Volver a la ciudad, no había resultado tan doloroso nunca hasta ahora, Britta que siempre peleaba por ser la copiloto de su padre siempre, esta vez, quiso sentarse en la parte de atrás para poder leer un poco. Era normal en ella leer durante los viajes pero usualmente en la mitad de este no al inicio pero ella se justifico diciendo que estaba en una parte muy importante de su libro y necesitaba leerlo. Como su hermano y su padre, sabían lo devota que era con sus libros, no cuestionaron nada, dándole su debida libertad.
Lo cierto era que Britta, no podía mantenerse concentrada en su kindle, estaba tan sumida en sus pensamientos que hasta Lucas se había molestado con ella, por tanto cariño desinteresado que le daba por estar en las nubes. No podía evitar recordar el poco pero valioso tiempo que había pasado con Robert. Cerraba sus ojos y ahí estaba él. Aún sentía su mano sobra la suya.
Tenía miedo de olvidar ese momento, sabía que solo había pasado hace un par de horas pero una parte de ella, sucumbía al temor de que todo fuera mentira pero su lado racional debatía con su lado malicioso que decía que él solo estaba jugando con ella. Sabía que no era así, que lo que había sucedido en el lago, había sido verdadero y sincero. Una parte de ella confiaba que él llegara donde estaba pero no estaba cien por ciento segura y de todas formas decidió arriesgarse. Ya estaba lo suficientemente grande para arriesgarse y lo suficientemente inocente para fingir que solo estaba paseando por el lugar.
Las palabras de Robert, la habían dejado en las nubes, había sido un estallido interior que aún tenía secuelas, escucharlo decir que dependía de ella lo que sucediera en un futuro, provoco en Britta un efecto que ni ella misma sabía que podía ser provocado. Se acerco a él, para poder decirle al oído, solo faltan un par de meses y dejaré de ser algo prohibido para ti, provocando un ataque de risas en él, no burlonas sino que de nerviosismo. Le respondió que era más que eso, que no era que ella fuera menor de edad o que solo le faltara un par de meses para cumplir la mayoría de edad para que él no fuera arrestado sino que, ella tenía que vivir la vida, antes de perder la cabeza por la primera gran pasión de su vida.
– no te creas el gran Adonis, R – había dicho Britta, mientras lo empujaba suavemente del hombro.
Mirándola con gran curiosidad, él se acerco a ella para que lo escuchara mejor.
– Así que ahora soy R, Britta – mirándola con una calurosa mirada – no he escuchado mi nombre salir de tus labios directamente, Britta.
– Pues – mirando hacía sus botas – me pones nerviosa, R – para luego mirarlo a los ojos
Él se acerco a Britta, dejando un espacio muy pequeño entre los dos
– Sígueme – le dijo al oído
Camino tras él, por un momento para luego entender adónde iban. A su camioneta, por dios se dijo, vamos a un lugar más privado, sin dar crédito de lo que estaba pasando.
– Robert, recuerda que a veces tenemos que ser racionales – Gritó pero al segundo se arrepintió. Porqué tenía que sabotear lo unico interesante que estaba ocurriendo en su vida.
El se detuvo y le dijo que lo espere, había llegado a la entrada de su casa que solo estaba a unos minutos de donde estaban, escucho que llamaba a Toby, quien salió corriendo de la casa.
Ella sin saber muy bien qué hacer, la saludo.
– Hola Britta – la saludo sin darle mucha importancia
Sin entender nada de lo que estaba pasando, le devolvió el saludo
– ¿donde dijiste que estaba tu hermano? – le pregunto Robert a Britta
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Aquí conmigo
RomansaBritta esta por cumplir los 18 años, no se siente cómoda con su cuerpo, esta en una relación que odia y para peor, aún es virgen. En un viaje familiar de emergencia a casa de su abuela. conocerá a un invitado muy especial, que le terminará robando m...