-No tengo que perdonarte nada Aaron, así como tu necesitabas tu espacio, así lo quiero y lo necesito yo-.
-Jod, por favor-.
-¿Sabes lo que más rabia me dió de todo esto?- se queda en silencio, pero después habla.
-¿Qué fue eso?- salí del coche, el enojo ya estaba haciendo acto de presencia-¡Jodie detente ahí por favor!-.
-¡¿Ahora lo vienes hacer?! ¡¿Ahora Aaron?!- trato de controlarme, pero no puedo- Eso quería que me dijeras ayer, pero a ti no se te vino en ganas, te dejé tranquilo, pero todo esto me dolía al igual que a ti, solo estaba buscando apoyo en ti, porque joder ¡Eras mi novio!- las lágrimas comienzan a salir- sé que esto ha sido fuerte para ti, pero para mi también lo ha sido, solo quería que me dieras un poco de cariño y que me dijeras que todo iba a estar bien, ¡y lo único que hiciste fue alejarme de ti! ¡te odio!- lloro de la rabia, de la impotencia y sobre todo por el dolor.
-Jod, yo he sido un completo idiota, debí de acercarme a ti y cuidar de ti, debí...-
-Debí, debí, debí ¿qué conseguiste alejándote? Eso es lo único que quiero saber, ¿qué conseguiste dejando que yo me sintiera mal?- escupo- ¡¿y ahora pides perdón?! - no soy yo en estos momentos, mi rabia me controla.
-Y..o- su voz sale quebrada, eso me parte el corazón en mil pedazos- creo que es mejor que dejémos esto aquí-.
-¿Estás terminando conmigo?-.
-¡¿Entonces qué debo de hacer Jodie?! Mis disculpas no valen, yo lo estoy haciendo mal y en estos momentos de mi vida no sé qué hacer con esto, solo sé que te quiero conmigo, ¿pero que debo de hacer?-.
-¡Bésame estúpido!- grité- solo bésame- ya lo último salió como si estuviera rogándole, su expresión cambió de tristeza a shock, pero una vez asimiló se acercó a mi y me besó, besó tan tierno que sentía que su corazón y el mío se conectaban.
-Perdóname pequeña por no haber estado contigo cuando debí- pega su frente de la mía, yo aprovecho para coger aire, esta vez soy yo la que lo besa, pero mi beso no es tierno, está lleno de deseo, quiero estar con él, junto a él y eso es todo.
-Mejor vámonos, ya está comenzando hacer frío- y era verdad, por muy caliente que estuviera el momento, el frío se hacía notar.
-¿Te sientes bien?- dice mientras aparca el carro en una calle solitaria-¿quieres ir por algo antes de llegar a casa?-.
Ya no puedo más con la situación, rompí la incomodidad que sentí, me giré para enfrentarlo y lo besé, mi beso era tan deseoso que en poco tiempo nos quedamos sin aire, al final terminé ahorcajada, él echó el asiento para atrás, ya que el volante no nos daba espacio, lo besé nuevamente y él me lo correspondió. Escuchamos unas sirenas y de una vez nos arreglamos, no quería que a mi abuelo lo llamaran por yo estar... en fin nos fuimos de ahí, no sabía hacia dónde nos dirigíamos, pero no quise preguntar, quiero estar en paz.
-Ya casi estamos llegando-.
-¿A dónde?-.
-Una sorpresa, hoy quiero que te quedes conmigo, ¿puedes?- asentí ya luego vería que cuento le iba a echar a mi abuelo, aunque si él le dejó el coche por algo fue.
Llegamos a una casa cerca de un lago, estaba hecha en madera, era de una sola planta, perfecta para mis gustos, lastima que es de noche, no podré nadar y mucho menos con este frío, nos adentramos en la casa, Aaron se dirigió a prender la chimenea y yo solo me quedé observando.
-Es muy hermoso todo esto- di una vuelta para poder mirar todo a mi alrededor- y es tranquilo... muy tranquilo-.
-Es mi casa, fue el regalo que pedí para mis 17, mis abuelos me la obsequiaron- nos sentamos frente a la chimenea con dos copas y un vino, Aaron sirvió el vino, luego de eso me entregó una copa y él se quedó con la otra.
-Un regalo muy grande para un niño de 17, ¿no crees?- di un sorbo a mi bebida.
-La situación con mi padre empeoraba cada día más, y pues, mis abuelos nunca lo quisieron, con justa razón por lo que ves, al momento de hacerle la petición aceptaron de una vez- ha de ser muy triste todo lo que ha tenido que soportar por culpa de su padre.
-Está muy linda, así de sencilla, tiene ese toque que encanta- traté de evitar hacer algún comentario respectivo a su padre, todo esto ya ha recibido demasiada atención de parte nuestra.
-Tu eres más hermosa que todo lo que hay aquí- me besa y yo lo sigo, por más deseoso que estemos los dos, este beso es muy tierno y sincero, nada de movimientos bruscos, solo dos personas dejándose llevar por lo que sienten- te amo pequeña- pega su frente a la mía, luego me atrae hasta dónde él.
-Yo también te amo- lo beso y en este beso aprovecho para subirme en él.
Se comienza a encender todo dentro de mí, la emoción y el deseo calan hasta hacerse notar, lo que siento por él va más allá de las cosas normales que me pueden ofrecer. Nos despojamos de nuestras camisas, de los pantalones, solamente nos encontrábamos en ropa interior, cada uno sabiendo lo que quería y lo que iba a pasar, seguía besándome, de un pronto a otro se puso de pie conmigo en brazos, caminó hasta lo que parece ser la puerta de la recámara, al entrar ahí confirmé que así era.
-Todo es perfecto- suelto y respiro.
Nuestro beso comienza nueva vez y Aaron no pierde el tiempo, me quitó el sostén y comenzó a aventurarse en mi cuerpo, mi piel reconocía su tacto, sabía que era a él que había estado queriendo desde hace tiempo, sin haberme dado cuenta ya me encontraba como Dios me trajo al mundo, y él por igual, la intensa luz lunar entraba por la ventana iluminando todo, era perfecto estar así con él. Aaron buscó un preservativo, se lo colocó y se hundió en mí, todo se tornó caliente, los gemidos comenzaron a salir por parte de los dos, seguía en su labor y pues yo solo quería que aumentara.
-¡Ahh más, más!- eran súplicas y órdenes al mismo tiempo.
Luego de un rato estallamos, él cayó encima de mí con su respiración agitada.
.....
Ayer estuvo fantástico todo, mi cuerpo se encontraba estropeado, no sé cuántas veces hicimos el amor, pero una cosa si sabía, con él podría repetirlo mil veces que él quisiera, me giro y puedo verlo dormir, me acerqué a él, apoyé mi cabeza en uno de sus brazos y le eché uno de los míos encima, otra vez quedé dormida tras la sensación de paz y tranquilidad que me transmitía él y el lugar.
-Hola pequeña- dijo mientras yo abría mis ojos.
-Hola amor-.
-¿Nos bañamos juntos?- acepté gustosamente, entramos al baño, nos cepillamos y luego entramos a la bañera.
-Esto se siente bien- estaba pegada al pecho de él, sus caricias me hacían estremecer todo estaba bien.
Nos pasamos el día en la cama hablando de todas las cosas que nos llegaron a la mente, hablamos de la universidad y de cómo acabaríamos nuestro último año, nos planificamos, sí, eso fue.
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Una hermosa coincidencia ❤
RomantizmUna historia que mostrará desde otro punto de vista lo que puede ser un hermoso amor y al mismo tiempo una vida totalmente caótica. ¿Qué le espera a esto chicos?