Capítulo 32.

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-Eso no puede ser cierto ¿cómo pueden saber eso?- digo.

Nos encontrábamos en la morgue, el oficial O'Brien me enseñó el cuerpo de un hombre, totalmente desconocido para mí y por último me enseñó un cuerpo, al cual reconocí inmediatamente.

-¿Qué le pasó?- digo.

-Lo torturaron hasta la muerte, ves esas marcas de ahí- señala su estómago- eran alfileres, y por la profundidad que tienen las heridas llegamos a la conclusión de que cada alfiler se encontraba caliente- no puedo evitar pensar en todo lo que sufrió.

-Esto es mi culpa- digo y me pongo a llorar, siento como los brazos del señor O'Brien me rodean, sé que debería apartarlo, pero no lo hago- perdóneme esto me ha dado duro, yo...- me intento separar de él después de un tiempo un poco largo, pero me sostiene y me pega más a su pecho.

-No es su culpa, de eso estoy más que seguro señorita Evans- me acaricia la cabeza ¿por qué confía en mí? Viene a mi mente la pregunta.

-¿Por qué confía en mí? No le he dado motivos para hacerlo- no pude evitar soltarle la pregunta.

-Tampoco me ha dado razones para no hacerlo señorita Evans, ¿o si?- negué con la cabeza- ¿Era muy importante el hombre para su investigación?-.

-El señor Clark era el único testigo que tenía, la suerte es que pude grabar bien lo que había dicho anteriormente y .....- abrí mis ojos más de lo normal- ¡lo tengo, lo tengo!-.

-¿Qué es lo que tiene señorita Evans?-

-Yo lo grabé, tengo el momento en el que... aunque no llegué a revisar si esa parte pasaba, pero necesito ir a mi casa ¿me deja ir por favor?-.

-Su abuelo se tuvo que ir hace unos minutos, por asuntos personales o al menos eso me dijo, no creo que usted pueda llegar sin su bolso ¿verdad?- mi bolso, verdad que lo dejé en el coche.

-¡Mi dinero!- grité ¿ahora cómo me voy de aquí? Me reviso para encontrar mi celular, y no, no aparece ¡joder!- ¿qué tan lejos estamos de la parada de taxis?- mi abuelo podía pagar al llegar.

-Creo que a unos 20 minutos si se va montada- Dios mío, ya dime por favor qué es lo que quieres- venga, la llevaré hasta allá-.

-¿En serio lo hará?- asiente- no sabe cuanto le agradezco-.

Nos montamos en la patrulla y partimos.

-Oh, ya pasamos la parada- dije señalando hacia atrás -¿Qué... qué está haciendo?- mi respiración comenzó a agitarse, ¡ay padre amado! No me digas que él confiaba en mí porque él era el asesino, ¡por favor! Cálmate Jodie, no es nada- ¿hacia dónde nos dirigimos señor O'Brien?-.

-A matarla señorita Evans-.

-¡¿Qué?! ¿Cómo puede decirle eso a su próxima víctima?- ¿tranquilidad? ¿Eso con qué se come?

-Jajajaa, señorita Evans usted posee una increíble imaginación, pero creo que le acaba de fallar- comienzo a mirar por las ventanas e inevitablemente reconozco el vecindario.

-¡Me mentiste!- le di un pequeño golpe en su brazo- Perdón, me mintió y perdóneme el golpe- que vergüenza.

-Si quiere puede tutearme señorita Evans, no hay ningún problema-.

-¿Cómo es su nombre oficial O'Brien?- aún no he quitado el usted.

-Mi nombre, jajaja mi nombre es Harry O'Brien para servirte Jodie- que voz más ronca ¡es hermosa! Jodie de por Dios.

-Igualmente para ti Harry-.

Llegamos a mi casa, cuando nos estábamos desmontando vi que había alguien, una vez me acerqué supe de quién se trataba.

Una hermosa coincidencia ❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora