doce

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— Entonces, ¿Qué aprendiste hoy? — Tauriel preguntó mientras cerraba la puerta detrás de ella, sus botas negras haciendo eco sobre el piso de madera.

— Que no venimos de los Mikaelson — Simon bufó y dejó el libro sobre la mesa de café —, y que Vlad III tiene una nariz enorme.

La pelinegra rió y se cruzó de brazos.

— Lamento que no sea como lo esperabas.

— Podría ser peor — Simon se encogió de hombros —, podríamos ser descendientes de algún rubio teñido medio gótico.

Tauriel sonrió y se acercó a Simon, sentádose sobre la pequeña mesa.

— Dudo que haya algo peor que ser sobrenatural.

— ¿No te gusta?

— No es que no me guste — Tauriel se apresuró a contestar —, sólo que a veces desearía ser humana. Aunque si lo fuera, ya estaría muerta.

— Y no nos habríamos conocido — el castaño añadió.

— Es verdad — la chica hizo una mueca parecida a una sonrisa y estiró su mano para acariciar levemente el cabello de Simon —, sé que no hablamos mucho pero creo que eres bueno.

Simon sonrió y tomó la mano de Tauriel, la apretó levemente o al menos eso creyó ya que la pelinegra hizo una mueca de dolor y chilló al sentir el apretón. Simon la soltó inmediatamente.

— ¡Lo siento, lo siento! — se disculpó apresurado —, no quería lastimarte, aún no controlo nada, lo siento tanto.

— Está bien, no es nada — Tauriel contestó sin mirar a Simon, su mirada estaba clavada en su mano izquierda que habían tomado un color rojizo. Colocó su mano derecha sobre la misma y un fuego azul salió de la palma, cuando dejó de mirar sus manos posó su vista en su acompañante — me habías roto un hueso, pero ya estoy bien.

Simon la miraba sorprendido, en shock. Como si se hubiese olvidado que ella era una bruja y que podía hacer cosas como esas.

— Esto va a sonar mal y sé que es una pregunta que no debería hacer pero, ¿Cuál es tu marca de brujo? Cualquiera que te vea podría pensar que eres humana si no haces demostraciones como esa.

— No me molesta — Tauriel rió y se levantó de su lugar, caminó hasta pararse detrás de la mesa, tomando distancia del vampiro —, de hecho, Raphael y yo jugamos una apuesta sobre cuánto tardarías en preguntarlo. Puedo decir que he ganado, Santiago dijo que eres lo suficientemente idiota para no preguntarlo nunca.

— ¿Tú apostaste a mi favor para hacerle la contra a Raphael?

— No, lo hice porque realmente creí que eras listo. Llevarle la contra a Raphael fue un plus — la chica se encogió de hombros y comenzó a quitarse su tapado color bordo — te mostraré mi marca.

— No es necesario — Simon repuso mirando cómo la pelinegra comenzaba a desnudarse —, sólo me hubieses dicho dónde está.

— ¡No te pongas nervioso! — la chica se burló, dejó su abrigo sobre la mesa y giró dándole la espalda a Simon, subió su camiseta mostrando su espalda y el castaño la vió.

Una mancha negra cubría su espalda baja, parecía escamosa y cuando tauriel respiraba la marca se movía ligeramente, una persona normal no lo hubiera notado pero Simon sí.

— Wow — fue el único sonido que salió de los labios del castaño, tenía una de sus manos en su boca en señal de asombro.

— No duele — Tauriel habló mientras bajaba su prenda — y estoy muy agradecida que esa esa mi marca, la escondo con ropa y ya está. Y Catarina me ha enseñado a taparla cuando quiero hacer algo más, ya sabes.

Simon asintió, había quedado sin palabras después de ver aquello. Era la primera vez que veía algo así, le sorprendió que su marca no fuera similar a la de Magnus.

— Creo que sólo es una marca que demuestra la extraordinaria que eres — el chico de ojos marrones le restó importancia, se levantó para tomar el abrigo de Tauriel y tendérselo.

Tauriel sonrió y Simon pudo ver un leve sonrojo en sus mejillas.

— Eres lindo — la pelinegra sonrió levemente y luego tosió —, debo irme, lo siento.

Tauriel tomó su tapado y se lo colocó, dejó un beso en la mejilla de Simon para luego susurrar un adiós y salir de la habitación del vampiro. Cuando la puerta se cerró Simon sonrió divertido, Tauriel le caía demasiado bien y pensó que podrían ser amigos tranquilamente pero lo que el castaño no sabía era que la chica estaba apoyada al otro lado de la puerta sonriendo y con el corazón a mil.


si alguien vió light as a feather, la marca de tauriel sería algo como eso.

VAMPIRE, simon lewis².Donde viven las historias. Descúbrelo ahora