole por los hombros. Pongo una mano en mi frente y suspiro de alivio. 

-¿Estás bien? –pregunta. 

-Sí. –Asiento y vuelvo a sentarme en el sofá- Grace… no sabía que vendrías. 

Ella se acerca a mí y se sienta a mi lado. Rodea mis hombros con su brazo y acaricia mi cabello. 

-Quería venir a cocinarte y a verte, mi pequeña ______. 

Le sonrío. 

-Grace, siempre eres tan dulce. 

Seguro entró por la copia de llaves que le dí. Tengo mucha confianza… así que ¿por qué no? 

-Debí avisarte. Bueno, la otra razón es porque alguien quiere verte. 

Frunzo el ceño. 

-¿Quién? 

Grace sonríe y hace un ademán. 

-Puedes venir –anuncia. 

Me levanto y la veo acercarse con su hermoso y ondulado cabello rojizo. Tiene una sonrisa de oreja a oreja. Se ve mejor desde la última vez que la vi. Sé que a ella también le afectó mucho lo de Matt. 

-¡Cassandra! –exclamo.

Corro hasta sus brazos y me envuelvo en ellos, Su perfume huele a vainilla, es delicioso. 

-Oh, mi querida ______. Te extrañé mucho. 

Sonrío y la miro. Sus ojos ya no reflejan la misma tristeza. 

-Yo a ti, Cass. 

-Lamento haberme desaparecido tanto. No podía con lo de… con lo de…

-Entiendo –la interrumpo- Lo sé. Lo sé. 

Su rostro cambia un poco. Escucho otros tacones acercarse. 

-Cassandra me dijo –dice Grace- que quería venir y decidí traerla. No te molesta, ¿verdad,____? 

-No –agito la cabeza- En absoluto. 

Sonrío al verlas a ambas. Jamás pensé que ellas dos se levarían tan bien. Son ambas como dos madres. Nos sentamos las tres en un sofá. Después de que Grace se sienta, se levanta nuevamente. Pone su dedo índice en su barbilla, como si pensara en algo. 

-¿Te parecería –me pregunta- que te preparara uno de esos sándwiches que tanto te gustan? 

Sonrío. 

-¡Sí! Me encantaría. Gracias, Grace. 

Ella asiente y le sonríe a Cassandra. Se aleja y nos deja a ambas solas. 

Cruzo una pierna y le sonrío a Cassie. ¿Qué debería preguntarle ahora? La última vez que la vi fue hace dos semanas, quizás. 

-¿Cómo has estado? –ella es la primera en preguntarme

-Bien. Estoy bien…

Ella suspira y se sienta en mi sofá. Toma mis manos y me mira. 

-¿Nicholas?¿O es… Noah? ¿Lo has vuelto a ver? 

La miro. Siempre sabe exactamente lo que me pasa. 

-Sí… volví a ver a… a Noah. 

-Oh. Ya entiendo. 

-Pero –la interrumpo- No es sólo eso… ayer… Nicholas y yo. –Me detengo a analizar lo que le diré. ¿Qué va a pensar de mí? Oh, vamos, ______- Bueno… él y yo…

Cassie me mira con interés. 

-¿Tuvieron relaciones? 

Abro los ojos de par en par. No creí que lo diría de esa forma. En realidad no pensaba que lo diría. 

-¡No! –Exclamo- Bueno… casi. 

Cassandra abre la boca impresionada. 

-_____... 

-Lo sé- Lo sé. Está mal. Matt me lo dijo cuando salía con Noah. Pero no quise hacerlo con Nicholas… es decir… no lo amo. 

Cassandra frunce el ceño. 

-Pero amas a Noah, ¿no es así? 

-Sí. Lo amo. 

-¿Tuviste… relaciones con él? 

Esta vez soy yo la que se queda boquiabierta. 

-Yo… bueno….

Y el timbre me salva. Suspiro aliviada y me levanto del sofá. 

-Iré a ver quién es. 

Cassandra asiente. Cruzo la sala de estar y me dirijo al recibidor. 

Santo cielo, no creo querer decirle algo tan íntimo a Cassandra. Ni siquiera me atreví a decírselo a Matt. Claro, él me habría metido a un convento de monjas. Después habría asesinado a Noah. 

Acomodo un poco mi cabello y abro la puerta. 

Su cabello castaño cae por sus hombros y su espalda. Sus ojos, que son iguales a los míos, se ven llenos de… ¿maldad? Se ve un poco más joven desde que la vi en el cine con Matt. 

Mi corazón deja de latir por un minuto. 

-________. Mi querida hija

negocios miserables (Noah Schnapp Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora