🥀EL ENCANTO DE LA BESTIA {LARRY STYLINSON}🥀

El lago

-¿Qué quieres hacer ahora? –le pregunto Louis.

Habían pasado diez días desde que Harry iba a visitar a sus amigos del castillo todos los días. Recién habían terminado de comer, Louis nunca tenía ganas de hacer nada, pero cuando estaba en compañía de Harry era todo lo contrario. De pronto sentía ganas de ponerse a saltar alrededor del rizado, sentía que podía correr por todo el castillo, le daban ganas de ponerse a cantar por muy ridículo que se viera, sería capaz de hacer el más grande de los ridículos si eso significaba tener como resultado la risa de Harry.

De pronto le daban ganas de enseñarle todo el castillo pero después recordaba que Harry ya lo conocía de punta a punta, de pronto le entraban unas ganas inmensas de preguntarle si le apetecía leer con él en su habitación, pero lo descartaba al instante porque sería muy atrevido estar a solas con él en una habitación tan pequeña a comparación con las del resto, se le ocurría que podían ir a dar un largo paseo al jardín pero era una pésima idea contando el hecho de que no quería que el rizado enfermara por exponerse tanto tiempo al frío.

Harry era cálido y Louis lo iba a mantener a salvo, lejos del frío y de todo lo que pudiese hacerle daño.

-Se me ocurre que podemos ir al lago –sus ojos brillaban y era una de las vistas favoritas del Rey.

-Pero podrías enfermar, incluso si te pones ese abrigo gigante que siempre traes y...

-Voy a estar bien –lo corto- sobreviví a los lobos y estar aquí dos meses, puedo aguantar un par de horas allá afuera –se sentia seguro bromear con el y la Bestia comenzaba a adorar su sonrisa traviesa cuando lograba su cometido.

-En realidad no sobreviviste a los lobos, yo te sa... ¿dijiste dos meses? –no le dio por contar los días que pasaba el rizado en su castillo, en ese entonces se negaba a tomarle importancia. 

-Sí, yo tuve la misma reacción –se levantó de la mesa y camino hasta la puerta- encuéntrame –le dijo antes de echar a correr.

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En verdad había sido divertido los primeros quince minutos, caminaba por los pasillos imaginando donde sería un buen escondite para el rizado, miraba divertido hacia todos lados y abría las puertas diciendo "¡te encontré!" pero terminaba desilusionado cuando no había señal alguna de Harry.

Tal vez parecían unos niños pero ninguno le tomaba importancia, eran solo ellos y sus amigos, quienes estaban más que felices con el hecho de que su amo se viera tan vivo de nuevo, con el hecho de que sintiera cariño por el chico de ojos jade. 

-Harry ¿Dónde estás? –había un dejo de preocupación en su voz, nada le podía pasar estando dentro del castillo.

Había pasado media hora desde que el rizado se había escondido y Louis solo no podía encontrarlo, era su castillo, conocía cada rincón; cada escondite y cada pasillo, sin embargo era un lugar muy grande y se sentía tan pequeño tratando de encontrarlo.

-Hazz, me rindo –a Harry no le podía pasar nada si no salía de la nieve.

Tal vez Harry estaba en un lugar que ya había revisado, debía de volver a buscar en las puertas del pasillo, tal vez estaba metido en el armario, debería de ser más atento.

-¡Harry! –ya no estaba siendo divertido.

-Monseur cuidado –era el reloj, casi tropezaba con él.

-¿Has visto a Harry?

-No señor –sentía curiosidad por la pinta de preocupación que traía pero no le pregunto.