Humano

91 19 11
                                    

Parecía que el sol iluminaba el castillo, le daba un calor casi igual como el que se sentía hace diez años, le daba el brillo que había perdido, aún así era un paisaje triste.

Había llenado por completo de esperanza el corazón del Rey de ojos zafiros, estaba tan cerca...

Pronto esto terminaría y el tendría su feliz para siempre.

Harry no había vuelto desde que sus labios se fusionaron, si el estuviera aquí se pondría tan feliz... daría lo que fuera por ver cómo sus ojos se iluminaban al ver cómo eran todos realmente, por ver la felicidad apoderarse de él cada vez más hasta que su sonrisa hiciera que sus pestañas chocaran con sus mejillas y fuera difícil apreciar el color jade que tanto le gustaba. Daría lo que fuera por volver a besarlo.

La felicidad no le cabía en el pecho y la sonrisa que traía no parecía que se fuera a ir tan rápido. Quería compartir esa felicidad con Harry.

Pero después recordaba que era cuando más feliz se sentía que todo se derrumbaba, todo se caería a pedazos de un momento a otro y el no estaba listo para hacerle frente; nunca había sido valiente. Ya no se podría refugiar en la indiferencia y en el supuesto odio que sentía hacia los demás; nadie merecía su mal trato, había comenzado a cansarse. Tan solo quería que todo esto terminara, quería disfrutar de la felicidad sin vivir con ese peso sobre su pecho de que en cualquier momento le seria arrebatada.

Indudablemente eso pasaría y el lo sabía perfectamente bien.

Era en la llegada de la nieve cubriendo todo el bosque cuando más miedo sentía, porque por fin; después de todo ese tiempo había encontrado la felicidad, amaba y era amado, y se sentía pleno. Era lo cerca que estaba a los días en los que todo lo malo ocurrirá que lo tenía así. Detestaba no poder disfrutar de su felicidad temporal, seguramente todo volvería a ser como antes y el no aprendió nada.

No podía estar más lejos de la realidad.

Quería que la hechicera apareciera, que le dijera que todo era parte de su juego y que el ya no tenía remedio, quería que le explicará todo lo que pasaba ¿Por qué al resto y a el no? ¿En verdad había sido una persona tan mala?

Cada día de su vida añoraba con despertar y sentir el frío erizar su piel, deseaba que al verse en un espejo la imagen reflejada no le diera asco, quería volver a usar sus trajes de tela fina que tanto le gustaban y que tenía guardados por allí. Se iba a la cama con el deseo de poder salir con Harry a pasear por el bosque sin tener que ocultarse de un posible cazador que se interese en colgar su cabeza en su pared de trofeos.

El tan solo quería sus manos y pies de vuelta; poder usar los cubiertos y no manchar su ropa tratando de comer como la gente normal lo haría, quería sus delgados dedos de vuelta para poder entrelazarlos con los de Harry y pedirles a las niñas que le enseñaran a trenzar su cabello porque amaba verlo con esas ridículas flores amarillas en la cabeza.

Estaba seguro de que se la pasaría todo el día trenzando el cabello de Harry, sus manos humanas eran pequeñas a comparación con las que tenía.

-El regresará pronto amo, ya lo verá –hablo la señora Jolie detrás de él.

-Seguro –suspiro por milésima vez en todo el rato que había estado con ellos en su habitación. Miraba por su balcón y esperaba, era lo único que podía hacer.

-Louis ¿No vienes? Han hecho tanta comida que bien sobraría para otro mes más –el señor Goupil caminaba hacia ellos, había una sonrisa en su cara y Louis había olvidado por un momento que el ya no era un niño y sus empleados no eran tan jóvenes, los años se hacían presentes en su frente y alrededor de sus ojos color miel.

🥀EL ENCANTO DE LA BESTIA {LARRY STYLINSON}🥀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora