Capítulo 5: "Te podemos ayudar con eso"

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Jungkook apretaba viciosamente los botones del mando del Playstation, su espíritu competitivo a mil. La habitación estaba en silencio para no fastidiar a sus vecinos, aunque era imposible que una u otra risita irrumpiera en el ambiente gracias a Taehyung.

A medida que su popularidad crecía, la calidad de los hoteles donde se quedaban también lo hacía; pero algo que no cambiaba era que pidieran pocos cuartos, así que ese día había sido sorteado para compartir con Jimin.

—¡Gané! —exclamó, viendo que su personaje levantaba los brazos en una pose de victoria.

—Sssh, a menos que quieras que Yoongi-hyung venga a echarnos agua —le calló Jimin.

—¿Otra partida? —Taehyung negó y bostezó, refugiando el rostro en su cuello—. ¿Jiminie-hyung?

—Podría ceder, ¿pero si gano qué me darías? —habló Jimin, pero al parecer Taehyung le dio un pellizco porque de pronto calló, y un abrir y cerrar de ojos, se había lazando contra este.

Jungkook dejó el mando, sabiendo que ahora sí era imposible que reanudaran el juego. Observó a los otros chicos rodar en la alfombra y estaba por levantarse cuando Taejyung adivinó sus intenciones y se aferró a su tobillo, arrastrándolo al enredado de piernas y brazos. Él era más fuerte que ellos, pero conseguir que ambos se rindieran a la vez era complicado.

El aliento tibio en su cuello de Jimin, al que tenía atrapado con una llave, le estremeció. Algo que se intensificó porque Taehyung, que estaba encima, se dejó caer con todo su peso y le fue imposible ignorar la semi-erección apoyada contra su muslo. Sus músculos se congelaron, a diferencia de los otros dos que continuaron sacudiéndose. Con horror, percibió que estaba excitándose y avergonzado, quiso liberarse. En ese intento, Jimin notó su dureza y lo vio con los ojos muy abiertos, antes de sonreír; sus mejillas estaban rojas y su expresión era de diversión.

Sabiéndose atrapado, luchó hasta zafarse y quedar sentado en el piso. Encontrarse con la mirada de Jimin había sido como si el infierno hubiera abierto una puerta especial para él, e instintivamente desvió la vista, advirtiendo con renovado horror que el bulto en sus pantalones era más que evidente.

—Creo que tienes un problema entre manos —comentó Taehyung.

Antes de que pudiera proseguir su burla, Jimin le interrumpió: —Obviamente es entre las piernas, TaeTae.

Los ojos de Jungkook se tornaron rojizos, cargándose de lágrimas. Su respiración estaba acelerada y su boca reseca, su expresión de confusión solo se hizo más marcada cuando la mano de Jimin acarició sus cabellos.

—¿Cuál es la angustia?

—Vamos, Kookie, es normal —señaló Taehyung, arrastrándose hacia donde se encontraban y tocando su mentón.

Lejos de estar aliviado, Jungkook sintió que su miembro dolía un poco debido al roce del que era objeto.

—¿Lo es? —cuestionó un tanto alarmado y se deslizó hacia atrás, rompiendo el contacto físico—. Digo, ¿cómo sería normal qué pase eso mientras jugamos "nosotros"? —enfatizó con un ademán.

Jimin meneó la cabeza con suavidad y se acomodó mejor, dejando caer su cabeza en el hombro de Taehyung.

—Lo es para mí y para Tae —afirmó, sin notar la presencia de una cuarta persona en la habitación.

Seokjin había abierto la puerta sin que la línea maknae se diera cuenta. La fisonomía mortificada de Jungkook no le dio buena impresión y al escuchar el "Podemos ayudarte, es solo una erección" de Taehyung, supo que aquello se estaba saliendo de control.

Aclararse la garganta bastó para que los chicos lucieran como si hubieran sido atrapados a punto de cometer una travesura. Sin molestarse en explicar su presencia, Seokjin se ubicó entre ellos y preguntó casualmente sobre el juego. Ni cinco minutos después, iniciaron una partida y se encargó de no irse hasta tener la certeza de que no sucedería nada.

No era que tuviera algo en contra de Jungkook, sino todo lo contrario, y era... complicado.

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