Capítulo 4.

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Aún sigo sin entender porqué Kelvin se parece en sus gestos y casi en su forma de hablar a Abel, me duele verlo y me duele aún más cuando está triste por mi culpa, pero no puedo hacer nada por él, Abel me enseñó eso yo no nací para proteger, yo nací para hacer sufrir a la gente de mi alrededor o al menos eso me habían dicho mis padres.

-¿Aaron estás bien?- lo miro asintiendo a su pregunta- ¿vas con nosotros? -me mira esperando mi respuesta y ya para cuando iba a responder la chica se apresuró.

-Obviamente no quiere Kel, solo déjalo y salgamos los dos ¿Por qué es que siempre decides agregar a alguien más a nuestra amistad?- dice la chica un poco sulfurada.

-¿Qué te pasa Isabel, no te entiendo?- solo me dice así cuando se está sintiendo cableado.

-Ni yo a ti, ¿por qué lo haces, eh?-

-Disculpen chicos, pero lo mejor será que me marche antes de que peleen por algo que sea mi culpa- digo mientras tengo a un Kelvin mirándome.

- ¿Lo ves? él mismo lo dijo marchemosno de aquí-.

-Tienes una hermosa voz, ¿sabías?- habla él fascinado.

Veo como me mira y es que no puedo parar de decir que sus gestos son los de Mi Abel, lo extraño tanto, la verdad es que mi vida era buena porque estaba con él aunque no estuviéramos todos los días o a todas horas juntos, por lo menos lo estábamos y eso es lo que me molesta ahora.

De pronto empezó a llover, los chicos empezaron a correr para no mojarse, pero yo no, aún seguía trancado en mis pensamientos.

-¿Estás bien Aaron?- me giro para ver quien es y veo a una Stephany con unos ojos grandes fijos en mí.

-Señor Sharman, ¿nos vamos a casa?- busco a la persona que dijo eso y me encuentro a Edward con un paraguas y con la puerta abierta, solo asiento antes de volver mis ojos a aquellos chicos.

-¡Señorita Stephany vayámonos!- grita una señora un tanto mayor.

-Adiós chicos- veo que se marcha corriendo debido a la lluvia.

-¿Quieren que los lleve?- pregunto mientras camino hacia donde estaban.

-No- dice aquella chica pelo rojo.

-Es mentira, con gusto nos iremos contigo- terminó mientras llegaba al coche y se subía en él.

-¿A dónde iremos señor?- le hago una seña para que le pregunte a Kelvin-¿hacia a dónde nos dirigimos señor?-

-Solo déjenos en su casa - dice la chica mientras me mira por el espejo.

Cuando llegamos a la casa de Kelvin me fijé en su hermosa casa, es una casa color caoba con unas rosas blancas afuera. Estaba esperando que se bajaran para irme a casa, pero para mi sorpresa no me iba, Kelvin le dijo a Edward que se fuera que él me llevaría hasta mi casa.

-¿En serio Kel?-dice la chica girando sus ojos.

-¿Puedes llevarte bien con él? no te ha hecho nada ¿o sí?- los dos nos giramos para verla y esperar su respuesta.

-Kelvin ¿Por qué rayos no entiendes que no necesitamos a nadie más? solo estás trayendo hacia nosotros a un extraño o ¿lo conoces? ¡no sabemos nada de él y ya estas trayendolo a tu casa y a nuestras vida!-.

-Jodie Isabel, ¿qué te está pasando?-

-Oigan chicos la verdad es que lamento mucho que esto está pasando no quiero que discutan por algo que se puede resolver fácilmente-.

Me giré para irme, mientras caminaba a la puerta escuché como unos pasos se apresuraban hasta llegar hacia mí.

-Aaron yo lo siento, no quería que pasara nada de esto y por eso me quiero disculpar contigo, me siento super mal- le puse una mano en el hombro en señal de que está bien- al menos deja que mi chófer te lleve- negué levemente.

