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Dante frunció el ceño antes de tomar el vaso de vidrio que contenía sangre para llevárselo a los labios y darle un sorbo, estaba nervioso porque sabía que había una gran posibilidad de que volviera a ver a Simon. Sabía que esta versión de Simon no era la suya, esta versión de Simon Lewis era un cazador de sombras llamado Simon Lovelace y recientemente se había separado de su novia Isabelle Lightwood por motivos que Dante se negaba a creer, según Tauriel, Simon se había separado de la chica Lightwood ya que estaba volviendo a recordar el pasado, y que Isabelle no había luchado tanto por la separación ya que ella había comenzado a hacerse amiga de una hada, esto último poco le importaba al vampiro rubio.

Tauriel salió del baño de la habitación blanca sin ventanas, Dante estaba agradecido por aquello ya que cuando terminara la boda tendría dónde quedarse.

— ¿Qué tal estoy? — Tauriel preguntó y sonrió levemente, el vestido azul Francia se ajustaba perfectamente en su cadera también tenía un escote corazón. Su cabello negro estaba suelto pero llevaba una tiara color dorada.

Dante sonrió.

— Te ves radiante.

Tauriel dió una vuelta rápida para mostrar su espalda la cual estaba perfectamente tapada, ocultando su marca de brujo.

— Caroline se enamorará más de tí, si eso es posible — Dante volvió a hablar y se levantó de su lugar para dirigirse a su nieta, y así abrazarla —, no puedo creer que vayas a casarte.

— Ni yo — Tauriel rió mientras apoyaba su mejilla sobre la camisa blanca del vampiro —, ¿Tú cómo estás?

Dante rió levemente.

— Estoy y estaré bien, no te preocupes. No es la primera vez que voy a ver a un ex novio que no me recuerda.

— Él te recuerda, lo hace.

— Entonces déjame cambiar la frase: no es la primera vez que voy a ver a un ex novio.

Tauriel rodó los ojos y se separó del vampiro, no iba a comenzar a discutir con él en este día tan especial.

Dante, por otro lado, estaba recordando lo mucho que le costó aquello. Alejarse de Simon no había estado en sus planes a largo plazo y menos que este no lo recordara. Era increíble cómo puedes perderlo todo en un segundo.

— Habrá una mesa azul con bebidas para tí, si sabes a lo que me refiero — la pelinegra susurró mientras jugaba con sus dedos, Dante supuso enseguida que estaba tratando de no llorar.

El vampiro hizo una mueca y volvió a acercarse a ella, pasó sus pulgares por el rostro de la chica tratando de evitar que las lágrimas que intentaban salir arruinaran su maquillaje.

— Ella estaría muy feliz por tí y te mataría porque estás llorando en este momento.

Tauriel sonrió, eso sonaba exactamente a algo que Olivia diría. La vampira había muerto tiempo atrás en una gran disputa entre hijos de la noche e hijos de la luna. La chica recordaba a la castaña diciendo que volvería al amanecer pero ella nunca lo había hecho.

La puerta fue tocada tres veces, luego de que Tauriel susurrara un adelante ésta fue abierta y un chico de cabello castaño lleno de runas asomó la mitad de su cuerpo en la sala.

— Sólo quería asegurarme de que estuvieras lista, tú entras primero.

— Sí — la bruja contestó para después suspirar y tomar la mano de Dante —, ahora mismo vamos.

El chico asintió y se alejó de la puerta, cuando la cerró y luego de que Dante escuchara sus pisadas alejándose, el vampiro miró a Tauriel con duda en su rostro.

VAMPIRE, simon lewis².Donde viven las historias. Descúbrelo ahora