VAMPIRE, simon lewis².

diez

Simon sonrió cuando Olivia volvía a contar un chiste sobre hombres lobo y ella reía como si hubiera dicho lo más gracioso del mundo, la verdad era que el castaño no había entendido y sólo sonrió por cortesía, él siempre tuvo esa necesidad de no hacer sentir mal a nadie.

— Gracias por pedirle a Dante que me dejara quedar, realmente no tengo otro lugar a dónde ir — la castaña dejó de reír para hablar seriamente —, recordaré lo que hiciste por mí y te devolveré el favor cuando lo necesites.

Simon hizo un gesto restándole importancia pero no dijo nada, el día estaba llegando y Tauriel ya se había ido a su casa mientras que Dante estaba en la terraza del hotel.

— Tengo curiosidad — el menor inquirió eligiendo sus palabras cuidadosamente —, ¿dónde estabas anteriormente?

— Bueno — Olivia tartamudeó —, pertenezco o pertenecía al clan de Chicago, soy de allí. Ha habido un par de problemas y lo mejor fue irme.

— ¿Problemas? ¿de qué tipo?

— Nada que los cazadores de sombras de allí no puedan solucionar — Olivia se limitó a contestar para dar por terminada esa conversación —, ¿Sabes dónde está Dante?

— Él está arriba, supongo que bajará cuando la noche realmente se vaya — Simon contestó y se encogió de hombros.

Olivia asintió y se disculpó diciendo que subiría a ver cómo se encontraba Dante, al llegar a la puerta de la habitación y abrirla se pudo observar a Raphael del otro lado, saludó a Olivia con un asentimiento y cuando ella salió se apresuró a entrar, cerrando la puerta detrás de él antes de caminar hasta donde Simon se encontraba y tomar asiento dónde la vampira estaba anteriormente.

— ¿Qué tal Olivia? — preguntó de forma casual y tomó el celular de Simon para comenzar a jugar con él.

— Bien, supongo — Simon se encogió de hombros, le quitó el celular a su acompañante y frunció el ceño — dame eso.

— Olivia rara vez tiene malas intenciones, no es malvada a pesar de ser amiga de Camille — el vampiro mayor se burló —, sólo ten cuidado que esta sea una de esas ocasiones raras.

— No entiendo porqué me dices esas cosas sobre ella, apenas la conozco así que no tiene motivos para lastimarme ¿No es así?

— A veces no quieres lastimar a nadie, sólo es un efecto colateral — Santiago se encogió de hombros.

— ¿A qué te refieres? — inquirió el menor, no entendía de qué estaba hablando Raphael y eso comenzaba a frustrarle.

Raphael rodó los ojos con molestia.

— Creo que es más que obvio que ella podría estar aquí por Dante, no sería la primera vez que lo hace — Raphael miró como Simon fruncía el ceño y bufó —, por Dios, he visto cómo lo miras.

— Espera, espera, espera — Simon lo interrumpió — ¿Has dicho por D- — el menor calló de golpe y gritó para luego llevarse ambas manos a la garganta, al momento de bajarlas se podía observar como la piel que cubría su cuello estaba ligeramente rojiza.

— Oops, tú no puedes decirlo aún — el  chico español se burló —, será mejor que sigas practicando, Simon Lewis.

— Dime cómo has podido decir eso, esa palabra.

— ¿Cuál palabra?

Simon hizo una mueca demostrando que no estaba bromeando y Raphael rió.

— Yo no soy tu maestro, Dante lo es — Raphael  repuso — el sol se está acercando y tengo hambre, nos vemos luego.

Simon asintió y observó como Raphael salía de la habitación, cuando estuvo solo descartó su celular sobre la mesa y tiró de su cabello, las palabras de Raphael hacían eco en su mente. Era poco probable que él comenzara a sentirse atraído por Dante porque principalmente a él no le gustaban los chicos y le gustaba Isabelle Lightwood, no iba a negar eso. Y si le gustaran los hombres Dante no sería su tipo, él se parecía mucho a Jace y Simon detestaba a ese tipo. Pero entonces, ¿Por qué le molestaba la presencia de Olivia?.