catorce

1K 168 69
                                    

Dante tocó dos veces la puerta abierta de la habitación de Simon, el castaño se encontraba sentado en su cama y al escuchar el sonido levantó la vista.

— ¿Estás listo? — Dante preguntó para luego sonreír levemente, Simon parecía asustado pero aún así le devolvió el gesto.

— Para ser sinceros, estoy nervioso.

— Sólo daremos un paseo y ya, Tauriel tiene razón, no puedes estar encerrado aquí toda la eternidad.

— No le tengo miedo a la calle — Simon aclaró mientras se levantaba y se acercaba al mayor — los vampiros no me quieren, ¿qué si me lastiman mientras bajamos?

— Te cuidaré — el mayor trató de tranquilizarlo —, estoy aquí para cuidarte, ¿Todavía no lo sabes?

Simon asintió y estaba por contestar cuando Dante volvió a hablar.

— Shh, no te quitaré los ojos de encima, vamos.

El menor volvió a asentir y ambos salieron de la habitación en silencio, para la suerte de Simon ningún vampiro se cruzó mientras salían lo cual le hizo creer que Dante había hablado con ellos anteriormente y estaba agradecido por aquello.

Comenzaron a caminar sin un rumbo fijo, al menos Simon creía eso hasta que grandes edificios lleno de luces comenzaban a aparecer mostrándole que se acercaba a la quinta avenida. Él no preguntó porque se dirigían allí, no quería arruinar la caminata. Iban en dirección contraria a la mayoría de las personas, algunas chicas se detenían y los observaban, más a Dante que a él, para luego sonreírles sin tener ningún conocimiento en absoluto a qué clase de monstruos  le estaban sonriendo, porque sí, por más que Dante le mostrara que los vampiros no eran malos, Simon interiormente siempre creería que eran monstruos.

— ¿Sabes que no es ilegal beber de un mundano? Siempre y cuando él no muera — Dante habló interrumpiendo el pequeño silencio instalado entre ellos.

— ¿Me trajiste aquí a morder mundanos? — Simon chilló sorprendido y confundido.

— No, a menos que tú quieras hacerlo en ese entonces tú puedes darte un banquete mientras yo llamo a los cazadores de sombras — el vampiro rubio contestó sarcástico —, te he traído a pasear, cachorrito.

Simon frunció el ceño molesto.

— ¿Puedes oír eso? La sangre bombeando — añadió —, es fácil ignorarlo una hora o dos pero luego querrás destripar a cualquiera que se te cruce.

— Trato de ignorar ese sonido — el menor contestó mientras observaba a la gente caminar, ignorando la presencia de ambos muchachos — es más insoportable que la voz de Jace.

— Haces bien — Dante sonrió levemente y pasó su brazo izquierdo por sobre los hombros de Simon, guiándolo para seguir caminando—, seguiremos caminando, cuando creas que quieres darle un sorbo a una castaña volveremos al hotel.

El castaño gimió, horrorizado.

— ¿Ese es tu plan? ¿Y si no puedes detenerme?

— Primero, lo harás bien porque no tienes otra opción. Segundo, tengo casi trescientos años ¿Crees que no podré detener a un vampiro nerd de 16 años? Y tercero, si haces algo malo vendrán los cazadores de sombras y nos matarán o nos harán un juicio, en el mejor de los casos — el hombre de ojos verdes se encogió de hombros, como si no fuera tan grave.

— El “vendrán los cazadores de sombras” suena a que si no como mis vegetales vendrá Jack el destripador.

— Yo no llamaría “destripadores” a los cazadores de sombras, son más como pequeñas lombrices.

Simon rodó los ojos pero rió y se dejó llevar por el mayor, caminaron en silencio pero el brazo de Dante seguía sobre los hombros del castaño como si fueran los mejores amigos del mundo, incluso hermanos podría decirse. Simon se sentía la persona más segura del mundo al lado de Dante, sabía que si algo salía mal él lo detendría y lo cuidaría, Dante casi se había convertido en uno de sus amigos.

— Eh — Simon habló cuando sentía el ruido de la sangre a su alrededor estaba a punto de volverlo loco —, ¿Cuál es tu personaje favorito de the vampire diaries? — preguntó lo primero que su mente desordenada pudo ordenar.

Dante frunció el ceño y bufó para luego separarse de Simon.

— La noche es perfecta para tener una conversación sobre tus crisis existenciales ¿Y tú preguntas sobre the vampire diaries?

El castaño sonrió de manera incómoda y Dante lo entendió, Simon quería entablar una conversación random que sea capaz de acallar el ruido que llegaba a sus oídos.

— Es Elijah — el rubio protestó, él estaba allí para ayudarlo después de todo.

— Pensé que eras un chico Klaus — Simon rió — el mío es Stefan y femenino es Elena.

— Prefiero a Katherine — el rubio se apresuró a hablar —, ahora, suficiente charla ¿Crees que podrías soportar subir al edificio más alto de todo New York? La vista es estupenda.

El chico de ojos marrones abrió los ojos sorprendido pero asintió y siguió a Dante sobre la multitud, en este pequeño momento estaba agradecido de ser un vampiro ya que gracias a aquella desgracia podía tener a alguien como el rubio en su vida, demasiado arrogante y bueno como para dejarlo ir.

VAMPIRE, simon lewis².Donde viven las historias. Descúbrelo ahora