capítulo 42

6.8K 441 425
                                    

Tomo el retrato entre mis manos y veo su fotografía. La admiro un momento. Sus ojos son color miel y siempre se llenan de luz cuando le digo que la amo. Su cabello es largo y castaño, y siempre tiene ese olor a jazmín que me hipnotiza. Es tan hermosa. Mi chica perfecta.

Sonrío y la dejo sobre mi escritorio a lado de la foto de mi familia. Tenía que tenerla conmigo.

La puerta de mi oficina se abre, veo a Steven entrar. Intento borrar mi sonrisa, pero es imposible. Me mira algo extrañado y se sienta frente a mí.

-De acuerdo, oficial, dime ¿qué has investigado de nuevo?

-Nada en realidad.

-¿Qué? –bufa- ¡No estás haciendo tu trabajo, Cameron!

-Lo siento.

Aprieta sus puños y da un largo suspiro para intentar calmarse. Me alegra que lo haga, Steven no controla sus impulsos.

-De acuerdo –su voz suena más calmada- Entonces ¿no tienes nada? –niego con la cabeza- ¿Para qué mierda entras de infiltrado si no me traes información?

-Steven, te recuerdo que esta investigación la hago yo.

-Pero yo soy tu jefe.

-¿Acaso mi familia también era la tuya? Yo soy el encargado de esto, quiero destruir a Walter.

-No se nota demasiado.

-Joder, Steven, entiende que no es nada fácil.

-Sí es fácil –se acerca para mirarme a los ojos- Hay algo más ¿no es así, Noah?

-No sé de qué hablas.

Voltea su cabeza y ve el retrato con la foto de _____. Lo toma y lo observa detenidamente. Habría intentado arrebatárselo, pero no me importa que lo mire. 

Arquea una ceja y niega con la cabeza.

-¿Quién es ella?

-______. Es la hija de Matt Reeves. Ya te había contado de ella

-No me jodas que en verdad estás…enamorado.

-Sí, lo estoy.

Pasa su mano por el pelo con mucha frustración.

-Carajo –se levanta de silla- ¡Carajo! ¡Ahí está tu puto problema! –exclama molesto.

-Ella no es un problema.

-¡Es una simple ramera!

Me levanto de mi sillón con el rostro rojo de furia. Me acerco a él y lo estrello contra la pared tomándolo del cuello de su camisa, tal y como Matt lo hace conmigo. Sus ojos café chocolate delatan la pizca de miedo que siente. ¿Ha llamado a _____ ramera? Eso jamás se lo permitiré. 

-Si vuelves a pronunciar esa palabra para referirte a ella… no me interesa que seas mi maldito jefe. Escúchame bien -levanto las dos cejas-Te cortaré lo que te identifica como hombre ¿entendiste? 

Steven asiente con la cabeza. Le dedico una fría sonrisa y lo suelto. Me doy media vuelta para volver a mi asiento. Cuando lo miro de nuevo ya se ha incorporado. 

Le señalo la silla en la que estaba para que vuelva a sentarse. Me obedece. 

-Sólo porque llevo años conociéndote no te saco a patadas de aquí. No puedo creer lo que una mujer esta causando en ti. 

-Créelo. 

-Creí que sólo te importaba el sexo. 

-Así era antes. 

-¿Te la tiraste?

-Ha sido el mejor polvo de mi vida –sonrío. 

-Ese es el verdadero Noah. 

-Pero con ella no es sólo sexo. La… amo. 

Steven se rompe a reír. Sus carcajadas se escuchan por toda la oficina. 

-¿La amas? ¿En serio? ¡Qué buena broma! 

-Sí, la amo, estoy jodidamente enamorado de ella. Creí que te había quedado claro. 

Intenta calmarse un poco. Finalmente, cuando lo hace, me mira con seriedad. Chasquea su lengua y agita la cabeza. 

-Lamento decirte esto, Noah. 

-¿El qué?

Golpea el escritorio con sus dos manos y me mira a los ojos. 

-Tienes que alejarte de ella. 

-¿Qué? 

-Te está jodiendo el poco trabajo que llevas hecho.

-Ella no esta haciendo nada. Tú no puedes decidir eso.

-No me obligues a cancelar tu caso. 

-No lo harías. 

-Por supuesto que sí. Esas son mis ultimas palabras –se levanta de la silla y me mira- Eres como mi hermano, pero fue suficiente. 

-No dejaré a ______ jamás. 

-Espero que para la próxima vez que regreses seas soltero. 

Me levanto para intentar atacarlo, pero me detiene.

-Ey, ey, ey, tranquilo, oficial. Quizás ahora sea yo quien te corte lo que te hace hombre y tanto vuelve loca a las mujeres con quienes te has acostado.

Sonríe, gira la perilla de la puerta y sale de mi oficina. Bufo y le doy un golpe al escritorio. Me siento de nuevo y hundo los dedos en mi pelo.

-¡Joder! -susurro con enfado -Maldito.

Estúpido Steven. Jamás creí que me pediría algo así. ¿Alejarme de ella? Eso jamás lo va a conseguir. Creo que tiene un poco de razón, estoy descuidando mi trabajo, pero no voy a dejarla. Enfrenté a Matt ¿Por qué no a Steven?

negocios miserables (Noah Schnapp Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora