Capítulo 23.

2 2 0
                                    

De camino a casa mamá pensó en que sería mejor cenar fuera, así que fuimos a un local de comida rápida, ahí hablamos de todo lo que nos cruzó por la mente, luego de cenar, nos subimos nuevamente al coche y cuando prendimos la radio estaba sonando Ricardo Arjona la canción era Apnea, una de mis canciones favoritas.

-¿Cómo te cayó Kelvin?- dije mientras subíamos las escaleras.

-Bien, no sabía que iba a tener tantas cosas en común conmigo, me asusté Bro créeme, ni tú te pareces tanto a mí en eso- los dos nos miramos y ante el comentario de él nos echamos a reír.

....

Las cosas han estado calmadas, papá no ha vuelto desde ayer por la noche y en serio que agradezco esto, quiero contarles lo que me pasó, sí, lo haré ahora.

¿Han llegado a pensar en qué se sentiría estar atrapado quedándote casi sin aire y no poder hacer nada? Pues esto era lo que me había pasado, cuando tenía 8 años escuché a mi padre hablando con alguien, le decía Trésor, y por lo visto era aquella mujer que trajo consigo aquél día.

A mis 8 años descubrí como mi padre le era infiel a mi madre, esto me había consumido totalmente, ya que las personas se llenaban la boca diciendo que eramos la familia perfecta y no sé cuántas cosas más, pero esto no era así. Un día decidí espiar a mi padre y grabarlo con tal de enseñarle a mi madre lo que éste hacía a sus espalda.

*flashback*

-Trèsor, que bueno que contestas rápido ¿en qué ha quedado todo?

-¿Cuándo será entonces? Sabes que hago esto por los dos, porque te amo y no quiero que tengamos problemas por su causa.

-¿Cuándo llegas a Londres? Hay que cuadrar lo que hay que hacer para que todo marche bien, ¿mi esposa? ¿Qué pasa con ella?

-Creo que ni cuenta se dará que le faltan 3 millones de euros en su cuenta, su padre se encargó de abastecerla. Trataré de quitarle todo el dinero que pueda, hasta entonces él será nuestra carnada.

Las cosas eran tan confusas para mí, no entendía porqué mi padre quería hacer algo como esto, él ya poseía suficiente dinero como para vivir por varios años, pero, ¿por qué debía de robarle a mi madre? ¿No le había bastado con hacernos pasar la mil y una con esa actitud que se carga? Sin pensarlo le dije que iba a decirle todo a mi madre para que ella tomara carta sobre el asunto, su expresión cambió rápidamente, esta logró intimidarme por lo que opté nunca decirle que tenía la grabación, ¿para qué? Sabía que si le decía mi madre ya no podría usarla como evidencia para acusarlo de intento de robo.

Y fue aquí en dónde empezó todo, él era una persona que estallaba con facilidad y debido a que lo había enfrentado éste sucumbió y me entró a golpes, esa noche mi madre no pudo hacer nada por mí. Al día siguiente los dolores y moretones eran tan notorios que mi madre había decido no mandarme al instituto y llevar solo una excusa que justificara mi ausencia. Me llené de rabia al pensar que ella no quería ayudarme y mucho menos salir de él, ¿qué le pasa?

**

-¿Por qué te casaste con él? ¿Lo amabas?

-Como una loca, mis padres me habían dicho que él no me merecía y que no estaban de acuerdo en que yo tuviera ningún tipo de relación con él.

-¿Y por qué no le hiciste caso a los abuelos?

-Porque era terca, fui una estúpida al querer desafiarlos, ese mismo día que me dijeron que no estaban de acuerdo, me fui de la casa a escondidas de ellos, como toda una adolescente enamorada.

-¿Ese día qué pasó?

-Le dije que me había ido de la casa y que no quería volver allí, él no desaprovechó la oportunidad, ese mismo día arregló todo para que nos casaramos y así fue, días después la noticia llegó a oídos de mis padres y ellos no dudaron en hacerme saber que podía contar con ellos si necesitaba dinero para mí, pero que no iban a mantenerlo.

-¿Tú qué hiciste?

-Nada, solo le dije que se darían cuenta de que estaban equivocados y verían que él me amaba ¡que idiota!

Las cosas que pasaban en ese entonces dolían, porque ella es la luz de los ojos de Abel y de los míos, verla sufrir por él era lo menos que queríamos, guardé la grabación y todo, no le llegué a comentar nada porque a mis 8 años creí que esa era la forma adecuada de cuidarla.

Habían pasado varias semana de todo, aún seguía sin decirle a mi madre, mi padre salía constantemente de viaje, a veces decía que iba por asuntos de negocios, pero él y yo sabíamos que no era así, otras veces simplemente se iba sin decir nada a nadie. Las cosas comenzaron a ponerse tensas un día que mi madre encontró su ropa con olor a perfume y labial, se pelearon muy fuerte, mi padre le dijo que no la amaba y que nunca fue así,  mi madre lloró desconsoladamente, al verla así me dispuse a querer venganza contra él, ¿cómo podía hacerle eso a alguien que había desafiado a sus propios padres por andar con él? Solo supe que debía de actuar, pero ¿cómo?

....

Las cosas se fueron calmando, mi padre se portaba como un buen padre, le había llevado rosas a mi madre y se había disculpado con ella, mi madre al quererlo lo perdonó, por un momento había creído que todo se iba a solucionar, que ya que estábamos haciendo las pases volveríamos hacer aquella familia perfecta que alguna vez llegamos a ser, pero la felicidad del pobre dura poco.

-¿Ya estás aquí? ¿en dónde te vas a hospedar? Necesito que me digas qué haremos con todo esto que está pasando.

....

-¿Estás segura de que lo quieres hacer?

....

-No es miedo, ya todo está planeado, no va a pasar de mañana.

-Te amo Trésor

Dicho esto concluyó, yo me encontraba afuera otra vez con mi grabadora, porque siempre supe que mi padre no era un hombre de pedir disculpas sin querer algo a cambio, sabía que algo tramaba y que por lo visto nosotros íbamos a ser parte de su plan. Seguí guardando cada una de las grabaciones, nunca volví a enfrentar a mi padre, no quería otra golpiza como la que me había dado aquella vez.

Mi madre seguía embobada con él, ya cuando todo se iba a descubrir mi padre tenía algo bajo la manga, mi madre lo interrogaba con muchas preguntas a la vez, ¿dónde estabas?¿qué hacías?¿por qué no respondía mis llamada? A lo que mi padre había contestado, eran viajes de negocios muy importantes, se notaba que mi madre no le creía ni lo más mínimo, pero él sabía como hacer que ella dejara de sospechar y no hay que detallarles qué hacía, ¿verdad?

Aquí no termina mi historia de terror, él ha de pagar cada una de las lágrimas que derramdé por su causa y sobre todo las lágrimas de la mujer que ha dado todo por mi hermano y por mí.

Él pagará, se los juro que lo hará.

.
.
.
.

Una hermosa coincidencia ❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora