Capítulo 24: Dudas + Porno =

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El casi terror inicial que había experimentado cuando finalmente se supo involucrado en la relación, despareció los días siguientes. Con rapidez, reparó en que su nueva situación amorosa no significaba un cambio drástico; solo se había agregado a su interacción con los demás uno que otro beso.

Nada más, nada menos.

—Buenos días —saludó Yoongi, irrumpiendo el silencio en el que desayunaba.

En respuesta, Jungkook estiró sus labios hacia él, y Yoongi enarcó una ceja, dejando un beso breve en su boca... y luego un zape en su cabeza, haciéndolo descender de la nube en la que volaba.

—No funciona así —afirmó Yoongi, desordenándole los cabellos. La expresión de confusión en el rostro de Jungkook fue notoria, haciéndole sonreír—. No creerás aprovechamos cada vez que estamos solos para darnos cariñitos y besos... ¿O sí?

—¿No?

Yoongi negó. Buscó una taza para servirse café, le dio un trago y suspiró. Esa era la manera de Seokjin de desearle un buen día, dejando su café listo antes de irse. Regresó a la mesa y se sentó.

—No —ratificó—, se vería extraño y se sentiría extraño.

—No es como si tener seis novios sea lo más común del mundo, hyung.

—No te quieras pasar de listo —replicó Yoongi, dándole otro sorbo al café y revisando la hora en su teléfono.

—Solo quiero entender, saber cómo comportarme y no equivocarme... No quiero arruinarlo.

Yoongi estaba por mandar a Jungkook a hablar con otro de los miembros, alegando que no tenía la paciencia o el tiempo; sin embargo, la expresión del maknae, ligeramente ansiosa, curiosa, tan inocente, se lo impidió.

—No es lo más común, pero funciona.

—Por favor, hyung, no me digas que vaya a preguntarle a cada uno, o peor, que me ponga a observarlos.

Guardando una nueva sonrisa, Yoongi finalizó su café. Dependiendo del modo en el que lo analizara, podía complicar mucho la situación o reducirlo a una fórmula sencilla. No creía que nada de eso fuera lo adecuado.

Se levantó, volvió a llenar su taza y estiró los brazos, como infundiéndose de energía, antes de volver a su lugar de antes.

—Espontaneidad y comunicación —sentenció—. Actúa con naturalidad, no es necesario que cambies tu manera de ser o esperar a que el resto lo haga.

—Pero si no cambia algo, ¿cómo será lo del sexo?

Yoongi escupió un poco de su café por la sorpresa.

—¿Qué dijiste?

Jungkook no le atribuyó esa reacción a su pregunta y arrugó la nariz.

—Que si no cambia algo, ¿cómo será lo del sexo? ¿Quién va primero? ¿Qué posición toca y todas esas cosas?

Los ojos de Yoongi seguían abiertos de par en par mientras limpiaba con torpeza el café derramado en su camiseta.

—¡Namjoon-ah! —gritó y el líder apareció casi de inmediato, sonriendo al notar el talante de Yoongi.

—¿Viste un fantasma? ¿O no te viste en el espejo? —preguntó, tomando una servilleta y entregándosela—. ¿Qué ocurre?

—Dice el niño que para cuándo el sexo.

La risa de Namjoon resonó por la cocina y movió la cabeza.

—No seas ansioso, estás como un adolescente hormonal... Oh, bueno —añadió ante los ojos en blanco de los otros dos. Ladeó la cabeza e hizo un sonido indescifrable—. ¿Qué esperas, Jungkook? ¿Algo así como una noche de iniciación?

—¿Tal vez?

Una risa melodiosa llenó la cocina por segunda vez, y los presentes se giraron a ver a Jimin que pasaba por ahí recién bañado, una toalla en sus hombros y otra sujeta en sus caderas.

—Esto me recuerda a cuando TaeTae hizo exactamente la misma sugerencia.

—Sí —concordó Namjoon—, y a Seokjin-hyung por poco le da un paro cardíaco.

—Pero vaya que la pasamos bien —siguió Jimin, poniéndole a propósito un tono ensoñador a su voz y guiñándole un ojo a Jungkook, quien no quitaba los ojos de las gotas de agua que resbalaban por su pecho.

—Jiminie —se quejó Yoongi con un mohín—, no seas mentiroso y anda a ponerte algo de ropa. Harás que el maknae aquí tenga una erección vergonzosa. —Cuando el mencionado se marchó luego de otra carcajada, se dirigió hacia Jungkook para aclararle—: No hubo tal evento.

—¿Cómo es, entonces?

—Cada uno tiene gustos diferentes, y la dinámica que tengo con Hobie, por ejemplo, es distinta de la que tengo que Taehyung.

—¿O sea que con Hobie-hyung eres el activo y con Tae eres el pasivo? —cuestionó Jungkook con genuina curiosidad y Yoongi resopló fuerte antes de anunciar que se rendía.

—Todo tuyo, Namjoon —dijo, retirándose con su taza de café y una mueca en la cara.

Namjoon sacó un tazón de cereal y lo bañó con leche antes de sentarse al frente de Jungkook.

—Lección número uno: no empieces con lo de pasivo y activo de la nada, o te arriesgas a que te quiebren un diente —aconsejó.

—¿Tema sensible?

—No, es más bien un "¿qué te importa?". No es que seas activo una vez con alguien y quedes con ese rol para siempre. Es una relación, Jungkookie, lleva muchos matices, cada uno diferente y especial para el otro, aunque seamos... siete, ahora.

Jungkook asintió, creyendo que había entendido el concepto.

—Está bien, y en resumen, ¿cuándo me toca?

Namjoon exhaló, rascándose la cabeza. Yoongi le había dejado tremendo lío.

—No es como que tengamos un calendario. No son tareas de la escuela, ¿entiendes?

—Ok... y oye, hyung, ¿y alguna vez han estado todos? Ya sabes, a la vez y turnándose para...

—Debes dejar el porno, mocoso —contestó de modo severo Yoongi, que había regresado para dejar su taza, y Jungkook supo de inmediato que la conversación de esa mañana había culminado.

Menos confuso que antes, en teoría, se encogió de hombros y fue a prepararse para iniciar el día.

Reacción de combinaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora