Quizás, no debería haber dicho eso

270 14 1
                                    


Robert, los invitó a pasar a la mesa, luego de su mini crisis emocional, lo cierto es que no había sido nada grave en general, nadie había sospechado nada, ni tenían que hacerlo. Tampoco es que se volviera tonto cerca de Britta, tampoco era la mujer más bella del planeta para dejar todo y huir con ella fuera del país. Si no que había algo en ella, que necesitaba conocer, algo que lo atraía mucho y no sabía por qué. Quizás, sus hermosos ojos, podía perderse en ellos y lo cierto era, que no había parado de pensar en ella desde que había llegado. Algo raro le estaba pasando con esa muchachita y solo tenía dos opciones, ignoraba su existencia por completo o tendría que admirarla desde lejos. Si hubiera sido cualquier otra chica, hubiera utilizado su fiel encanto o tal vez no, simplemente hubiera pasado una noche con ella y ya estaba pero sabía que todo en Britta era peligroso, era la nieta de quien le había proporcionado una paz que hace mucho no sentía, casi una familia, ya ni se acordaba que era eso. Lo peor, es que Britta ni siquiera era mayor de edad, también sospechaba que no era alguien con las riendas a tomar, no iría y lo besaría, por dios se interrumpió que estaba pasando con él.

Mientras la familia Hunt, estaba a la espera que la comida fuera servida, la conversación se centraba en lo bella que había quedado la remodelación de la cabaña, que antiguamente era ocupada por visitantes del lago. Básicamente era una cabaña para veraneantes. Estaba ubicada muy cerca del lago y tenía una fácil entrada desde el camino exterior del lugar, no como la casa de Cristina, que había que hacer una odisea cada vez que le visitaban. Esta casa era perfecta, era fácil su acceso y era muy mona. Uno caminaba un par de pasos y ya estaba muy cerca del lago. De hecho de niña siempre le preguntaba Britta a su padre porque su abuela no vivía en esa casa. Ahora de grande entendía que claramente esa casa tenía más llegada con los veraneantes.

Ellos estaban en la sala principal de la casa, que constaba de una planta pero con un bello porche a la entrada, para tomar el té por las tardes o simplemente sentarse a mirar el lago, porque todos estaban conscientes que a pesar de no hacer más que mirar el lago era bastante gratificante. Robert no había cambiado del interior, todo estaba tan cual como cuando preparaban la casa para ser arrendada pero tenía un aire muy hogareño.

De pronto los interrumpió la voz de Robert, que llamaba a Toby, su hermano, para que fuera ayudarlo con los platos pero este estaba disfrutando con Lucas, en el patio delantero. Cristina, que claramente le hacía gracia como jugaba Toby, le dijo a Britta, que fuera ella a ayudar a Robert. No se podía negar, ya que ella siempre había sido buena invitada en vez de anfitriona. Así que se paro, muy lentamente de la mesa, mirando a Simón pero este ignoro cualquier indicio de rescate para su hermana.

Al llegar a la cocina, pudo ver todo el esmero que estaba dedicando Robert a la comida, tenía todos los platos alineados en el mesón frente a la cocina, los había adornado y puesto muy bonitos. El menú consistía en arroz muy bien graneado con pollo al jugo, era algo muy simple pero Britta, supo que si alguna vez se casaba quería que alguien pusiera tanto esmero en la comida como Robert.

Robert sin esperarse que llegue Britta, casi desarmó su arte culinario cuando ella entro a la cocina y con tímida voz le dijo.

– Me mandaron por ayudarte – el la miró y no pudo evitar sonreírle – Toby estaba jugando– comentó justificando la situación, sin preguntarle nada Robert, agrego– estaba jugando con Lucas.

– Toby ni cuando hay visita, encuentra tiempo para ayudarme– pensando un segundo, la miro para decirle– aunque, quizás esta vez si me ayudo.

Sin saber muy bien a que responder le pregunto si necesitaba su ayuda y él respondió que sí, que claramente la necesitaba y rieron, fue una risa tan tímida, que Britta, se animo finalmente a dirigirle la palabra directamente.

Aquí conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora