Antes de todo

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Britta, sabía que algo malo pasaba con ella, desde muy niña. Nunca se había sentido cómoda con su cuerpo. Desde que tenía memoria recordaba haber sido siempre mas grande que sus amigas o compañeras de curso. Ahora que había entrado en la adolescencia, todo se había hecho mas terrible. Antes solo tenía que lidiar con pequeños comentarios sobre su peso por los adultos, que claramente, no lo decían frente a ella. Por supuesto ella no era tonta, dándose cuenta de todo.

Aunque a Britta, le dolían ese tipo de comentarios, siempre actuaba frente a su padre como si no le tomará importancia pero lo cierto era, que la destrozaban por dentro y la habían transformado en alguien insegura con de cuerpo.

Ahora mientras fumaba un cigarrillo en la fresca sombre del árbol, no podía evitar sentir envidia por su amiga Sam. Eran mejores amigas desde que tenían memoria, aunque ha medida que iban creciendo, ya casi nada tenían en común.

Para pesar de Britta, ella no conocía a nadie mas y lo cierto era, que le daba miedo no tener a nadie como amigo. No es que odiara a su amiga, sino que la diferencia entre ellas, ya no se podía evitar.

Mientras ella, estaba sentada fingiendo leer su libro, Sam estaba en la piscina besándose con su verdadero amor, número tres.

Sam se había convertido en una jovencita hermosa, alta, rubia y unos ojos castaños preciosos. En cambio ella, medía un poco mas que metro y medio, pelo negro azabache, llena de pecas, ojos cafés color miel y mas blanca que la leche. Si las comparaban a simple vista, Sam, siempre ganaba por ser exótica, en cambio ella, podía ser olvidada, sin problema alguno.

No es que Britta no se quisiera. La verdad ella creía amarse, hasta que empezó la adolescencia y cada idiota de su edad pasaba de ella, por ser todo menos la figura perfecta, que ellos consideraban perfecta, por su puesto. Eso poco a poco, le fue matando su concepto de belleza, cada vez le era mas difícil sentirse hermosa.

Cuando ella estaba frente al espejo, siempre se sentía hermosa con lo que decidía ocupar, que casi siempre era todo menos lo que estaba de moda, porqué claramente la moda no estaba pensada para alguien que no tuviera un físico perfecto o mas bien delgado. Se sentía segura hasta que ponía un pie fuera de casa. 

Aquí conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora