Invierno

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Las semanas habían pasado, trayendo el invierno con ellas, era la estación favorita del rizado porque significaba que podría usar sus abrigos favoritos y mamá todas las tardes les haría galletas de mazapán, también significaba que pasarían más tiempo en familia.

El bosque estaba cubierto por un grueso manto blanco, la tierra se mezclaba en algunas partes con la suave nieve y en otras se veía cubierta por ella. De vez en cuando caían montones de nieve de las ramas secas de los árboles, muy pocos eran los que conservaban sus hojas. Los colores vividos de las flores se habían ido y Harry por un momento odio el invierno, porque ese paisaje que a sus ojos era hermoso; era triste y deprimente para Lou, quien había estado oculto detrás de este por quien sabe cuánto tiempo.

Las personas en el pueblo de Eguisheim no eran tan felices como la pequeña familia a las afueras del pueblo, demasiadas preocupaciones tenían sobre los hombros como para sentarse detrás de sus ventanas a disfrutar como caía la blanca lluvia afuera; estaban demasiados ocupados siguiendo su rol, que no tenían tiempo para detenerse un momento y respirar hondo y embriagarse con todos esos olores típicos de la temporada.

Así que esa mañana despertó feliz, le costó salir de la cama como siempre que la temperatura descendía, pero era tanta la emoción en su pecho, que tuvo que levantarse para no ponerse a saltar sobre la cama. Su madre preparaba el desayuno y le fue asignada la tarea de despertar a sus pequeñas hermanas, cada vez que miraba a su madre le era imposible no preguntarse ¿Cómo lo hacía? ¿Cómo hacia su madre para encargarse de todos ellos? Siempre tenía un desayuno delicioso a tiempo, el con suerte y despertaba a tiempo para preparar el desayuno para todos; sabia las palabras necesarias cuando ellos estaban tristes o enojados, siempre tenía una sonrisa en el rostro por muy cansada que estuviera y eso se lo había heredado a ellos. 

Después de varios intentos por levantar a sus hermanas lo logro. Terminando el desayuno comenzó su rutina; con la única diferencia de que hoy llevaría dos abrigos, no quería enfermar y lo acompañaría Felipe.

Iba feliz por todos los planes que tenía para hacer hoy con Louis. Comenzaba a adentrarse en el bosque, Felipe conocía el camino perfectamente bien.

Un disparo irrumpió en el aire y el viejo caballo se inquietó, levantaba las patas delanteras y se apoyaba sobre las traseras poniendo a Harry en una situación difícil, tuvo que sostenerse de las cuerdas tan fuerte que sus manos se pusieron blancas.

-¡Felipe tranquilo! –le gritaba tratando de mantener la calma el también.

Pero el animal ni siquiera le prestaba atención, trataba de salir de allí, ponerse a salvo porque olía el peligro inminente aproximarse de manera sigilosa a ellos y sus instintos de supervivencia salían a flote. 

-¡Hay que regresar Felipe! –grito más fuerte para llamar su atención y entre toda la bruma de salir de allí, alcanzo a escuchar las ramas en el suelo tronar y la nieve gruesa ser pisada. Él también tenía miedo; no estaba seguro allí, no mientras estuviera fuera de la nieve del castillo.

-¡Harry! ¡Lo siento tanto! No pensé que te gustara pasear por el bosque en esta época –caminaba hacia ellos Colette y tres hombres más, de uno de sus hombros colgaba una escopeta y dos de los hombres traían a un lobo arrastrando; a Harry se le revolvió el estómago y sintió unas enormes ganas de llorar.  

-Cualquier época es buena para pasear por aquí –aun trataba de controlar al caballo.

-Es un lindo bosque –cuando hablaba una nube blanca salía por sus rosados labios.

-¿Es para tu colección? –señalo el animal muerto y se preguntó cuál de todos los guardias era él.

-Sí, un trofeo nuevo no me viene mal –sonrió orgullosa. Su tío le había enseñado a cazar desde que tenía seis años, su madre siempre se negaba, pero cuando su padre ordenaba algo ella dejaba de tener voz.

🥀EL ENCANTO DE LA BESTIA {LARRY STYLINSON}🥀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora