Caminar junto a Vincent, era una de las cosas más placenteras que le habían pasado en su vida, cuidaba que no pisara nada extraño, ni que un perro saltara contra suya a través de una reja. Era muy cómodo estar junto a él pero aún así, no se sentía presente por mucho que lo tratara. Había escuchado su voz, no tenía dudas, era él. Moría de ganas de saber a qué hora llegarían a casa pero llamar a su padre para preguntarle sobre la hora de llegada de su abuela levantaría sospechas, ya que, quien querría saber a qué hora llegaría su abuela si esta en un cita, supuestamente con el chico que te gusta. Por dios, necesitaba verlo, necesitaba volver a ver su cara nuevamente, necesitaba volver a sentir sus brazos sobre su cuerpo, necesitaba volver a sentir sus labios y sus caricias.
– ¿No te sientes emocionada de por fin dejar el colegio? – preguntaba Vincent mientras Britta parecía estar en otro mundo.
Habría venido por ella, se preguntaba o solo acompañar a Cristina.
– Britta – había llamado nuevamente Vincent.
No había respuesta, no sabía muy bien qué hacer, así que le tomo las manos, lo cual la tomo completamente por sorpresa.
– ¿Estás bien? – había preguntado Vincent.
– Si, lo siento – se disculpo Britta, siendo consciente que el aún sostenía su mano.
Al darse cuenta que había provocado una reacción no tan esperada en ella, se la soltó.
– Lo siento, Vincent, es que la llamada de mi abuela me dejo un poco shockeada – le dijo.
– ¿Por qué? ¡Sucedió algo malo?
Britta al notar que parecía bastante preocupado, se rió y le explico que no, que no había pasado nada grave solo que estaba impresionada que su abuela viajara ocho horas solo para verla recibir un pedazo de papel.
– Bueno, eres su nieta, cualquier abuelita haría eso por su nieta.
– Si tienes razón – sin evitar pensar que el conductor de Britta, era el probable amor de su vida.
– Bueno, es aquí – le dijo Vincent mientras apuntaba a una bella residencia de pequeños departamentos.
Quedo impresionada porque era muy bonito el lugar, había pasado muchas veces por ahí con Sam, incluso había acompañado a Sam, en una de sus tantas aventuras amorosas en ese lugar, claramente ella la había esperado en el auto.
Al llegar al departamento, notó que no parecía un lugar habitado por padres.
– ¿Vives solo? – preguntó curiosa.
Vincent rió y asintió.
Madre mía se dijo Britta.
Estuvieron un rato conversando sobre todo y nada, hasta que llego el momento de sentarse a ver la película. Vincent dejo que ella eligiera la película pero Britta, no era muy buena cinéfila así que mejor dejo que eligiera él. Estaba nerviosa, no podía negarlo, literalmente su colón estaba por estallar, se sentía hinchada a más no poder y sabía que no era producto de ninguna comida si no que su colon, estaba a todo dar. Antes de darle play a la película, se disculpo y fue al baño. Por dios, por dios pensaba, que estoy haciendo. Algo de Vincent le llamaba mucho la atención, siempre le había gustado la forma en la cual le miraba cuando iban a tomar café con Sam pero jamás había sentido lo que había sentido con Robert pero pensaba que no había besado a Vincent y si con él sentía lo mismo y lo que había sentido con Robert, solo lo había sentido solo por ser deseada.
Se miró una última vez en el espejo, por dios, sus cachetes estaban tan colorados que había jurado que había olvidado que se había puesto colorete, pero no, nuevamente sus nervios traicionándola.
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Aquí conmigo
RomanceBritta esta por cumplir los 18 años, no se siente cómoda con su cuerpo, esta en una relación que odia y para peor, aún es virgen. En un viaje familiar de emergencia a casa de su abuela. conocerá a un invitado muy especial, que le terminará robando m...