Al entrar al departamento, Britta le dijo a Robert que iría por un par de cosas y que la esperara en la terraza. Ya había pasado un par de horas desde que había dejado a Sam en la fiesta. Tal vez estaba de vuelta en la casa, fue a revisar su habitación pero no estaba. Reviso su celular. Había un mensaje de su amiga, avisándole que tenía para ella sola el departamento. Que se había encontrado con unas amigas y que pasaría con ellas la noche. No pudo evitar pensar que su amiga, estaba haciendo todo eso por ella. Por dios pensó, le tendría que preparar una linda sorpresa a la mañana siguiente pero ahora, esperaban por ella.
Fue en busca de un par de cervezas, ya estaba por salir cuando se dio cuenta que estaba demasiado desabrigada para estar en la terraza. Fue corriendo a su habitación en busca de un poleron, no tenía tiempo para cambiarse toda de ropa. Mientras se pasaba el poleron sobre su cabeza se dio cuenta de una pequeña nota sobre la mesita de su cama. La nota decía, no olvides ocuparme junto aún corazón. Así que Sam ya sabía lo que pasaría esa noche, antes de que ella misma lo supiera.
Robert, mientras esperaba que volviera Britta, se olvido de todo. Apago su celular y se recosto en el sillón que estaba en la terraza. Era una preciosa noche. Todo era tranquilo, parecía que todo el mundo había dejado de hablar y solo estaban ellos en el mundo. Sus pensamientos fueron interrumpidos por la voz de Britta
– solo encontré esto – agregó mostrando un par de cervezas y una manta en su otra mano
– no es necesario beber algo – dijo Robert mientras le recibía las botellas
– lo se pero estoy un poco nerviosa – comentó Britta
Mirandola con mucha gracia, le abrio una cerveza e hizo que se apoyara en su hombro
– no tienes porqué estarlo, no haremos nada que tu no quieras
– si lo se – dijo Britta levantando su cabeza del hombro de Robert – pero tu me pones nerviosa
– ¿Por qué la pongo nerviosa señorita? – quiso saber
bueno, lo cierto es que tampoco sabía porqué se ponía tan nerviosa cerca de Robert pero su sentido racional dejaba de funcionar junto a él. No podía hablar mas de dos palabras a los ojos sin bajar la mirada. Su estomago siempre le daba la sensación que era atacado por un enjambre de abejas formandole un nudo en él.
– pues no lo sé – respondió – solo se que dejo de ser yo cuando estoy junto a ti – y casi sin esperarlo se acomodó a un mas junto a el, posando sus piernas sobre las de él – casi ni me reconozco – le dijo antes de acercase para besarlo.
La noche estaba hermosa, estaban los dos acurrucados bajo la frazada que había llevado Britta hace un rato. Robert, acariciaba su cabeza y con su otra mano sostenía la de ella. Se sentía en el paraíso y aunque no estaba durmiendo no quería despertar de este sueño. Estar en los brazos de él, era estar en un paraíso que muy pocos tenían acceso y ella tenía el privilegio de estar allí por primera vez. Así estuvieron un rato hasta que pudo notar que Britta, se había dormido. No quería despertarla pero sabía que si se quedaban allí afuera, los tomaría un resfriado, tal vez.
La tomo en brazos y la llevo a su habitación, la cual no sabía que era pero supuso que era la que tenía la puerta abierta. La dejo sobre ella y camino a prender la luz para sacarle sus zapatos. No pudo evitar leer la nota sobre la mesita. No dijo nada, no hizo nada. Le saco las zapatillas la tapo con una manta que estaba a los pies de su cama. Podía quedarse a dormir con ella pero no quería tentar al destino. No quería hacerlo de esa forma. La beso en la frente antes de dejar la habitación pero Britta no lo dejo. Había despertado mientras le quitaba las zapatillas. Lo tomo del brazo susurrándole que no se fuera.
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Aquí conmigo
Roman d'amourBritta esta por cumplir los 18 años, no se siente cómoda con su cuerpo, esta en una relación que odia y para peor, aún es virgen. En un viaje familiar de emergencia a casa de su abuela. conocerá a un invitado muy especial, que le terminará robando m...