La verdad no sabía si realmente era un desamor, porque la verdad nunca antes había tenido un desamor. Ni siquiera sabía lo que era el amor, solo tenía ciertas percepciones de este, por Simón, sus padres y bueno, una visión bastante abstracta por Sam.
El regreso a la realidad, se le hizo una eternidad, estaban bastante cerca de sus casas pero sabía que tenía un mensaje esperándola, sabía que era de él pero no quería compartir esta idea perfecta que tenía de Robert con Sam, y que esta, terminara por destruir por completo lo que creía que había sido. Muchas veces, al contar algo en voz alta, termina por perder por completo su encanto y la verdad, no quería romper el hechizo por completo. Sabía que tarde o temprano le diría a Sam, ya le había contando a grandes rasgos lo que había vivido donde Cristina, pero no quería romper la magia, por lo menos, no aún.
La tarde tenía un lindo color rojizo, no corría mucha brisa pero tampoco había un exceso de calor, eso era lo bueno de la primavera, que tenía lo mejor de los dos mundos, no mucho calor pero tampoco mucho frío. Amaba la primavera. Conversaron un par de cosas poco relevantes, sobre algunas pruebas y trabajos que tenían que hacer antes de terminar el semestre. Lo único malo de conocer a alguien por mucho tiempo, es que después de un tiempo, todo se vuelve rutinario y todo se sabe de la otra pero aún así, estaban demasiado acostumbradas a la compañía de la otra.
La primera casa que estaba desde la cafetería, era la de Sam, así que Britta, se despidió de su amiga con un abrazo y beso en la mejilla.
Su casa estaba en la otra cuadra pero en vez de decidir ir a su casa, camino al pequeño parque que había detrás de esta. Necesitaba un poco de privacidad, podía tener un ataque de felicidad demasiado grande o una pena tremenda y no quería que en ninguna de las circunstancias, vieran su estado anímico.
Se sentó y tomó su celular, lo desbloqueo y se dio cuenta que tenía cinco mensajes, dos de su padre, avisándole que hoy cenarían comida china, otro de Simón, quien le decía que ya había llegado a casa, así que podía llegar más tarde de lo normal pero nunca tan tarde y dos mensajes de un número desconocido. Respondió rápidamente los otros mensajes, le agradeció a Simón por la buena onda y por fin, después de una manda interna estúpida, vio su mensaje.
Britta, perdón por escribirte sin tu permiso pero Cristina me ha dado tu número,
¿Cómo va el colegio? R.
Porqué Cristina le daría mi número a Robert, que pretendía, si lo miraba de una forma racional no parecía algo malo, de hecho claramente podía ser de emergencia que tuviera su número, ejemplo si Cristina sufría algún tipo de accidente o pasaba algo con algún animal, eran las únicas razones completamente cuerdas que se le pasaban por la mente. Ahora, la menos racional era que Cristina sabía lo que había sucedido y básicamente le estaba echando leña al fuego pero no lo entendía, ella era su niñita y el casi un hombre, por dios. Que pasaba con su abuelita, se preguntaba.
Bueno, no sabía realmente como reaccionar a ese mensaje, así que claramente como no era alguien impulsiva, regreso a su casa, ya respondería el mensaje, aún faltaban tres meses, tres meses que quizás cambiarán su vida.
Saludo a Lucas, que la estaba esperando en la entrada de la casa, le gritó a Simón que ya estaba en casa y subió derrotada a su habitación, tiro sus zapatos del colegio lejos, se quito la falda y quedo con las calzas que siempre utilizaba bajo esta. Se tiró sobre la cama y por fin después de todo el día, pudo pensar tranquilamente en él.
Recordaba sus besos, sus caricias en su pelo, sus palabras pero todo se le derrumbaba al pensar que tal vez solo fuera un juego pero si no lo era, se preguntaba si era cierto, era posible sentir algo tan profundo por alguien en tan poco tiempo, ¿eso era realmente posible?
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Aquí conmigo
RomanceBritta esta por cumplir los 18 años, no se siente cómoda con su cuerpo, esta en una relación que odia y para peor, aún es virgen. En un viaje familiar de emergencia a casa de su abuela. conocerá a un invitado muy especial, que le terminará robando m...