VAMPIRE, simon lewis².

veintidós

— Hola — Simon sonrió y se levantó al ver a Dante llegar.

— Hola, Simon — le respondió mientras le daba un vistazo al lugar, era un pequeño bar donde los submundos usualmente se encontraban ocasionalmente pero era territorio de los hombres lobo más que de algún otro —, hace demasiado tiempo que no venía por aquí. No sabía que lo conocías.

Simon volvió a sentarse y le hizo señas a Dante para que tomara asiento delante de él.

— Clary me lo recomendó y Luke lo aprobó, dijo que no iba a suceder nada malo aquí.

— No, es seguro — Dante afirmó.

Una chica pelirroja con una libreta y delantal blanco se acercó a ellos, sonriéndoles habló.

— ¿Qué les puedo ofrecer?

Simon se quedó mudo, era la primera vez que él debía hacer el pedido siendo un vampiro, ¿Qué tan raro sonaba "una taza de A+?. Dante lo notó, notó la incomodidad en Simon para encargar y rió levemente para luego posar su vista en la mujer.

— ¿Mckenna? — preguntó, sorprendiendo a Simon. ¿Era posible que en aquel lugar las bebidas para los vampiros tuvieran nombres de personas? ¡Qué conveniente! Pensó el castaño.

Pero la pelirroja dejó de mirar al menor para observar a Dante, una sonrisa automáticamente se posó en su rostro.

— Miren todos quién está aquí — se burló —, hace demasiado tiempo no sabíamos de tí. Te preguntaría cómo estás pero — la chica rió y volvió a mirar a Simon — estás con un lindo chico, creo que es obvio que te encuentras bien.

Si Simon hubiera sido humano, se habría puesto rojo. Tenía sentimientos encontrados, quería esconderse debajo de la mesa hasta que la tal Mckenna desapareciera pero al mismo tiempo una parte de él quería sonreír y tomar la mano de Dante. Pero antes de que Simon tomara una decisión, el vampiro rubio sonrió y para la sorpresa de todos, tomó la mano del castaño.

— Sí, estoy bien — se mordió el labio tratando de evitar una nueva sonrisa pero fracasó, sus dientes estaban a la vista de todos —, um, ¿cómo se encuentra Nathan?

Mckenna hizo una mueca antes de responder.

— Él está bien, no te preocupes — sonrió y alternó la vista entre la pareja —, en fin, ¿Qué van a tomar? ¿Qué tipo de sangre? ¿Quieren que les traiga un mundano y beberla directamente del envase? ¡Miren la ventana!, Elijan uno y yo se lo traigo con mucho gusto.

El castaño abrió los ojos exageradamente e hizo que Dante soltara su mano, miró a Mckenna con horror absoluto. Dante, cuando se dió cuenta de lo que sentía Simon, lanzó una carcajada.

— ¡Simon, Mc está bromeando! — Dante miró a la pelirroja y aclaró — él es nuevo en esto y todavía está algo shockeado por ser un vampiro.

— ¡Ay, por Dios! — Mckenna exclamó llevándose la pequeña libreta al pecho — y yo haciéndote estas bromas, ¡perdóname, chico!

— No importa, el idiota soy yo por creer que hablabas en serio — Simon rió incómodo, el alma le había vuelto al cuerpo podría decirse.

— Bueno, no hablaba de verdad pero si tú quieres...

— ¡Mckenna! — Dante la regañó de forma divertida —, Simon no puede estar más pálido. Mejor trae una pizza.

Mckenna rió y lo anotó en el cuaderno antes de alejarse de allí, Simon estaba sorprendido de la hospitalidad de Mckenna y se preguntaba si ella sería así con todos los clientes.

— Te diría que respires pero suena demasiado estúpido — Dante sonrió y volvió a tomar la mano de Simon —, olvídate de eso, ella no hablaba en serio.

Simon asintió y apretó levemente la mano de Dante haciéndolo sonreír, Simon para Dante era como un pequeño cachorro que debía querer y cuidar, su inocencia en el mundo sobrenatural lo tenía cautivado. Mientras que Dante para Simon era como una especie de súper héroe que había venido desde muy lejos a rescatarlo, se sentía más que seguro a su lado. Dante le daba seguridad a Simon y el castaño provocaba que Dante quisiera ser mejor, un buen vampiro, una mejor versión de él mismo.

Dante recordó The Vampire Diaries, en lo que Klaus pensaba acerca de Caroline, y pensó que tal vez Simon era su Caroline después de todo. Porque Simon era hermoso, fuerte y estaba lleno de luz.