Capítulo 10: Preguntas y respuestas

67 5 0
                                    


—No sé cómo tomar esto —confesó Jungkook mientras era dirigido a una de las camas. Se estaba dejando llevar mansamente, exhausto por la hora y el caos mental que tenía, desordenando sus pensamientos y sentimientos.

—Es comprensible, sé que el shock que ha debido causarte es grande.

Seokjin suspiró y se rascó la mejilla, bajando la intensidad de la luz. Era como si se hubiera auto-asignado una tarea complicada, y ahora debía hacerse responsable.

—No sé cómo empezar, Kookie, se supone que no debías enterarte nunca.

—Ugh... —Jungkook se desordenó los cabellos, frustrado—. Si no es algo parecido a una orgía, ¿qué infiernos es?

En cualquier otra ocasión, Seokjin no hubiera tolerado que el maknae le hablara así, pero suponía que podía hacer una excepción. Se ponía en los zapatos de Jungkook y sí, era complicado de comprender. A él mismo le había sido complicado estar en paz con la idea de involucrarse en algo tan volátil y poco ortodoxo como una relación amorosa con tantas personas a la vez.

—Los seis somos individuos completamente distintos entre sí, y hemos encontrado que podemos complementarnos. Cada uno de nosotros ofrece lo que tiene, y toma lo que necesita del otro. ¿Me explico?

Hubo una pausa.

—No.

Seokjin suspiró otra vez, encogiendo las piernas, y cavilando cómo ilustrarlo de otra manera.

—Mira, incluso si te leyera la definición, hay que abrir la mente para entenderlo.

Resoplando, Jungkook tomó su teléfono que tenía en el bolsillo y después de pensarlo por un segundo, buscó la palabra "poliamor".

—Por algo se empieza —murmuró y leyó—: Blablablá, ah, aquí está: "es tener una relación íntima, amorosa, sexual, duradera, y de forma simultánea, con varias personas. Eso con el pleno consentimiento y conocimiento de todos los amores involucrados". Uhm... Hyung... ¿significa que estás enamorado de cinco personas y ellos de ti? —Seokjin asintió—. Se oye simple —dijo sarcástico.

—Es simple una vez que lo entiendes.

—Solo se escucha simple. Hyung, todavía no entiendo cómo se llegaron a ese entendido de "somos pareja".

—El punto es que lo asimiles, no que cuestiones.

Seokjin comenzaba a perder los estribos, y por un instante, deseó no haber mandado al resto de la tribu a dormir.

El menor exhaló pesadamente y chupó su labio inferior.

—¿No existe la posibilidad de que unos estén más enamorados? ¿O que solo sea una plataforma para llegar unos a otros?

Seokjin llegó a la conclusión de que estaba demasiado cansado.

—Es hora de dormir —dictaminó y sin más, apagó las luces y se metió a la cama.

—Pero...

—A descansar, dije.

Jungkook se quedó mirando la oscuridad hasta que dejó escapar el aire que contenía en los pulmones. Se conocía y, en especial, conocía a Seokjin. Se sacó los zapatos y se introdujo en la misma cama en la que se había acostado el otro chico y como tentando terreno, se apegó a este.

—Hyung —susurró.

—Duerme.

—Solo quiero entender, lamento si mis preguntas te molestaron. No era mi intención —su volumen era estudiadamente modulado, empleando un tono que sabía que ablandaría a Seokjin.

Supo que había obtenido lo que quería cuando el colchón se removió y unos brazos rodearon su talle.

—Es inevitable que alguno tenga más afinidad con otro —explicó Seokjin—, pero nadie está siendo utilizado, Kookie. Lo hemos hablado a profundidad y si bien a veces surgen disputas, el nexo que tenemos es muy fuerte.

Introduciendo una pierna entre las de Seokjin, Jungkook se le apegó todavía un poco más. Aquella cercanía no era inusitada, sobre todo para ellos dos, y era raro pensar que semejante secreto hubiese estado en sus propias narices y él sin notarlo.

—¿Esto significa que todos lo han hecho con todos? Tener sexo —aclaró—. Me cuesta de imaginarte con Tae, por ejemplo.

—¡Jungkook —exclamó escandalizado—, te prohíbo imaginar algo! Es en serio, no imagines nada. Ya te lo he dicho, somos más que sexo.

—Lo siento —dijo y soltó una risita hueca, producto del sueño y de la confusión—. Y bueno, no es que alguno esté feo como para no querer imaginárselo... —comentó sin pensarlo y enseguida notó que su rostro quemaba.

Seokjin le acarició la nuca y el nacimiento de sus cabellos, dejando un beso en su frente.

—A dormir, ya hemos quedado en que tenemos una agenda apretada.

—¿Después puedo seguir preguntándote?

—Sí, pero no hoy. Debemos dormir —reiteró.

Contrario a lo que esperaba, a Seokjin le costó conciliar el sueño. Fue consciente de cuando Jungkook quedó dormido y aunque quiso cambiarse de cama, se quedó paralizado. El aliento tibio del maknae caía directamente sobre su cuello y empezaba a causarle problemas. Intentó pensar en los eventos de la noche, pero su mente viajaba insistente a la pierna que descansaba en el medio de sus muslos, y el modo en que a cada respiración, sentía una pelvis rozar su cadera.

Eso estaba mal... mal en tantos sentidos. Como lo había dicho varias veces a lo largo de la noche, Jungkook era el bebé del grupo. Era una lástima que, por más que quisiera convencerse de ello, su cuerpo en ese instante le contradijera. Se desenredó con cuidado de las piernas de Jungkook y se acomodó contra el filo de la cama, forzándose a ignorar lo que sucedía en sus zonas bajas.

Nada había cambiado, que Jungkook supiera no cambiaba nada.

«Nada», se repitió.

Reacción de combinaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora