🥀EL ENCANTO DE LA BESTIA {LARRY STYLINSON}🥀

A pasos agigantados

Días después

-Puedes ir al jardín siempre y cuando no escapes. Cuando tengas hambre me lo haces saber. No vayas por ningún motivo al pasillo en donde se encuentra la habitación del amo, odia el ruido cuando está en su mundo, lo enfurecerás y no quieres eso. Si quieres leer algún libro le dirás al señor Hardy, si el está ocupado me lo dirás a mí y si ambos estamos ocupados podrás ir a la biblioteca dando la vuelta al castillo, sin pasar por la puerta de la habitación del amo, se encuentra a unas cuantas puertas de allí. ¿Ya mencione que nunca pases frente a la puerta del amo? Bueno, como sea; no tienes permitido entrar allí. Puedes pasear por todo el castillo pero no po...

-Por el pasillo de la habitación de esa bestia, ya entendí.

Comenzaba a volverse costumbre para el no ver a la bestia después de cruzar palabras. Paso cuando hablo con él la primera vez y estaba pasando ahora. Lo había tratado como una persona normal lo haría; después había desaparecido.

Era el segundo libro que terminaba desde que llego a ese castillo, desde que se deslumbro con ese profundo color azul.

-¿Señor Dumont? ¿Niall?

Sabía que no tenía que estar haciendo tal cosa, pero no había nadie por ningún lado lo cual era extraño porque siempre tenía a alguien siguiendo sus pasos. Estaba aburrido, se sabía el jardín de memoria y quedarse dentro del castillo era más aburrido que ver la nieve caer todo el tiempo por el ventanal. Lo único que le resultaba fascinante en ese triste castillo era el retrato del chico de ojos azules.

Nunca había ido a esa parte del castillo, la simple idea de enfurecer a la bestia siempre lo frenaba. Pero ahora que lo había conocido de otra forma; la curiosidad era lo que lo motivaba a explorar. Tal vez estaba poniendo su seguridad en peligro, incluso se atrevería a decir que su vida, pero valdría la pena o eso le gustaba pensar.

El señor Dumont no había sido específico respecto a la ubicación de la biblioteca, "a unas cuantas puertas de la habitación del amo", ¿Cómo sabría cuál sería la biblioteca si ni siquiera sabía en donde estaba la habitación de esa bestia? La única solución que pudo encontrar fue abrir cada una de las puertas en ese pasillo.

Cuando llego a la quinta fue que lo vio.

Descansaba sobre una cama apenas un poco más grande que la suya en esa habitación que ahora era de él, estaba profundamente dormido y si alguien más lo viera así, tan sereno; diría que es inofensivo. Parecía un cachorro.

Harry se quedó clavado en el piso, no sabía si había dejado de respirar pero estaba seguro que no quería parpadear si eso le quitaba admirar por un cuarto de segundo la imagen frente a él. A pesar de los días que ya había pasado allí le seguía pareciendo increíble la magia que existía en ese castillo.

Dicen que la curiosidad mato al gato; y Harry se estaba muriendo por explorar ese sitio.

La ventanas de la habitación estaban cerradas, tan solo la iluminaba una solitaria vela en la mesita de noche. No podía ver nada, con pasos inseguros y con el libro aun en sus brazos camino hasta la pequeña flama y tomo la vela, se decidió a explorar la habitación; para ser una bestia enojona está todo ordenado a la perfección, pensó.

Dejo el libro en uno de los muebles y una luz más llamo su atención, no estaba seguro de si estaba ahí hace un minuto pero camino hasta ella con la vela en mano.

Provenía de una bonita mesa de madera color chocolate en una esquina de la habitación; la luz estaba cubierta por una fina manta beige, la cual, no impedía que el brillo traspasara.