Terminé yéndome, cogí un taxi y ya cuando llegué a casa me encontraba completamente solo, ya no había nadie ahí. Subí hasta mi cuarto; me bañé y bajé para hacerme algo de cenar y no pensar en más nada.

...

*Jodie*

No entiendo cuál es el capricho de Kel, ese chico está dañando nuestra relación y Kel lo está permitiendo, la verdad es que me siento como si estuviera peleando por algo que obviamente no puedo ganar. Aaron no tiene idea de lo que pasa conmigo y kelvin.

No he podido evitar pensar en que Aaron no están difícil de ver, ¿en serio Jodie?

Ahora que se fue siento culpa y sé que la tengo, pero es que no sé qué debo hacer, solamente pienso en que a la otra persona no le gustará lo que vaya hacer.

-Kel, ¿estás bien?-

-No Jodie, no lo estoy, pero sé muy bien que tu sí, aunque no lo puedo dudar... debes de estar muy contenta ya que lograste echarlo de aquí, ese era tu plan ¿no?- habla con un poco de decepción y con tan solo escucharlo hablar así siento como mis ojos se nublan.

-Kel yo... yo lo siento no quería que él se fue...- Kelvin me detiene mientras me lleva de un brazo hasta la sala.

-¿Logras ver como es él?-asiento- él es como tu, solo que su personalidad es pasiva, es como si no quisiera herir a nadie con sus actos o palabras por eso es así-

-Kel, no quiero hablar de eso por favor solo acaba con esto aquí- sentencié.

-No, no lo haré, tu eres así porque no sabes como socializar, pero no sabes que le habrá pasado a él para que decida excluirse de todos, así como tu tienes una dolorosa historia él también la tiene y sabes que ¡él tiene más desventaja que tu!- me grito eso último- ¿sabes por qué?- me mira con sus ojos completamente abiertos.

-No, no lo sé, pero por favor basta con esto no quiero hablar de él-

-¡Jodie, él vino desde otro país a integrarse en un nuevo instituto, él está en un lugar que no conoce y no tiene a nadie para él, tu creciste aquí! ¿entiendes que es lo que está pasando?- sé que tiene razón pero es que no puedo evitar sentirme oprimida cada vez que él intenta hablar con alguien más- sufro al ver como las personas se excluyen así misma y eso no les hace bien-

-Ya no digas nada más, es obvio que no ganaré aquí, quédate con él o con quien quieras agregar. Ya entendí que sientes lastima por mí, no te culpo, sé que eso de ver mal a las personas causa algún efecto, pero ya no lo hagas-.

-Jodie por Dios, no estamos compitiendo, no siento lastima por ti sabes que te quiero muchísimo, pero es que estás comportándote sumamente infantil-.

Agarré mi mochila y me dirigí a la puerta, abriéndola y cerrándola de un portazo ¿Por qué no se puede conformar? mamá tenía la puta razón estas no son mis aguas, estas no son mis costumbres... Cuando llegué a la casa casi empapada, subí a mi habitación, me bañé con agua un poco caliente y de ahí cogí para la cocina, necesitaba comer algo. Mi celular sonó y vi que tenía 3 llamadas perdidas de Kel y un mensaje.

Rarito: ¿Jod? ¿podemos hablar?🙁😓 .

Los mensajes comenzaron a llegar una vez que el celular tenía Internet.

Rarito: Sé que estás molesta , pero por lo menos habla conmigo por aquí 🙏🙏.

Rarito: Oye enana por lo menos dime que llegaste bien😢😢.

Rarito: ¿no me hablarás entonces?😶😶 .

Dejé mi celular en la mesita de mi habitación, estaba cansada del día de hoy, la verdad es que había sido muy estresante para mí... no le respondí ningún mensaje a Kel, no quería hablar con él, hace que me detenga a pensar que mi madre tenía razón en lo que me había dicho y enseñado.

Creo que la noche de hoy es mejor acabarla aquí.

Una hermosa coincidencia ❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora