Mi Pequeño Omega

Una tarde cualquiera

CAPÍTULO 1: Una tarde cualquiera

Hoy ha sido un día extraño, todo lo que tenía que hacer en la oficina salió terriblemente mal. Las reuniones que iba a hacer fueron canceladas, los documentos que tenía que revisar estaban pendientes por otras personas...y así, eran las 4 de la tarde y ya todo estaba detenido o no dependía de mi.

Ser un alto ejecutivo, era algo bueno en días como este. Me puse la chaqueta y me fui.

Como era temprano y no tenía deseos de llegar a casa, entré a un bar que estaba cerca de mi trabajo. Me pareció raro que estuviera atendiendo, pero al verlo, se me antojó una cerveza.

Al llegar a la barra, me senté y noté que había un chico, tomando una copa de whisky...como era tan temprano para tomar algo tan fuerte, lo observé con detención.

Fácilmente me di cuenta que era un omega, tenía olor dulce como a chocolate y frutas, muy agradable. A juzgar por su apariencia era muy joven, de contextura delgada y no muy alto. Era Bello, como un ángel...

Tenía un semblante muy triste y aunque no lo conocía, me dieron deseos de animarlo.

- Hay días en que sólo un trago puede ahogar la penas, eh? - le dije tratando de entablar conversación.

Me miró y recién en ese momento se dio cuenta que no estaba solo en el bar.

- Y a veces ni siquiera un trago - me dijo con una mirada triste.

Pude ver que tenía los ojos claros y la piel muy pálida y tersa, como porcelana. Es posible que apenas sea mayor de edad, no sé como le vendieron una copa de whisky.

Me observó en silencio mientras tomaba otro sorbo de su copa. Luego de pensar un poco me dijo:

- ¿Qué hace un ejecutivo como tú en un bar a esta hora?

Me dieron ganas de preguntarle como es que a un niño le vendían alcohol, pero me contuve y le respondí.

- ¿Cómo sabes que soy un ejecutivo?

- Por tu vestimenta...y porque eres alfa - dijo mirando su copa de nuevo.

- Buena deducción. La verdad es que hoy nada salió bien en la oficina, así que decidí irme temprano.

- No me habría imaginado nunca un alfa con problemas laborales - me dijo, como intentando sonreír.

Me sentí pésimo. Porque en el fondo, tenía razón. Vivimos en una sociedad en donde los mejores puestos de trabajo son ocupados por alfas y donde la mayor fuerza laboral son los betas (que es la mayoría de la gente).

Para los omegas es muy difícil encontrar trabajo, son muy discriminados, ya que por su celo, deben ausentarse una semana de su trabajo cada 1 o 2 meses. Además el hecho de que sus feromonas puedan "alterar" a algún alfa, hace que prácticamente no les sea posible tener una fuente laboral estable.

Las mujeres omega, se casan generalmente muy jóvenes. Los hombres omega, son los que más dificultades tienen..y yo estoy aquí quejándome en frente de este pequeño omega que me observa en silencio.

- Disculpa, no quise incomodarte - dije tratando de arreglar mi comentario anterior-.

- No te preocupes, la vida es como es...y nunca va a cambiar.

En ese momento miró su celular y comenzó a levantarse de la silla. Dejó un billete debajo de su copa y me miró.

- Hasta luego, espero que todo mejore en tu trabajo - dijo sonriendo por primera vez.