diecisiete

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El golpe en la puerta hizo que Dante se alejara de sus pensamientos, su mente no dejaba de recrear el beso que había compartido con Simon días atrás. La sensación de los labios del castaño sobre los suyos lo perseguían todo el tiempo y estaba comenzando a desesperarlo, necesitaba besarlo otra vez pero no podía, o mejor dicho no debía. La situación era problemática, podría ser una catástrofe.

El rubio contestó con un firme “pase” y esperó que no fuera el chico de sus pensamientos quién estaba detrás de la puerta, para su suerte no lo era. Tauriel entró a la habitación con una sonrisa de lado y una bolsa de color crema que parecía ser pesada.

— Buenos días — la pelinegra susurró antes de cerrar la puerta detrás de ella.

Dante sonrió pero no se movió de la cama, si bien los vampiros no tenían la necesidad de dormir, el hombre de ojos verdes solía acostarse cuando el día comenzaba a asomar. Era una costumbre humana que no podía quitarse y lo hacía sentir bien hacerlo.

— Te traje sangre del hospital — Tauriel volvió a hablar y depositaba la bolsa al lado de la gran cama — y esperaba que pudiéramos hablar un rato, hace tiempo que no lo hacemos.

— Estoy de acuerdo — Dante contestó, todo sea para no quedarse solo con sus pensamientos. — ven aquí, Winny.

Tauriel sonrió cuando Dante tomó la sábana y la levantó, esperando que ella se acostara con él como cuando era una niña. Y así lo hizo, la pelinegra se recostó al lado de Dante, reposo su cabeza sobre el pecho del mismo y cerró los ojos, estaba acostumbrada a no escuchar el latido del corazón de su mejor amigo como lo haría un mundano en una situación normal.

— Dime, ¿Qué te preocupa? — Dante susurró mientras acariciaba el cabello de Tauriel.

— Iba a preguntarte lo mismo — la pelinegra contestó mientras posaba su mirada en los ojos de su acompañante —, sé lo que está sucediendo.

Si Dante no fuera un vampiro probablemente se hubiera puesto pálido como el papel en ese momento, ¿Acaso Simon le había contado a Tauriel sobre aquel beso?

— ¿Qué está sucediendo? — el rubio preguntó, fingiendo no tener conocimiento de absolutamente nada.

La chica  suspiró y se alejó de él, apoyando su codo sobre el colchón y su rostro sobre su mano.

— Sé que Olivia te dijo que me gusta Simon o algo así y tiene razón — Declaró — pero sé que tú también y no me mires como si estuviera loca, todos lo notamos.

— No me gusta Simon — Dante se defendió y miró con el ceño fruncido a su acompañante.

— El helado de chocolate es un asco.

— Tú amas el helado de chocolate.

— Y tú amas a Simon — Tauriel rió.

Dante abrió la boca para contestar pero Tauriel lo interrumpió.

— Sé que crees que decir algo en voz alta lo hace real pero, te tengo noticias, no funciona con mentiras — la pelinegra dejo de sostenerse contra el colchón y se acercó a él, pasó su mano contra su mejilla, acariciándola delicadamente — no me siento mal porque él te guste o algo, no es como que voy a pelear por él contigo, porque probablemente me ganes — rió y Dante no pudo evitar sonreír ante aquel sonido —. Sólo quiero que vayas y hables con él, no de subyugados o sangre saborizada, de lo que sientes. Tal vez no lo ames pero él te gusta y ese es el primer paso, tratándose de tí podría decir que es el primer gran paso.

Dante no contestó y Tauriel volvió a acomodarse en su pecho, ¿Qué podría decirle? La pelinegra tenía razón y sería muy hipócrita de su parte contradecirla pero por más que ya no tenía el problema de que ella se podía sentir mal, había otro, hacía años que él no se sentía atraído por alguien porque una cosa era creer que alguien era atractivo pero otra distinta era esto, él quería pasar todo el día con Simon, escuchándolo hablar sobre the vampire diaries o viéndolo esforzarse en ser un buen vampiro. Eso no le sucedía desde Jade quien por desgracia había muerto en el levantamiento a manos de los Lightwood como muchos otros submundos, pero volviendo a Simon, tenía miedo de perderlo de la misma forma o una peor porque después de todo, el castaño era amigo de los cazadores de sombras de la ciudad pero seguía siendo un submundo y lo podían traicionar, llevarlo a la muerte como lo hicieron con su ex novia y él no estaba para perder a alguien más de esa forma tan desastrosa.

VAMPIRE, simon lewis².Donde viven las historias. Descúbrelo ahora