Capítulo 31.

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-Dime, ¿en qué soy buena?- dije con tal de reducir mi miedo y curiosidad.

-El investigador vino y me informó de todo lo que había pasado aquel día, ¿por qué no me habías dicho nada Jodie?- sigue serio- no tienes idea del deseo que tengo de atrapar al culpable, pero si es acosta de que te lleven a ti también, prefiero que esto se quede así- voy hasta donde él esta y lo abrazo- ya hay demasiadas personas que me han dejado-.

-Descuida abuelo, todo estará bien, vas a ver que será así-.

-¿No te ha dicho más nada?-

-Me dijo algo, pero no le encontré importancia como para llamarte y decirte-.

-¿Qué fue lo que pasó?-.

-El investigador dijo que el señor Clark no ha salido de su casa desde aquella vez que fueron a visitarlo-.

-Que raro, si mal no vi, había una nota en una libreta, decía "hoy a las 8 p.m." pero quizás no iba a salir, pero por si las moscas déjame revisar-.

-No vas a salir de esta casa para dirigirte hasta allá, ¿me escuchaste jovencita? Ya mucho hiciste donde los Sharman-.

-Está bien abue, no saldré, ahora si me permites debo subir hasta mi recámara, tengo un solo sueño encima y solo hay una cosa que me lo puede quitar la c....-

-¡la cama! Si, si, ya sabemos eso- dice.

-Hablas como si parara durmiendo-.

-¿Y no es así?-.

-Mejor subo para no decir nada-.

-Porque sabes que es así- lo escucho reírse mientras salgo del despacho.

Subí hasta mi cuarto, decidí buscar una ropa más cómoda para ponerme, preparé la ducha (sé que me bañe en casa de los Sharman, pero es que si no siento el olor de mi jabón en mi cuerpo me siento extraña, ¡estoy re-loca!) duré mucho tiempo en la ducha de piso, estaba escuchando a Ricardo Arjona, sentía como mi cuerpo se iba relajando tanto así que estuve a punto de quedarme dormida ahí. Salí y me cambié, mi pelo se encontraba mojado por lo que antes de dormirme cogí la computadora para ver qué había pasado con el señor Clark y para darle tiempo de secarse.

La encendí y había algo extraño, la cámara ya no estaba, ¿se habrá dado cuenta de que la puse ahí? No creo, estaba muy concentrado en su celular. Comencé a ver los vídeos anteriores, desde el momento en el que la instalé hasta el momento en el que la desinstalaron.

De pronto mi celular empieza a sonar y me levanto para responder la llamada es del investigador Brown, ¿qué habrá pasado para que llame?

-¿Aló?- digo.

-Señorita Evans, va a tener que venir a donde estoy, hay algo que debe de ver-.

-Voy, ahora mismo salgo para allá-.

Colgué y busqué en mi clóset ropa cómoda para poder salir, apagué la computadora y me dirigí hasta la mesa de la sala, en ésta había dejado las llave del carro que estoy usando.

-¿Para dónde vas Princesa?-.

-Abuelo, necesito salir, el señor Brown me llamó, necesita que vaya a su casa-.

-Jodie, no creo que sea bueno que salgas y menos cuando los dos sabemos que no has descansado-.

-Vamos abuelo de por Dios, no es como que vaya a chocar o algo por el estilo-.

-Jod ya te he hablado, no vas a manejar, ¿ok?-.

-Pues le digo a Lucas o si prefieres venir conmigo mejor todavía, pero debemos de apresurarnos e ir hasta la casa del señor Brown, dijo que había algo muy importante para ver-.

-Déjame buscar mi cartera y en un rato te alcanzo- subió rápido las escaleras, varios minutos después bajó- ya estoy listo, vamosno-.

Seguimos el camino hasta el garaje para sacar el coche, luego de hacerlo nos montamos, yo en el copiloto y mi abuelo en el puesto contrario. El camino hasta la casa del señor Brown se ha convertido un reto, habían muchos carros en el medio, y el tráfico era totalmente caótico.

-Ya voy de camino señor Brown; el tránsito está un poco pesado-.

-Necesito que llegue rápido, tiene que ver esto con sus propios ojos señorita Evans-.

-Ya estamos llegando a su casa-.

Pocos minutos después ya nos encontrábamos enfrente de  un edificio,  el número de su departamento es el 512, entramos y ya en el ascensor comenzó la curiosidad a invadirme, ¿qué es eso tan importante que va a enseñarme? Cuando llegamos al piso en donde se encontraba, comenzamos a caminar, pero tuvimos que detenernos porque comenzaron a sonar disparos.

-¡Agáchate Jod!- grita mi abuelo agarrándome mientras avanzábamos hasta una de las columnas.

-Necesito una patrulla policiaca a esta misma dirección, corran por favor, están sonando muchos disparos-.

-Descuide señorita en un momento estaremos allá-.

Los disparos seguían sonando, y en el momento en que pararon decidí sacar la cabeza para ver si podía visualizar a alguien, pero no, no fue de ese modo, continué hasta el departamento del señor Brown.

-¡Ahhhh!- grité al ver la escena.

El señor Brown se encontraba tirado encima de un charco de sangre, tenía 8 agujeros hechos por balas, no se movía ni nada, y es que, ¿cómo lo iba hacer? Comencé a ver el lugar, estaba hecho un desastre, en las paredes habían huecos, supuse que eran balas fallidas, miré al piso y encontré una pequeña memoria, la puse en sostén e hice como que nada había pasado.

....

La policía había llegado, comenzaron a inspeccionar el área, seguíamos buscando a la persona que había cometido esto, pero nada, no encontramos a nadie, ¿qué rayos había pasado entonces?

-¿Usted fue la que llamó?-

-Sí, mi nombre es Jodie Isabel Evans y él es mi abuelo Frederick Evans-.

-¿Puede decirme qué se encontraban haciendo ustedes dos a la hora de lo ocurrido?- en pocas palabras, somos los sospechosos principales, ¡mierda!

-El señor Brown me había citado, me había dicho que quería hablar urgentemente conmigo y que necesitaba enseñarme algo, pero cuando casi llegamos a su departamento escuchamos los disparos y enseguida los llamé- digo convencida,  era la verdad, ¿por qué debía de sentirme nerviosa o algo por el estilo? Sé muy bien que yo no lo hice.

-¿Qué tipo de relación tenían?- nos lleva quién nos trajo.

-Es mi detective privado... bueno era, porque ahora ya no está- digo.

-¿Y por qué necesitaba usted un detective y sobre todo para qué?-.

-Ya basta, mi nieta no va a hablar sin que se encuentre el abogado de ella presente, ¿le quedó claro?-

-El que nada debe, nada teme, ¿verdad señorita Evans?-.

-Pues claro señor ...- miré su uniforme y pude ver su apellido- señor O'Brien-.

-¿Le molestaría acompañarnos hasta la estación?- se le notaba que era joven,  no le echaba más de 26 años, pero algo había que admitir, estaba buenísimo jajaja, no era eso, lo que había que admitir era que hacía muy bien su trabajo.

-Ya llamé al abogado de la familia, estará esperándonos en la estación de policía-.

Vi como le ponían la cinta amarilla y prohibían la entrada a la escena. Esto se está saliendo de control.

.....

Ya habíamos llegado a la estación, el chico me hizo unas cuantas preguntas y yo se las contesté todas, luego de esto me dan una noticia inesperada.

-¡Qué!- solté ante la sorpresiva noticia.

Una hermosa coincidencia ❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora