veinticuatro

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— No puedo creer que estemos viendo esto — Dante rió.

Tauriel pausó la serie que se encontraban viendo y rió también, se levantó del sofá para dirigirse a la cocina.

— Apuesto a que nunca pensante en ver una serie así — la pelinegra gritó, divertida.

— No entiendo cómo puede tener una vampira por niñera — El rubio se quejó — hace que la serie de Simon suene razonable.

La chica volvió a aparecer en el living con un bol lleno de palomitas de maíz y una botella con un líquido espeso color rojo que Dante inmediatamente identificó como sangre. Le dió la bebida a su abuelo antes de tomar asiento a su lado nuevamente.

— Hablando de Simon, ¿Qué tal él? ¿Ya son novios o qué? — Tauriel preguntó antes de llevarse un puñado de palomitas a la boca.

— No somos novios aún, es raro. Pero sea lo que sea que tengamos, estamos bien con esto.

— Sabes que probablemente él no va a pedirte que seas su sugar daddy, digo, su novio.

Dante rió y golpeó levemente a Tauriel en el brazo de forma divertida para luego destapar la botella y tomar un sorbo de sangre. Tauriel tomó el control remoto y renaudó my babysitter's a vampire. Dante estaba apunto de quejarse sobre lo ridículo que él consideraba la serie cuando su celular comenzó a vibrar en el bolsillo delantero de sus jeans azules. Sacó el aparato de allí pero al no reconocer el número que estaba llamándolo, lo ignoró y volvió a prestar atención al show.

— Esto puede sonar raro porque Simon me gustaba — la pelinegra volvió a hablar sin despegar la vista de la pantalla —, pero si necesitas ayuda o consejos con respecto a Simon, estoy aquí. Es decir, no es que tenga la gran experiencia en las relaciones porque en estos 238 años sólo he salido con 57 personas pero en lo que pueda ayudarte, sólo tienes que decirlo.

— Gracias, Tay. Puede que necesite ayuda con eso, no es lo mismo que declararse hace 17 años atrás — Dante sonrió y luego hizo una mueca —, en realidad debería esperar al menos un par de años ya que Simon es menor. No quiero ir a la cárcel.

— Las leyes mundanas no corren para nosotros, lo sabes.

Dante asintió pero aún así siguió pensando en el tema, Simon no tenía 21 años aún ni siquiera tenía 18 y tenía miedo de que se sienta presionado a aceptar algo que no quería hacer sólo porque él era mayor, si bien ninguna constitución de ningún país mundano se aplicaba para ellos el qué dirán y como Simon podría llegar a sentirse aplicaban para Dante.

Él estaba por decir algo al respecto cuando su teléfono, que descansaba a su lado sobre el sofá de terciopelo color crema, comenzó a vibrar nuevamente y el mismo número telefónico de antes apareció en la pantalla.

— Atiende, por favor, me distrae de Sarah — Tauriel se quejó y rodó los ojos fingiendo molestia.

Dante bufó antes de tomar el aparato y caminar hasta el balcón de la casa en busca de algo de privacidad, cuando las puertas de vidrio se cerraron detrás de él, atendió la llamada.

— ¿Quién mierda habla? — preguntó molesto, no reconocía el número de ningún lugar y le molestaba de sobre manera que alguien desconocido para él pudiera obtener su número tan fácil.

— Camille — la chica detrás de la línea se limitó a contestar —, tú siempre tan educado y dulce, Moretti.

Dante rodó los ojos aprovechando que la rubia no podía verlo.

— Dime qué quieres, estoy ocupado.

— Yo tampoco quiero hablar contigo en realidad, ¿Sabes? Por eso hago esto por aquí en lugar de mañana allí en NY.

— ¿Recordaste que tienes un clan que liderar? — el rubio se burló mientras se apoyaba sobre la barandilla del balcón.

— No es asunto tuyo, de todas formas iré al grano — Camille suspiró detrás de la línea y Dante quería extrangularla por hacerlo innecesariamente a propósito — he hablado con el jefe del clan de Chicago, por Liv.

— Ajá.

— Él me dijo que perdonará a Olivia con una condición.

Dante frunció el ceño.

— ¿Qué tiene que ver eso conmigo? Deberías hablar con ella de esto, no conmigo.

— ¡Déjame terminar! — la rubia se desesperó —, quieren que ella vuelva a Chicago, contigo.

Dante alejó el celular de su oído y lo miró confundido, como si la línea hubiera sido intervenida y hubiera malentendido. Sin dejar de fruncir el ceño volvió a llevarse el teléfono a la oreja.

— Disculpa, ¿Qué dijiste? — pronunció tranquilamente, su voz era fría como el metal e hizo que a Camille le diera escalofríos.

— No es mi culpa, ¿De acuerdo? — ella se defendió —, al parecer corrió el rumor de que estabas entrenando a Simon Lewis para ser un vampiro y quieren que hagas lo mismo con un par de vampiros nuevos, ellos no tienen tiempo para esas cosas. Son patrañas, pero si lo haces, olvidarán que Olivia los delató con los cazadores de sombras.

Luego de que la línea estuviera en silencio por un minuto o dos, Dante contestó.

— Lo pensaré — se limitó a decir para luego terminar la llamada sin darle tiempo a la francesa de añadir algo más.

Él no podía irse de NY y menos ahora que estaba próximo a empezar una relación con Simon, se negaba a irse de allí y ahora que Camille volvía se podía poner peor. Dante pensó en que si la rubia averiguaba sobre la marca de Caín en Simon ella podía querer usarlo para su beneficio y él no podía permitir aquello, Dante no podía dejar que usen o lastimen a Simon.

Pero tampoco podía dejar a Olivia sola, apesar de todo lo sucedido y el hecho de que ya no eran una pareja, eran familia y sería hipócrita de su parte no ayudarla cuando se pasó toda la vida diciéndole a Tauriel que la familia era lo primero.

Dante pensó que si él fuera un mundano, su estómago estaría revuelto en este momento.

adivinen quién tiene exámen mañana y está escribiendo esto.

VAMPIRE, simon lewis².Donde viven las historias. Descúbrelo ahora